Christopher Nolan, recordado por películas como Memento (2000), El origen (2010) y la trilogía de Batman (2005-2012), presentó su nueva obra: Dunkerque. En esta ocasión se narran los hechos ocurridos en la segunda guerra mundial, en los años cuarenta, cuando las tropas aliadas (Francia – Reino Unido) se encuentran acorraladas en la costa de Dunkerque y el ejército alemán ya invadió Francia. En 1958 se había hecho una película que recoge los mismos hechos ocurridos.
Nuevamente, Nolan se acompadra de Hans Zimmer como compositor de la banda sonora y de Hoyte Van Hoytema (Interstellar) como director de fotografía. La película se divide en tres episodios: la historia de las tropas de una semana de duración, la historia de las embarcaciones civiles de un día de duración y la historia de la fuerza aérea con una hora de duración. A lo largo de la película se entrelazan cada uno de estos episodios. El tiempo, es por demás, un elemento crucial a lo largo del filme y el tic-tac de un reloj obstinado en su banda sonora nos lo recuerda de forma que a veces limita en lo excesivo.
Cada uno de los episodios tienen sus personajes principales y secundarios. Actores como Fionn Whitehead, Harry styles (sí, el del grupo one direction) –Que no lo hizo tan mal para ser cantante pero tampoco tan bien como para ser considerado actor (aunque, tal vez, la envidia sea la que, en esta ocasión, esté hablando por mí– Mark Rylance (Bridge of Spies) y Cillian Murphy (El Caballero Oscuro) forman parte de esta producción. Pero el que se lleva todos los honores, que no le quepa la menor duda, es Tom Hardy, que con una máscara sujetada a su cara es capaz de transmitir toda la angustia y el desasosiego de un piloto de guerra.
Las virtudes de la película, por supuesto su director y guionista que muestra su buena mano a la hora de dirigirla. La yuxtaposición de cada una de las historias para jugar con el elemento tiempo es un gran acierto. El tratamiento de las escenas de explosiones y combates aéreos es sumamente interesante.
Sus bemoles: la historia un poco sensiblera de la familia de la embarcación que va en ayuda de los soldados y la secuencia tensión-resolución-tensión en las escenas a lo largo del filme que termina por ser repetitiva y predecible.
Sin duda alguna, una muy buena película pero no creo que estemos ante lo mejor de Nolan. Me quedo todavía con Memento y El Caballero Oscuro. Muy recomendada. 3 1/2 maíz piras sobre 5