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The Alan Parsons Project, Time
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Andrés Ospina nace en 1976. Durante 1980 cursa preescolar en las guarderías La Frasadita y Juan Salvador Gaviota. Recibe su grado de kínder en el Jardín Infantil Piloto Federico Froebel. Desde 1982 hace parte del Gimnasio del Norte, entidad de la que cancelan su matricula en 1991. En 1992 ingresa al Gimnasio Los Robles, de donde se titula en 1994, tras repetir Décimo Grado. Trata de aprender Música y Literatura en la Universidad de Los Andes. Durante 1998 y 2000 co-redacta y funda el desaparecido sitio El Utensilio. Desde 2002 ha sido colaborador con revistas como Cambio, Rolling Stone o CARAS; realizador 99.1, hoy Radiónica (emisora en la que trabaja para los espacios 'La Silla Eléctrica' y 'Rockuerdos'), y libretista e investigador para el magazín de televisión Culturama. Entre los proyectos en los que comparte las culpas están www.museovintage.com y www.elblogotazo.com. De momento prepara una novela sobre un psiquiatra forense demente, y la exposición Bogotá Retroactiva.
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23 de Julio de 2011
De nuevo nos lanzamos a la discutible empresa de enunciar -esta vez desde la literatura- una suerte de 'selección(...)
18 de Julio de 2011
Me aferro a la creencia -entre fantasiosa y mística- de que son los objetos quienes nos buscan a nosotros, y no nosotros a ellos.
Al presentársenos sin haberlos convocado, archivos como el que hoy resaltamos parecieran comprobar tan alucinada convicción.
Ante la escasez de documentos fílmicos ambientados en la Bogotá de mediados del siglo XX, y en color, cualquier hallazgo de dicha índole alcanza sin dificultad la categoría de incunable.
Para nuestra fortuna estas imágenes se quedaron, convertidas en cientos de cuadros por minuto, en tecnicolor, como una sucesión medio anárquica de planos secuencia, desmintiendo el prejuicio de que los ojos de quienes habitaron esta ciudad en 1960 veían sólo en blanco y negro.
Una familia de extranjeros -con cuyos herederos no hemos podido establecer contacto- vino de visita a la ciudad para registrar estos 621 segundos ambientados en una Bogotá que poco se parece a la actual.
Cierto usuario de YouTube --de seguro miembro del grupo familiar de turistas de mitad de siglo-- se dio a la tarea de transferirlo a digital, tal vez desde una película en formato súper 8, y de subirlo a la red.
Lo que se ve -puesto en palabras (siempre imperfectas)- es algo así como esto:
Un barrio Santa Fe, aún despojado de las hordas de trabajadores sexuales de los tres géneros que han convertido al decadente vecindario en su sede, es el solariego remanso donde unos pequeños se columpian mientras alrededor se engullen rosados y esponjosos algodones de azúcar.
Luego, la familia en pleno, ataviada con notable cuidado, asciende a Monserrate. A lo lejos se divisa el teleférico.
Después se dirigen hacia un Salto del Tequendama cuyo aire y aguas aún parecen respirables y abundantes.
Una tercera estación en el periplo turístico son las minas de sal en Zipaquirá. Los pequeños tratan de arriar a un asno terco por entre algún baldío de lo que podrían ser las inmediaciones de la Autopista Norte o la carretera Guaymaral vía Chía. Los adultos se entretienen escanciando jugos y degustando colaciones vernáculas.
El que parece ser el padre, sumido en un tabaquismo al que no aparenta estár interesado en renunciar, satisface su adicción con orgullo (mucho antes de que dicha costumbre se convirtiera en un hábito condenado por la sociedad).
Luego, en las terrazas aún habilitadas de un muy joven Aeropuerto El Dorado, los visitantes se despiden, y sus gestos, algo sospechosos, nos hacen dudar acerca de si les gustó o no la ciudad, o si sus sonrisas (tal vez forzadas) son producto de las reglas de cortesía para con el anfitrión, de quien se están despidiendo.
He tratado sin éxito de establecer contacto con el responsable de semejante ofrenda a nuestro muy escaso patrimonio filmográfico.
Por tanto, ante la ausencia de voces en qué apoyarme, haré de la especulación mi mayor herramienta investigativa acerca de la procedencia de la misteriosa familia.
"Kohn Kerpel Goodfriend Sernik 1960" es el título del clip.
