Dejemos la política y el mal sabor de boca que muchos tenemos en estos días por un momento de lado para hablar de dos cosas que sí nos alegran: El cine y el fútbol. Hoy recomiendo, como abrebocas del mundial, diez películas recientes (después de 2000) de algunos de los países que conforman el mundial (grupos A, B y C). La próxima semana mencionaré algunas de los países de los demás grupos y en la última entrega, hablaré del grupo H (en donde, por supuesto, está Colombia). Por supuesto, las películas son solo una guía personal y subjetiva, que dejará por fuera muchas que me gustan, pero valoraría mucho sus recomendaciones en los comentarios.
Aquí puede leer la parte 2 y aquí la parte 3.
Rusia: El arca rusa (Aleksandr Sokurov, 2002).
Filmada completamente en plano secuencia (sin cortes), esta película del país anfitrión del mundial, nos presenta 300 años de historia de Rusia en una sola locación, el palacio Hermitage de San Petersburgo, con una puesta en escena magnífica, más de 300 actores, una orquesta tocando en vivo y una dirección de arte sobresaliente. Además de ser una buena película, El arca rusa es una clase de historia y un deleite para los sentidos.
Uruguay: Gigante (Adrian Biniez, 2009).
En su ópera prima como director, Biniez explora de manera fascinante el microcosmos de un guarda de seguridad que se obsesiona con una chica a la que suele ver a través del monitor de su oficina. Detrás de su rutinario trabajo y su intimidante presencia, la película nos va develando un hombre humilde y sensible en busca de amor y compañía.
Egipto: Clash (Mohamed Diab, 2016).
Esta maravillosa película, que ocupó el tercer lugar en mi lista de mejores películas del año pasado (que pueden ver aquí), es una vertiginosa inmersión al contexto de las protestas de la primavera árabe en Egipto, la violencia y las tensiones suscitadas entre ambos bandos. Una película claustrofóbica, escenificada completamente al interior de un furgón, que se constituye en toda una lección cinematográfica.
Francia: La escafandra y la mariposa (Julian Schnabel, 2007).
Si hay un país del que es difícil escoger un título a para recomendar es Francia, que en las últimas dos décadas nos ha regalado películas fantásticas. He escogido esta cinta porque se trata de un viaje al interior de un ser humano sensible que, por causa de un terrible accidente, queda confinado a una vida en la que solo puedo usar su cerebro y sus ojos. Basada en el best seller de Jean Dominique Baubin, quien escribió el libro en primera persona, «dictándolo» con sus ojos, se destaca la gran actuación de su protagonista, Mathieu Amalric.
Dinamarca: La cacería (Thomas Vinterberg, 2012).
Esta película, que fue en su momento mi favorita del año, presenta sin apasionamientos un drama tremendamente fuerte. Como nos tiene acostumbrados el cine danés (uno de mis favoritos) el drama no está en la música ni en la intensidad de la actuación sino en lo que el guion sugiere y, por esa razón, estas películas son precisas y contundentes. En el caso de esta cinta de Vinterberg (uno de los creadores del Dogma 95) se trata del retrato de un profesor de preescolar acusado (posiblemente de manera injusta) del abuso sexual de una de sus alumnas. Una película en la que es imposible permanecer indiferente.
Australia: Un pasado imborrable (Jonathan Teplitsky, 2013).
Basada en una historia real, esta contundente película nos presenta la historia de un británico veterano de la segunda guerra mundial que se reencuentra con su traumático pasado y se enfrenta al dilema de encontrar y vengarse de uno de los japoneses que lo torturó durante años en un campo de prisioneros. Una hermosa película sobre el rencor y el perdón, protagonizada por Colin Firth y Nicole Kidman.
Perú: Madeinusa (Claudia Llosa, 2006).
Claudia Llosa es una de las directoras más prometedoras de Latinoamérica y antes de su galardonada La teta asustada en 2009, dirigió esta película, que transcurre en un pueblo perdido del altiplano peruano en donde se tiene la creencia de que entre el viernes santo a las 3 pm y el domingo de resurrección hay una especie de «tregua» con Dios, que no puede verlos y les permite cometer toda clase de pecados sin ningún remordimiento. La protagonista Madeinusa (Made in Usa) fue interpretada por Magaly Solier, una joven indígena que desde entonces ha participado en más de una decena depelículas internacionales.
Irán: Una separación (Asgar Farhadi, 2011).
La filmografía iraní es extensa y muy interesante y uno de los directores más importantes es, sin duda, Farhadi. En Una separación consigue un retrato humano e intenso de un gran conflicto, compuesto de pequeños errores, que va escalando hasta ser casi inmanejable. Con excelentes actuaciones, personajes polifacéticos y un guion maravilloso, esta película es intensamente dramática sin caer nunca en la manipulación ni el melodrama.
Portugal: Tabú (Miguel Gomes, 2012).
Esta historia de amor, intriga y aventuras trasncurrida en África, es una lección de cinematografía al mantener el tono y el estilo del cine clásico (blanco y negro, sin diálogos) para presentar una historia compleja sin hacer uso de efectos ni recursos contemporáneos. Además de una gran película, constituye en sí misma un gran homenaje al cine.
España: Mi gran noche (Álex de la Iglesia, 2015).
España es uno de los países de los que es más difícil elegir, dada la variedad y buena calidad de su cinematografía. Me he decidido por una comedia para cerrar con una historia menos trascendental y, sin embargo, bien elaborada. En épocas de crisis de este género, esta película de Alex de la Iglesia es un ejemplo más de su maestría como director de comedia y, de manera particular, del subgénero que se ha denominado como esperpento, en donde lo absurdo y bizarro a menudo cruzan el límite, De la Iglesia suele cruzarlo y es la razón para que algunas de sus películas no sean tan afortunadas. En Mi gran noche asistimos a la grabación de una fiesta de nochevieja eterna en donde todo puede pasar. Se destaca el personaje y la gran interpretación del cantante Raphael que se parodia a sí mismo.
El cine es una de las mejores maneras de viajar sin moverse, de entender otras culturas, de conocer el mundo sin salir de nuestra casa. Antes de que ruede el balón, que rueden las películas.
Para ver más textos sobre cine y cultura, visita Jerónimo Rivera Presenta
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