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“Salir hasta que sea seguro es no salir nunca”, con estas palabras Dennis Prager comenzó su video sobre los peligros de las restricciones contra el covid-19 que han tomado la mayoría de países en el globo. Hablar del futuro después de esta situación de confinamiento puede preocupar y hacernos reflexionar acerca de la importancia de nuestras libertades.

Una buena pregunta para evaluar el tema desde otra perspectiva es: ¿Qué puede ser más peligroso, la cura o la enfermedad? Diariamente nos enfrentamos a la realidad de tomar riesgos, algunos inteligentes y otros no tanto. Entre los riesgos inteligentes y necesarios que se deben tomar a diario, existen cifras que podrían causar escándalo y alejarnos de cualquier tipo de relación con el mundo exterior. Veamos algunas de ellas en Colombia:

  • Accidentes en carretera: Según la página lafm.com.co “El Instituto de Medicina Legal reveló que en lo corrido de 2019, 5.356 personas han muerto en siniestros viales…” Este reportaje se hizo en noviembre del mismo año. Sumado a este número están las 28.862 personas que han resultado lesionadas en dichos accidentes.
  • Homicidios por robo a mano armada: La estadística delictiva presentada por la página de la policía arroja como resultado para el 2019 un total de 12.558 personas asesinadas por robo a mano armada.
  • Accidentes peatonales: En diciembre de 2019 el periódico EL TIEMPO publicó la cantidad de peatones fallecidos en accidentes de tránsito durante ese año, esta cifra fue de 6.736 personas.

Si estos números fueran publicados en los periódicos nacionales diariamente, a medida que escalan a lo largo del año, entonces, ¿dejaríamos de manejar, salir a la calle o cruzar el semáforo? Las cifras anteriormente citadas suman en total 24.650 muertos, número que supera con creces la cantidad de muertes y contagios a causa del covid-19 en el país, que al día de hoy suman un poco más de 600. Entonces, ¿a qué se debe la histeria y la insistencia en la publicación de datos sin cansancio, durante día y noche, por parte de los medios?

El miedo, un arma letal 

El temor es uno de los instrumentos más eficaces para mantener el control. Siempre que las instituciones han deseado socavar las libertades individuales para obtener mayores beneficios han sacado provecho de la histeria, la irracionalidad y la incertidumbre. La iglesia católica vendió indulgencias, el imperio romano extendió su Pax Romana, los soviéticos sostuvieron su régimen totalitario; logros forjados a través del temor al purgatorio, al coliseo y a los gulags. 

Estos hechos históricos tienen su símil con la situación actual, si no completamente, por lo menos en gran manera, pues ¿qué sucederá en el futuro cuando aparezca otro virus? Sin lugar a dudas se convertirá en un precedente que amenaza nuestro derecho a  “una vida normal”. El temor, si nos dejamos llevar por él, nos hará rendir nuestras libertades al Estado “todopoderoso” para que haga lo que le plazca con ellas.

¿Qué tanto ha logrado la OMS?

Veamos que tan efectivas han sido las decisiones tomadas por las organizaciones internacionales como la OMS, la ONU y la OEA, quienes a través de la plataforma del temor causado por la pandemia y reforzado por los medios, se erigen como únicos y suficientes salvadores del mundo. Basta con mencionar la bochornosa situación en la que se encuentra la OMS, cada vez son más las pruebas presentadas por parte de Taiwán e Israel, dejando claro que a la OMS se le dió previo aviso del virus desde diciembre de 2019 y se le pidió informar y tomar las medidas correspondientes; estas medidas, de haber sido tomadas a tiempo, podrían haber salvado miles de vidas. 

El director de dicha organización, Tedros Adhanom, fue en otro tiempo el ministro de salud de su nación natal, Etiopía, lugar en el que se le atribuyen centenares de muertos por no haber informado de tres epidemias del cólera entre 2006 y 2009, sus propios compatriotas hicieron campaña en su contra bajo el hashtag #NoTedros4WHO. Aún peor, en su país fue militante de un un grupo terrorista, siendo acusado de cometer crímenes de lesa humanidad. Y para terminar, se le acusa de cubrir al gigante asiático para que este pudiera salir bien librado de la pandemia, pues en distintas ocasiones se le ha visto coquetear con sus líderes nacionales. (Hay mucha evidencia e información sobre este tema desde perspectivas alternativas que podrás encontrar en sitios web como: https://cesarvidal.com/ y https://www.lacontra.tv/).

Nuestro actual panorama debe recordarnos la frase del historiador y político británico Lord Acton: el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Existe una devoción casi religiosa al tema del coronavirus que se presenta como una bruma y nos nubla la vista, nos hace caminar como ciegos atemorizados guiados por otros ciegos. A través de esta bruma de temor algunos pocos nos quieren arrebatar, en palabras de Julio Cortázar, nuestras “soberanas libertades”. ¿Las rendiremos con tanta facilidad?

Este no es un llamado a la irresponsabilidad. Desde luego debemos tomar las medidas correspondientes para que nuestro raquítico sistema de salud no colapse. Tampoco es esta una invitación a la queja sobre el desempeño de los políticos, que por lo menos en nuestro país han demostrado, aunque dejando mucho que desear, que están interesados no solo en proteger la salud sino en salvaguardar la economía. Es un llamado al sentido común, la reflexión y la investigación. Cada uno de nosotros debe asumir la responsabilidad de investigar, sacar conclusiones y tomar decisiones en nombre de la protección de su libertad.

¿Existe otra opción?

Si los organismos internacionales y los gobiernos no nos pueden brindar las soluciones correctas, entonces, ¿quién lo hará? A lo largo de la historia podemos ver un común denominador, la respuesta más efectiva ante esta y cualquier otra situación, es la responsabilidad individual. 

Tal es el ejemplo de la peste cipriana, que azotó a Roma durante el siglo III d.C. Las familias literalmente botaban a sus muertos a la calle por temor a contagiarse. Los únicos que velaron por el bienestar de los enfermos fueron los cristianos de la iglesia primitiva, quienes arriesgaron sus vidas para proteger la de aquellos a quienes desconocían pero amaban. Todo como resultado de una idea sembrada en sus corazones por Jesús de Nazaret “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” Jn 15:13. 

Son las decisiones que tomemos hoy las que forjarán nuestro futuro y el futuro de nuestra nación, podemos seguir atemorizados y escondidos, o airados y quejándonos de la “platica” que el gobierno nos prometió pero que nunca llegó, o podemos usar nuestros talentos y generar la transformación que todos deseamos ver en nuestra amada Colombia. 

“El poder absoluto no nace con una imposición al otro, sino de la decisión de los individuos que se sienten protegidos, renunciando y concediendo la propia libertad a un tercero” – Thomas Hobbes

Por: Daniel Castro

 

Pérez Ávila. M. (23 mayo 2017). El etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, primer africano elegido director general de la OMS. ElMundo. https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2017/05/23/59246ba3268e3e91268b45ba.html

Berberana. E. (25 abril 2020). El director de la OMS: un marxista amigo de China acusado de ocultar las epidemias de cólera. 20 Libertad Digital. https://www.libertaddigital.com/ciencia-tecnologia/ciencia/2020-04-25/estado-alarma-coronavirus-tedros-adhanom-director-oms-marxista-amigo-china-epidemias-1276656525/.

BITE. (17 marzo 2020). Lo que los cristianos del Imperio romano nos enseñan sobre cómo lidiar con una pandemia. BITE. https://biteproject.com/compasion-peste-roma/

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