Primera Dama (Original Chile)
Es sintomático para la industria nacional, muy alabada por la creación de historias, que en un mismo día se estrenen dos adaptaciones de sendas producciones extranjeras. Desde mi punto de vista, los estrenos de Primera Dama y Traicionera, por donde se les quiera ver, no son más que subproductos que buscan replicar el éxito de una historia en otros contextos.
Malparida (Original Argentina)
Para la industria esto es perfectísimo: total, ¡existen los adaptadores! Quitamos un chilenismo de acá, un che de allá y depuramos el libreto con tal que sea políticamente correcto. Alguna razón de mercadeo, inspirada quizás en el arrollador éxito de Betty la Fea, el paradigma de la universalización del melodrama, hace extensible la reproducción de una misma historia en dos, tres y hasta cinco versiones, las cuales -cosa curiosa- tendrán escasa o nula venta en el extranjero por temor a las comparaciones.
En una época de tecnología, de inmediatez, de fanáticos de las telenovelas y series, de You Tube como vitrina de las realizaciones de todos los países, resulta por lo menos inexcusable el que se reproduzcan versiones de una misma historia solo porque en el español hablado no se entienden. Allí el karma de Chile, la nueva fábrica de historias, pero cuyas producciones jamás verán la luz en otros países (salvo por el canal Pasiones) ¿Es esa una limitante?
Este negocio, entendido así, tiene que fracasar. Además abre otros interrogantes. Los creadores de las historias ¿tienen un acceso real a las regalías de las ventas de sus argumentos? ¿Es mejor negocio para una productora local producir un libreto, crear toda una infraestructura de promoción y terminar vendiendo solo la historia?
En los últimos dos años he buscado alternativas diferentes para entretenerme. Me gusta la ficción tanto desde el melodrama como de series. Las historias ORIGINALES. No me detendré en remakes al estilo Televisa, cuya mayor actualización se ciñe a los vestuarios y los celulares, pero de códigos morales nada. Ni en adaptaciones, como las que ahora tratan de vendernos los canales colombianos como la novedad. Yo, como consumidor pediría un poco más de cerebro para crear. ¿O es que hay huelga de escritores? Además no hemos aprendido de una larga lista de fracasos (más por el lado Caracol: Montecristo, Las Profesionales, Cómplices) La pecaminosa excepción (por RCN TV) Amor en Custodia.
Mi consejo es que busquen en internet todo lo que les parezca novedoso y dejemos que nuestra indiferencia mande a las franjas malditas esta clase de insultos a la inteligencia. ¿Les gustaría ver El Padrino versión criolla? No. ¿Y Una versión de Corazón Salvaje, donde Sara Corrales sea la heroína en desgracia? Mejor aún: encontremos quien nos interpreta a Jack Bauer para el 24 colombiano. Y se llamaría Juan Benítez.
Sígame en Twitter @juanchoparada
Comentarios