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¿Podemos decir que empezó una nueva era en el terreno de las series de fantasía para televisión? Y no solo eso: también parece el inicio de una guerra declarada entre plataformas de streaming, que expanden las fronteras de historias con probado éxito, viajan a sus orígenes para cautivar todo tipo de audiencias y cuentan con el respaldo de una abultada chequera.
Este primer ‘round’ le corresponde a HBO, quien encontró una mina de oro con Juego de Tronos, en una combinación de factores que desembocó en una de las mejores series del nuevo milenio, que combinaba intrigas palaciegas con sexo, crueldad, incesto, ordalías de sangre y profecías alrededor de un linaje y el destino de un mundo ligado a su descendencia. Para algunos fue la serie que cerró una era de la televisión tradicional y fortaleció los fandoms tan ávidos de material como acuciosos con el mismo. Por eso el final de la serie en 2019 fue un duro mazazo a sus expectativas, sobre todo cuando el final de su fuente literaria aún no se ha resuelto del todo.
Un fenómeno que pareció terminar de la peor forma posible para legiones de fanáticos no parecía fácil de resurgir con bríos y convencer que no se trata únicamente por el dinero que valía la pena hurgar en otras posibilidades narrativas. Tras un fallido piloto, es probable que los nervios se apoderaran de la plana mayor de la carismática empresa de contenidos premium, buscando afanosamente un gancho poderoso que ratifique su posición en la oferta actual de entretenimiento.
Así llegamos a “La Casa del Dragon”, primera serie derivada del éxito basado en la obra creada por George R.R. Martin, que retoma parcialmente otra historia de su autoría, la novela “Fuego y Sangre”, y se ubica cronológicamente casi doscientos años antes de de los sucesos conocidos al inicio Juego de Tronos. El 21 de agosto pasado desbordó todas las expectativas y se convirtió el mejor estreno en la historia del canal, lo que deja la vara muy alta para el resto de la temporada, pero confirmó sin duda que el camino tomado era el correcto. ¿Por qué creo que funcionó?
- Mantiene el espíritu de la saga. “Juego de Tronos” es una fábula sobre el poder, con sus muchos excesos y escasas bondades, con su oferta de dilemas éticos y morales a la orden del día. De ese modo es coherente que, en su viaje al pasado, “La Casa del Dragón” refrende esa circunstancia desde la perspectiva de la dinastía Targaryen, cuna de la legendaria Daenerys. En esa medida, esa reflexión que observamos en la serie original se preserva casi intacta: las conspiraciones, la violencia, el sometimiento, las diferencias políticas, el ‘todo vale’, el crimen. Así que por obvio que parezca, era imposible hacer todo un viraje cuando ese fue el atractivo tanto de la saga como de buena parte de la serie.
- Aunque busca su identidad, no reniega su origen. Desde el cine hemos visto que las precuelas o secuelas tratan de conservar la magia de las historias que lo iniciaron todo, algunas con mejores resultados que otras. En televisión es igual. Y “La Casa del Dragón” no se esfuerza en evitar los vasos comunicantes con la serie que conocimos. La presencia de los dragones, las profecías del porvernir, el despliegue de los escudos o esos detalles del vestuario, las tragedias sin cesar, la ambigüedad de los personajes y la música de Ramin Djawadi son aspectos que nos remontan inmediatamente a lo conseguido por David Benioff y D.B. Weiss. Se creó una estética de la serie y era necesario preservarla como rasgo de identidad, algo con lo que no pelean los showrunners Ryan Condal y Miguel Sapochnik, este último que por demás trabajó en la serie original. ¿Qué si hay menos sexo o desnudos? No le presté atención a esa nimiedad. Si la serie original hubiera carecido de ellos ¿no habría triunfado? Creer que el éxito dependa exclusivamente de incluir más o menos piel es una discusión trasnochada. Acá los tuvimos en la medida adecuada.
- El elenco sobresale. Frente a las actuaciones, el desafío de reproducir el carisma causado por las interpretaciones de Peter Dinklage o Lena Headey no era pan comido. Si bien nos vamos a enfrentar a un salto temporal en esta primera temporada, causaron grata impresión el buen trazo de los personajes de esta precuela, con grandes actores encarnándolos. Tal es el caso de Daemon Targaryen, a cargo de Matt Smith, y Milly Alcock, la joven Rhaenyra Targaryen, las dos actuaciones más destacadas en el piloto, sin demeritar el buen hacer de Paddy Considine y Rhys Ifans.
Habrá otros aspectos técnicos que sin duda superan lo conseguido en la serie madre hace diez años, lo cual por demás es lógico. Visualmente introduce muchas mejoras en imagen y sonido, pero aún tiene por delante otros aspectos por trabajar que dejen satisfechos a su exigente público. Desde luego el efecto causado supone un enorme reto para la plataforma HBO Max en evitar los inconvenientes que suelen presentarse durante la emisión de los capítulos. Lo cierto es que el fenómeno revivió con fuerza y si conservan lo ganado no dudo en que inaugurarán otro episodio épico con prácticamente los mismos elementos del pasado. Demuestran que tienen una comunidad fiel, que creció en estos dos años y ahora ya tienen a la mano su nueva dosis semanal de fantasía adulta.
¿Les gustó este regreso al mundo planteado en Juego de Tronos? ¿Qué futuro le ven a esta saga?
Podcast: Entrevista a Mek ABM
En este nuevo episodio del podcast conversé con un productor de género urbano que dedica sus esfuerzos a introducir nuevas promesas en el ámbito anglo. Gabriel N Dotel, conocido artísticamente como MEK ABM, lleva varios años en esa labor con diversos talentos a través de su empresa ABM Entertainment Worldwide.
Ha colaborado con reconocidos exponentes del género como Tego Calderón, De La Ghetto, Daddy Yankee, Don Omar, Karol G, Sebastián Yatra, Darell, J Álvarez, Baby Ranks , Nicky Jam, Ivy Queen, Lenny Tavárez, RKM Y KEN Y, Yandel, Alexis Y Fido, Arcangel, Farruko, entre otros, así que posee una experiencia interesante sobre la evolución del género que ya alcanza dos décadas y las claves del éxito en la actualidad. Los invito a escucharlo a continuación.
Guerras publicitarias
Históricamente hemos visto u oído de enfrentamientos publicitarios entre marcas reconocidas: Pepsi le responde a Coca Cola o Mac Donald’s a Burguer King, a través de diversos canales, respuestas que bordan el ingenio o el sentido del humor. Un caso reciente se registró en la ciudad de Ibagué entre las empresas de mensajería Servientrega e Inter Rapidísimo, al instalar la primera una valla muy cerca de las oficinas de la segunda, lo que originó la respuesta que vemos en la imagen; aunque esta clase de demostraciones son más comunes en el terreno digital ¿Recuerdan otras entre marcas conocidas que se dieran de esa forma?
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