Estamos a menos de un mes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Ya son cinco los debates que se han hecho para presentar las ideas de los candidatos. Y, se han podido identificar, en buena o poca medida, las posiciones de los candidatos que aspiran llegar a la casa de Nariño.
Las últimas encuestas ponen a Duque y a Petro en segunda vuelta, sin embargo todo es incierto, más aún cuando las encuestas se han descachao de forma garrafal. Se equivocaron en el plebiscito por la paz y en las elecciones de Congreso. Ahora bien, esto no es un fenómeno nacional, la elección de Trump o las últimas elecciones en Costa Rica demuestran que las encuestas no son, y por mucho, una ciencia exacta.
Las encuestadoras se defienden diciendo que son herramientas que miden un momento exacto o una fotografía temporal; pero no sería una sorpresa que campañas de algunos candidatos financien este tipo de encuestas para ponerlos a sonar. Después de que el zar anticorrupción fuera capturado por corrupción ya nada nos debe sorprender.
Gustavo Petro.
Curiosamente, todos los analistas apuntaban a decir que este candidato había alcanzado su techo después de las consultas presidenciales y que no había forma de seguir adhiriendo sectores de la izquierda pero, según las más recientes encuestas, sigue aumentando su porcentaje de favorabilidad. Para la juventud es todo un rockstar. (La Petromanía ya llegó con su baile bueno pa´gozá)
Lo bueno de Petro son sus ideas progresistas en cuanto a cambio climático, energías renovables, diversidad sexual y de género; así como la lucha y prevención de las drogas.
Lo malo de Petro es que sus ideas, bueno, se quedan en eso: ideas. Sus propuestas pertenecen al mundo de lo suprasensible y su ejecución parece simplemente imposible.
Se le ha oído a decir, en el tema de la salud, que quiere eliminar las EPS y que quiere llevar médicos hasta las casas más apartadas del territorio colombiano, jardines, colegios universidades, empresas (territorios saludables para el buen vivir). Y eso sería una maravilla, no hay un solo colombiano que pueda oponerse a esta propuesta, pero la realidad es que no esto no pasa ni en países desarrollados como Canadá. ¿Las visitas serian varias veces al año? ¿Cuántos médicos por región? ¿Plata de donde? ni el mismísimo Petro sabe las respuestas.
En el tema de Venezuela, señaló que una de las medidas en su gobierno para combatir el flujo migratorio sería alimentar al pueblo venezolano con el envío de suministros desde Colombia y así los venezolanos no tendrían que cruzar la frontera. (Tal vez el gobierno venezolano le pague en petros a Petro por esas vituallas).
Otra perla que soltó al candidato Petro fue cuando le preguntaron su posición frente a la crisis de Electricaribe a la que contestó que la solución era poner paneles solares. Hay que recordar que en este momento Electricaribe se encuentra intervenida y la región Caribe representa el 23% de la de demanda energética nacional.
Petro piensa solo con el deseo, y hay una incesante improvisación en su ideario de país. Si se quiere, maneja un discurso populista; promete y promete para luego salir con un chorro de babas.
Iván Duque.
Hace algunos meses, nadie sabía de dónde carajos había salido, no estaba en el imaginario colectivo la existencia de este candidato (salvo su progenitora) y ahora lidera la intención de voto en las encuestas bajo el poder electoral de Uribe.
Lo bueno de Duque es su competencia (¡ayy qué pilo!), va al grano, se pueden distinguir sus posiciones fácilmente. Ojo (pelao bebé) que no es mal candidato.
Lo malo de Duque no es el mismo Duque, pero sí lo es su partido y su jefe político y mentor Alvaro Uribe. De entrada tendrá que consultar todas sus decisiones con el expresidente quitándole toda independencia a su mandato. Y, teniendo en cuenta que existen, en contra de Uribe, algunas investigaciones que se vienen desarrollando, la pregunta del millón es ¿cuál va a ser el papel de Duque si alguna de estas investigaciones resulta en una sanción? ¿Qué pasará si la JEP encuentra testimonios que incriminen la participación del expresidente Uribe o de su familia?
En aras de ganar el voto cristiano, las posturas de Duque son obcecadas en contenidos como la eutanasia, la dosis mínima, familia y adopción de parejas homosexuales. Y en sus propuestas, en ninguna aparece la inclusión de la comunidad LGBTI. Estas posturas nos atrasan hacia una mejor sociedad, avanzada, que evoluciona.
Su propuesta en la lucha contra las drogas se limita a fumigación y erradicación forzada de cultivos ilícitos y penalizar el porte de la dosis personal. Es decir lo mismo que se ha venido haciendo y que ha demostrado ser un rotundo fracaso.
En un eventual mandato, queda en entre dicho el futuro del país por las reformas que planea hacerle a los acuerdos de paz con las Farc, de los cuales no solo hay grandes retos para su implementación, pero agregaría una mayor desestabilización política.