"A 1960 trip to Colombia, SA, by the Goodfriends, to visit the Bogota based cousins" es la descripción que le sigue.
Algunas obviedades pueden deducirse:
Kohn, Kerpel y Sernik son (evidentemente) apellidos. Aunque Goodfriend pareciera no serlo, una rápida revisión a algunos documentos genealógicos desmiente nuestras dudas.
Según indica un mapa, la mayor parte de 'Goodfriends' diseminados en el mundo proviene de Estados Unidos, Canadá y Argentina. Por otro lado, no existen documentos que avalen la existencia de alguna familia Goodfriend en Bogotá (ni ahora ni en los 60 del siglo XX). Goodfriend es la variable inglesa de Guot Vriunt, apellido del que tampoco parece haber registros en la ciudad.
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15 de Julio de 2011
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12 de Julio de 2011
Siendo las 6 de la tarde del martes 12 de julio de 2011 y tras haberse cerrado el concurso(...)
Un discurso del presidente Petro, ya sea en la Naciones Unidas,(...)
Brian Adams (Pop - Rock) Canadá Brian Guy Adams nació en Ontario(...)
Un frailejón tarda aproximadamente en crecer un centímetro por año, así(...)
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algo parecido a lo que ocurre en Momo …entonces, solo que ellos no lo roban, ellos lo venden y tampoco son grises.
Es muy propio eso de vender tiempo en las telecomunicaciones o el “pague por ver”
——–
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algo parecido a lo que ocurre en Momo …entonces, solo que ellos no lo roban, ellos lo venden y tampoco son grises.
Es muy propio eso de vender tiempo en las telecomunicaciones o el “pague por ver”
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Es muy propio eso de vender tiempo en las telecomunicaciones o el “pague por ver”
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Este es, tal vez, una de las mejores coumnas suyas que haya podido leer. Señor Ospina: creo que por fin está encontrando su estilo. Y respecto al tema de los minutos, mucha gente (incluyendo amigos míos) viven de esto.
¿Qué habría sido de las vidas de nuestros abuelos si hubiese existido un telegrafista ambulante, que permitiera enviar y recibir mensajes? ¿Cómo hubieran sido las historias de amor, si aquel cartero hubiese entregado la misiva al otro día de ser escrita? La tecnología redujo los tiempos, pero le ha restado mucho romanticismo al acto de comunicarnos.
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Este es, tal vez, una de las mejores coumnas suyas que haya podido leer. Señor Ospina: creo que por fin está encontrando su estilo. Y respecto al tema de los minutos, mucha gente (incluyendo amigos míos) viven de esto.
¿Qué habría sido de las vidas de nuestros abuelos si hubiese existido un telegrafista ambulante, que permitiera enviar y recibir mensajes? ¿Cómo hubieran sido las historias de amor, si aquel cartero hubiese entregado la misiva al otro día de ser escrita? La tecnología redujo los tiempos, pero le ha restado mucho romanticismo al acto de comunicarnos.
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Este es, tal vez, una de las mejores coumnas suyas que haya podido leer. Señor Ospina: creo que por fin está encontrando su estilo. Y respecto al tema de los minutos, mucha gente (incluyendo amigos míos) viven de esto.
¿Qué habría sido de las vidas de nuestros abuelos si hubiese existido un telegrafista ambulante, que permitiera enviar y recibir mensajes? ¿Cómo hubieran sido las historias de amor, si aquel cartero hubiese entregado la misiva al otro día de ser escrita? La tecnología redujo los tiempos, pero le ha restado mucho romanticismo al acto de comunicarnos.
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Que buen articulo Mr Andres, que lastima que la carrera 13 este perdiendo lo que alguna vez fue, todos los dias paso por ahi, y es algo triste ver como las meretrices y cine x, se han apropiado de este pedazo del centro de bogotá. Saludos
——–
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Hola Andres. Actualmente realizó una investigación sobre periodismo ciudadano y sigo con alguna frecuencia tu blog. Me interesa, por ambas razones, entrevistarte para el tema de mi tesis. Sin embargo, no encontre tu correo en ninguna parte. Podrías escribirme a yosola@gmail.com para poder hablar contigo directamente sobre este tema.
