¿ESTO LE PASA? CÓMO REHACER MI VIDA CUANDO FALLECE MI PAREJA (Y SIN LASTIMAR A NADIE)
Antes que nada, tras un breve período de ausencia, que me dejó una horrenda gripa y ganas de seguir en la cama, reaparezco de nuevo para saludar a los que me leen y están pendientes del blog.
¿La historia? Es sencilla. Usted pierde a alguien en forma definitiva. Ese cuerpo ya no está más al lado tuyo en la cama o al menos al otro lado del teléfono. Por corto o largo que haya sido el tiempo durante el cual permaneció con esa persona, le ha dejado una huella imborrable. Aun así, hay que seguir viviendo. El problema es ¿cuándo es el mejor momento para empezar de nuevo?
El duelo ya no es un sacrificio de luto permanente y años de abstinencia como señal de respeto a un vínculo que -creemos- permanecerá por encima de la muerte. Ahora la gente es más práctica. Sin alterar el significado que tuvo su pareja en su vida, afuera ropa negra y noches de llanto por salir a buscar una segunda u octava oportunidad.
Para centrarnos en un caso de la vida real, un hombre que bordea los 65 años perdió a su esposa hace cinco meses. Pasados los días, y ante la estupefacción de sus hijos, comenzó a salir con una atractiva jovencita de 27 años. El conflicto se desató cuando el padre sacó a relucir que su vida no había terminado con la muerte de su esposa y que tenía todo el derecho a compartirla con quien se le diera la gana. Para los hijos el asunto va más allá: les parece insólito que busque organizarse en tan poco tiempo con una mujer que , según ellos, demuestra físico interés. Además, está de por medio el lugar dejado por la madre fallecida, el cual será irremplazable por más que su padre encuentre una compañera digna de aprobación.
Esta situación evidencia, en su particularidad, que las decisiones relacionadas con la vida en pareja dejan de ser asunto de dos cuando hay familia por delante. Perder a alguien es dramático, pero iniciar una nueva vida sentimental en un breve tiempo es similar a declarar la guerra con Venezuela. Sea en la plenitud de la existencia o en un momento muy anterior a esta, el tiempo juega un papel crucial para definir cuando un viudo o viuda vuelve a darse un chance. ¿Debe contarse con el juicio de los demás? ¿Es totalmente perverso evitar la soledad tras perder a su media naranja?
Para los que me leen, ¿cómo experimentan el duelo? ¿Han sostenido confrontaciones con familiares y amigos por cuenta de iniciar una relación a tan poco tiempo de perder a alguien? ¿Qué consejo pueden dar?
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