No entiendo por qué las mujeres tienen ese vicio de dejarse grabar teniendo sexo. O de mandar fotos pornográficas, eróticas o sin ropa. Ese material termina casi siempre a la luz pública. O en grupos de WhatsApp. O aunque sea más de un hijo de puta que ellas ni conocen, termina viéndolo. No lo hagan. En serio. Luego están llorando. Demandando. Cerrando redes sociales. Sintiéndose una mierda. Algunas casi traumatizadas por el escarnio público. Sean coherentes con su puta vida. Yo nunca he sido de esos enfermos que se la pasan pidiéndole «nudes» a las hembritas. Tampoco de los que le mandan fotos de la verga. No sé qué pasa por la cabeza de esos desadaptados. Tampoco mantengo diciéndoles que me manden videos donde se toquen sus partes íntimas. O grabándolas para luego pajearme. Prefiero hacerlo mentalmente con los recuerdos o con videos de alguna plataforma «Tube». Me parece una estupidez estar todo arrecho con fotografías o videos amateur. Cuando me mandan ese material, lo miro. Obvio los disfruto, pero les digo mejor que dejen esa maricada y vengan a mi condenada casa o dejen de joder. Luego los borro por seguridad.
Tengo amigos que dentro de sus logros es «nudearse», ajá, ya instauraron el término, con mexicanas, chilenas, argentinas, españolas, y pendejas que nunca llegan a conocer en la vida real. Cuando me muestran los videos obvio los observo, opino, pido que los repitan, doy mis puntos de vista, mi análisis exhaustivo, ni que fuera maricón o majadero, pero al final siempre pienso: «pobres estúpidas». Lo cagada es que algunos de esos pendejos se han metido en problemas por estar exponiendo dicho material. Los problemas no han llegado a mayores, pero no faltará el día que algo grave pueda pasar. Algunos tienen colecciones de fotos, videos, organizadas en carpetas, con nombres, categorías…, ¡una gonorrea! Cuando me di cuenta de eso entendí que no quería tener hijos y menos mujeres. ¡Que fuerte que una fémina que llevase mi apellido terminara «archivada» en el computador de un enfermo haciendo un montón de vulgaridades! Por eso niñas, mujeres, señoras, porque ya me he dado cuenta que la putería abarca hasta más allá de los 60, ¡ajá!, me ha tocado ver videos de vejestorios que conozco, que podrían ser tu mamá o tus tías—, piénsenlo dos veces antes de exponer sus cuerpos, su sexualidad, su integridad, ante el smartphone de cualquier hijueputa bobo, solo por sentirse deseadas, darle sentido a su vagabunda existencia.