En medio de pandemias, tapabocas y alarmas, hay otras condiciones que sí están afectando todos los niveles de la vida, estemos o no encerrados en casa por voluntad propia. No pronunciaré acá un discurso sobre la necesidad de gozarse a uno mismo y esperar el mejor momento, tema que ya he tratado antes.
Es el desconcierto ante la propagación de una actitud muy propia de la pérdida de la ilusión que raya con lo hostil ante no encontrar un ser que se deje amar o no tenga el miedo de hacerlo.
Desde las conversaciones con amigos hasta las salas de chat, desde los desencuentros en citas a ciegas hasta mensajes despiadados por messenger, hoy, jóvenes y adultos que no pasan de los 45 años, se han resignado a una búsqueda cada vez más infinita.
Los encuentros pasajeros proveen la misma satisfacción que tomarse un buen trago de licor. Las experiencias de anteriores relaciones han creado ahora un comportamiento defensivo, ante el cual es más práctico huir en vez de aceptar condiciones que no tienen nada que ver con la espontaneidad de una nueva historia. En suma, hay demasiada gente lastimada, sin fuerzas para renovarse pero con la energía para desquitarse con otras personas o sencillamente buscar alternativas que resguarden su corazón de ‘futuros atentados’.
Tomar la decisión de hacer una vida con alguien ya no posee el talante de una decisión trascendental que habla de ‘sentar cabeza’. Ahora es una cuestión de especulación, un término de economía que se aplica perfectamente a esta temporada de malas citas y abundancia de desilusión. Lo curioso es que, por más que uno exprese a viva voz su interés por conformar una relación, es percibido como desesperación y falta de estructura, por lo que remiten a la vida disoluta, el eterno descomplique y la parranda como el modo más conveniente de estar solo.
¿Será que elegimos una época descabellada para las relaciones firmes? Para los que me leen ¿encontrar una relación estable no se ha convertido en una obsesión enfermiza? ¿Es mejor aislarse y dejar de buscar?
Yo no se que pensar… hay muchos factores para no encontrar una pareja firme y real… o para buscarla?
será que porlas condiciones en las que vivimos, estamos tan sumidos en el no compromiso, queno es mas facil, encontrar relaciones pasajeras y sin mayores complicaciones? usando todos los medios posibles aun la red.
o talvez no tenemos las herramientas indispensabls o no nos vlemos de ellas para comucnicarnos con el otro e interesarnos por todo lo que rodea al otro…
porque no se trata de encontrar » tu media naranja», se trata de encontrar tu complemento, en donde ese otro sea un ser completo, con metas, ideales,experiencias vividas, malas o buenas..y aceptarlas, porque al fin y al cabo, todos con errores somos un universo..
talvez solo talvez.. es que en nuestro obesivo, posesivo de tener alguien, no pensamos en el otro como un todo y queremos verlo comouna mitad que busca otra mitad para serun complemento y no deberia ser asi….
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Es que hay mucha hipocresia tambien al respecto, por lo que dices de que decir «quiero una relacion estable» se interpreta como desesperacion… pero cuando esos mismos partidarios del «amor tan libre» encuentran a alguien para enamorarse… resultan invitando a matrimonio tan frescos como cuando invitaban a rumbitas y a desparches… Entonces uno así no sabe qué hacer… no sabe si creer o no cuando alguien te hace ojitos y te dice «busco compañía sin mucho compromiso, seamos amigos chéveres»… ojalá aprendieramos a decir la verdad.
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Yo ya ni sé qué pensar… hace poco reflexionaba para mí misma y decía: apuesto poco – pierdo, apuesto todo – pierdo, apuesto a medias – pierdo… ¿lo mejor será acaso no seguir comportándome como ludópata? En estos tiempos de intolerancia creo que ese es precisamente el problema, no toleramos al otro, no nos toleramos nosotros mismos… tal vez un poquito de paciencia sea la solución… digo, ¿no?
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Creo que en el fondo esta incapacidad de relacionarnos que tú mencionas proviene no sólo de la experiencia vivida en las relaciones que nos han causado dolor o desilusión sino también de una falta de conocimiento en la forma correcta y sana de relacionarnos con los demás; nos gusta poseer, controlar y dominar mientras deseamos que nos amen con libertad. Yo prefiero tomarme con calma mi tiempo en soledad porque como dijo Antonio Machado <> y no es bueno negarse a la posibilidad de un encuentro con el destino.
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