De antemano, gracias
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Hola Andres. Actualmente realizó una investigación sobre periodismo ciudadano y sigo con alguna frecuencia tu blog. Me interesa, por ambas razones, entrevistarte para el tema de mi tesis. Sin embargo, no encontre tu correo en ninguna parte. Podrías escribirme a yosola@gmail.com para poder hablar contigo directamente sobre este tema.
De antemano, gracias
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Hola Andres. Actualmente realizó una investigación sobre periodismo ciudadano y sigo con alguna frecuencia tu blog. Me interesa, por ambas razones, entrevistarte para el tema de mi tesis. Sin embargo, no encontre tu correo en ninguna parte. Podrías escribirme a yosola@gmail.com para poder hablar contigo directamente sobre este tema.
De antemano, gracias
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Guauuu!!! cuanto daríamos por poder comprar un minuto más cuando lo queremos, o por devolvernos a ese minuto en que tuvimos las mejores experiencias de la vida??? auchh ahora me quedé pensando en esas cosas en las que uno no debe pensar porque no tiene como salirse de ellas!!
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Guauuu!!! cuanto daríamos por poder comprar un minuto más cuando lo queremos, o por devolvernos a ese minuto en que tuvimos las mejores experiencias de la vida??? auchh ahora me quedé pensando en esas cosas en las que uno no debe pensar porque no tiene como salirse de ellas!!
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Guauuu!!! cuanto daríamos por poder comprar un minuto más cuando lo queremos, o por devolvernos a ese minuto en que tuvimos las mejores experiencias de la vida??? auchh ahora me quedé pensando en esas cosas en las que uno no debe pensar porque no tiene como salirse de ellas!!
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Los minutos son muy, muy caros. A la gente le ha tomado un gran esfuerzo aprender a hablar corto y preciso por teléfono, para ahorrar sus minutos. Pero toma un esfuerzo aún mayor vivir con claridad y despiertos, conscientes del momento presente. Sin despilfarrar nuestros minutos como traquetos. Vivir en una austeridad alegre donde en vez de acumular nos soltamos de lo superfluo, como el guerrero impecable de Castaneda. Cambiando de tema, me uno a los que celebran tu vuelta a la radio, aunque oir el programa esté fuera de mi alcance. Un abrazo.
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Los minutos son muy, muy caros. A la gente le ha tomado un gran esfuerzo aprender a hablar corto y preciso por teléfono, para ahorrar sus minutos. Pero toma un esfuerzo aún mayor vivir con claridad y despiertos, conscientes del momento presente. Sin despilfarrar nuestros minutos como traquetos. Vivir en una austeridad alegre donde en vez de acumular nos soltamos de lo superfluo, como el guerrero impecable de Castaneda. Cambiando de tema, me uno a los que celebran tu vuelta a la radio, aunque oir el programa esté fuera de mi alcance. Un abrazo.
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Los minutos son muy, muy caros. A la gente le ha tomado un gran esfuerzo aprender a hablar corto y preciso por teléfono, para ahorrar sus minutos. Pero toma un esfuerzo aún mayor vivir con claridad y despiertos, conscientes del momento presente. Sin despilfarrar nuestros minutos como traquetos. Vivir en una austeridad alegre donde en vez de acumular nos soltamos de lo superfluo, como el guerrero impecable de Castaneda. Cambiando de tema, me uno a los que celebran tu vuelta a la radio, aunque oir el programa esté fuera de mi alcance. Un abrazo.
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Los minutos son muy, muy caros. No podemos comprarlos, pero sí evitar despilfarrarlos como traquetos. A la gente le ha tomado un gran esfuerzo aprender a hablar corto y preciso por teléfono, para ahorrar sus minutos, y nos tomaría mucho mas aprender a vivir con claridad y conciencia. Concientes del momento presente. Sin desperdiciar nuestro tiempo ni energía, como enseña el “camino del guerrero” de Castaneda. Me uno a los que celebran tu vuelta a Radiónica, aunque esté fuera de mi alcance oir el programa. Un abrazo.
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Los minutos son muy, muy caros. No podemos comprarlos, pero sí evitar despilfarrarlos como traquetos. A la gente le ha tomado un gran esfuerzo aprender a hablar corto y preciso por teléfono, para ahorrar sus minutos, y nos tomaría mucho mas aprender a vivir con claridad y conciencia. Concientes del momento presente. Sin desperdiciar nuestro tiempo ni energía, como enseña el “camino del guerrero” de Castaneda. Me uno a los que celebran tu vuelta a Radiónica, aunque esté fuera de mi alcance oir el programa. Un abrazo.
