El cine y la televisión, tal como los hemos conocido, desaparecerán definitivamente en pocos años, esa es una realidad clara y prácticamente inobjetable. De allí, sin embargo, a que vayan a desaparecer como medios de comunicación social o que pierdan su influencia, hay una enorme diferencia.
Desde su creación en 1895, se ha vaticinado el final del cine. La televisión, el video, el cable, Internet y, más recientemente, las nuevas plataformas digitales; han sido contundentes amenazas para espectadores de todas las épocas que en algún momento pensaron que nadie querría ir hasta una sala pudiendo tener acceso a las historias desde sus casas, rentando una cinta o accediendo a la web. El cine, sin embargo, se resiste a morir y es muy probable que en varias décadas aún estemos armando el plan para ir a cine (los contenidos que pasan y que pasarán en el futuro son otra historia, bastante más compleja).
La televisión, por su parte, ha sufrido grandes cambios en los últimos años y la mayoría de ellos tienen que ver con la llegada de Internet y, sobre todo, con el aumento de la banda ancha. Hace muy pocos años era impensable ver vídeos de alta calidad o de más de diez minutos en una plataforma como Youtube y mucho menos la posibilidad de acceder a películas y series completas descargadas o vistas en streaming legalmente por plataformas como Netflix, Amazon o Hulu. Hoy en día es una realidad que muchas personas pueden vivir: la posibilidad de acceder legalmente a plataformas gratuitas o pagas con toda clase de contenidos en línea. Mi pronóstico es que se acabarán los sistemas de tv cable y que los precios de las plataformas online bajarán ostensiblemente en los próximos años para que cada persona pueda tener varias suscripciones en sitios temáticos y especializados. Por otra parte, el cambio en los sistemas y diseños de los televisores da también para pensar en que la televisión tal como la conocíamos ha muerto y lo que tenemos hoy difiere bastante, aunque no hayamos caído en la cuenta (Aquí puede ver un texto que escribí sobre la evolución de la televisión y los televisores).
La semana pasada se realizó en Cuenca, Ecuador, el seminario «El futuro del cine y la tv: Nuevas plataformas y narrativos» en el marco del Festival de Cine La Orquidea Cuenca (el más importante de Ecuador) y con la organización de la Red Iberoamericana de Investigación en Narrativas Audiovisuales, INAV (entidad de la que soy director) y la Facultad de Filosofía de la Universidad de Cuenca. El seminario contó con la participación de los conferencistas Diego Bonilla (U de Sacramento, USA), Elena Galán (U Carlos III de Madrid, España), Gabriela Fabbro (U Austral de Argentina), Vicente Gosciola (U Anhembi Morumbi, Brasil) y Jerónimo Rivera (U de La Sabana, Colombia).
Estos son algunos de los temas que se abordaron y que marcarán tendencia en las próximas décadas:
1- Volumetría audiovisual: Expansión de lo audiovisual más allá de la bidimensionalidad que lo ha caracterizado por más de un siglo. Aunque existe el cine en 3D, esto no es más que un truco óptico y conviene estudiar fenómenos e instrumentos como: Realidad virtual, realidad aumentada, realidad mixta, narrativa de videodrones y holografía.
2- Expansiones narrativas y relatos a la medida del usuario: El espectador cada vez quiere tener una participación más activa, tanto así que se ha popularizado el término de Toffler de Prosumer (Producer and consumer) para los espectadores actuales. Este tipo de narrativas se caracterizan por la expansión de historias y universos narrativos en relatos transmedia, así como paquetes de datos que configuran historias diferentes cada que el usuario se conecta con la historia.
3- Repensar los canales de televisión: No es posible seguir haciendo televisión bajo un modelo de los años 90 (generalista). Los nuevos tiempos implican nuevas narrativas, nuevos usuarios y una mayor interacción integrando la televisión con otras plataformas. El cambio debe ser radical.
4- Replantear los roles en la narrativa: Aunque no se trate de un tema tecnológico, los nuevos tiempos demandan nuevos roles también en la ficción que, como espejo, se reflejen en la realidad. Las historias de princesas esperando a un príncipe azul, por ejemplo, ya están mandadas a recoger.
5- Fortalecer las industrias cinematográficas periféricas: no se puede luchar contra Hollywood, su poder es tan vasto y abrumador que las cinematografías de países como el nuestro deben diseñar nuevos programas y políticas para conquistar nichos de mercado y aprovechar las posibilidades de la horizontalización de la industria (equipos más baratos y tecnología más accesible) y las nuevas plataformas de contenido, para encontrar nuevos modelos de negocio.
Si te interesa ampliar más este tema, aquí puedes ver una entrevista que me realizaron en directo para el noticiero de Cuenca, Ecuador y aquí un panel sobre temas similares realizado en el Segundo Encuentro Internacional de TV Pública en Puebla, México, en el que participé hace un par de años.
Para ver más textos sobre cine y cultura, visita Jerónimo Rivera Presenta
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Desde hace más de treinta años hablan de la desaparición del cine y de la radio y siguen campantes
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