La semana pasada, el medio de comunicación americano Bloomberg, publicó una nota que alegaba que el Presidente Petro despedía incesamente a los tecnócratas amigables con inversionistas internacionales. A pesar de que es absolutamente verídico, la nota se quedó corta contando lo que verdaderamente está pasando con la administración pública en Colombia. El Presidente está destrozando el legado que había estado presente, pese a muchas dificultades, en el país: el equilibrio entre la tecnocracia y la clase política.
Lo que está sucediendo, no tiene similitudes ni precedentes en la administración pública del país. El Gobierno inició con el nombramiento de una Ministra de Minas que confundía millones con billones y ahora tenemos al Director de la entidad que había sido, junto con el Banco de la República, la casa de la tecnocracia, Alexander López en el DNP, argumentando que “las matemáticas le dan duro (…), para entender esa ciencia tan compleja que es la economía”. Ni más faltaba, el Presidente de la SAE, Daniel Rojas apoyándolo diciendo que “No son necesarias”.
Con todos los tropiezos sucedidos hasta el momento, es suficientemente claro que el Gobierno evita a toda costa a los tecnócratas. La salida de Alejandro Gaviria del Ministerio de Educación, José Antonio Ocampo del Ministerio de Hacienda, Cecilia López en el Ministerio de Agricultura, y claramente, Jorge Iván González del DNP, demuestra de manera clara un desprecio a lo plural y a lo técnico. Paradójicamente, en el Gobierno del cambio, no caben todos.
De las cosas más llamativas de la economía, es la corriente referente a economía institucional. En repetidas ocasiones he citado a los grandes como Acemoğlu, Robinson y North. Sin embargo, lo que estamos viviendo se parece más a la obra de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt autores de “Cómo mueren las democracias”. El gran problema, según lo analizaban ambos economsitas en la Presidencia de Trump, de lo que está sucediendo en el país no es únicamente lo que está pasando ahora mismo. El problema es que esto sienta un precedente institucional.
El respeto por la tecnocracia en Colombia en ciertas instituciones con el DNP, el Banco de la República y varios Ministerios, inició desde mitades del siglo pasado. Sin embargo, si existe un hito histórico que marque de manera clara esto, es la Presidencia de Carlos Lleras Restrepo. La entidad predilecta de Lleras, según sus biógrafos, fue el DNP ya que éste lo entendía como el centro de gravedad de la política económica y social del Estado. De esta manera, muchos de los funcionarios de Planeación de la época, ocuparon posteriormente en su gabinete altas posiciones como los ministerios de Hacienda, Agricultura, Transporte y por supuesto, Minas y Energía. Esto sería trasladado también a instituciones como el Banco de la República.
Así como Carlos Lleras hace cerca de 60 años sentó un precedente institucional en los Ministerios e instituciones como el Banco de la República y el DNP, el Presidente Petro está sentando otro que es el veto a lo técnico y el desprecio por la pluralidad de pensamiento al interior del Gobierno.
El escenario actual nos debe invitar a pensar no en cómo corregir a este Gobierno porque parece imposible, sino al contrario, empezar a pensar en el próximo. Identificar y planear desde ya quien será el próximo Gobierno que opte ojalá por el legado de Lleras Restrepo y no por el de Gustavo Petro.