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Los minutos son muy, muy caros. No podemos comprarlos, pero sí evitar despilfarrarlos como traquetos. A la gente le ha tomado un gran esfuerzo aprender a hablar corto y preciso por teléfono, para ahorrar sus minutos, y nos tomaría mucho mas aprender a vivir con claridad y conciencia. Concientes del momento presente. Sin desperdiciar nuestro tiempo ni energía, como enseña el “camino del guerrero” de Castaneda. Me uno a los que celebran tu vuelta a Radiónica, aunque esté fuera de mi alcance oir el programa. Un abrazo.
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seguimos con la miserable fortuna de llamar a la mujer que nos interesa atravez de estos sujetos con su chaleco verde fosforecente..
creanme que el panico es Gigante cuando veo uno de estos al momento..
de llamar a la mujer que me interesa
doy gracias por estar hay en ese momento
y maldigo por mi miedoooooooooooo
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seguimos con la miserable fortuna de llamar a la mujer que nos interesa atravez de estos sujetos con su chaleco verde fosforecente..
creanme que el panico es Gigante cuando veo uno de estos al momento..
de llamar a la mujer que me interesa
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y maldigo por mi miedoooooooooooo
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seguimos con la miserable fortuna de llamar a la mujer que nos interesa atravez de estos sujetos con su chaleco verde fosforecente..
creanme que el panico es Gigante cuando veo uno de estos al momento..
de llamar a la mujer que me interesa
doy gracias por estar hay en ese momento
y maldigo por mi miedoooooooooooo
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El valor de un minuto… Me quedé pensando en ello. En un minuto suceden muchas cosas.
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El valor de un minuto… Me quedé pensando en ello. En un minuto suceden muchas cosas.
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El valor de un minuto… Me quedé pensando en ello. En un minuto suceden muchas cosas.
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Buenas nuevas tener noticias de la silla electrica de nuevo, eso si sos vos el mismo Ospina de la Radiodifusora. Es la informalidad del sistema, la que nos hace olvidarnos de lo contributivos que podemos ser. Acostumbrados a un régimen salvaje donde sos solo un número y donde ontológicamente rechazamos nuestro “ser” para tratar de sobrevivir
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Buenas nuevas tener noticias de la silla electrica de nuevo, eso si sos vos el mismo Ospina de la Radiodifusora. Es la informalidad del sistema, la que nos hace olvidarnos de lo contributivos que podemos ser. Acostumbrados a un régimen salvaje donde sos solo un número y donde ontológicamente rechazamos nuestro “ser” para tratar de sobrevivir
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Buenas nuevas tener noticias de la silla electrica de nuevo, eso si sos vos el mismo Ospina de la Radiodifusora. Es la informalidad del sistema, la que nos hace olvidarnos de lo contributivos que podemos ser. Acostumbrados a un régimen salvaje donde sos solo un número y donde ontológicamente rechazamos nuestro “ser” para tratar de sobrevivir
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Recuerdo una casa de empeño que esta ubicada en la esquina de la caracas con calle 57 costado sur. Creo que se llama La Músical y és como un cementerio de sonidos y sueños frustrados … Allí se colocan a la venta desde pedales flanguer para guitarra hasta lindos saxofones usados. Es lamentable ver tantos objetos tan lindos en escaparates sucios y esta figura me trae a la mente el estado de postración en el que esta sumida la música colombiana. Finalmente ojalá se queden allí no vaya a ser que terminen siendo usados por horrorosos músicos tropicaloides.
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Amigo Andrés, yo creo que usted está en la total capacidad de realizar un escrito sin el exceso poético con que intenta narrar. Nunca llego más allá de la mitad de sus comentarios, siempre tengo la sensación que sus ideas se terminan diluyendo en un caño de adjetivos rimbombantes y figuras literarias que solo me acuerdo haberlas visto en mis libros de Español y Literatura. Esto no quita el mérito de lo que trata de narrarnos a todos, pero la forma mató al fondo. [ http://www.f20x.com ]
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empeñÉ
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En ese chuzo empeñe una plancha.
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De hecho, donde “suelen conminar a los infractores de tránsito con el objeto de aleccionarlos en minucias cívicas” se llama Álamos sur o solo Álamos. Álamos norte es un barrio residencial
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