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¿Qué le pasó a Danay Suárez?

Sí, la rapera cubana que ganó la Gaviota tres años atrás en Viña del Mar hizo algo tan inesperado como «imprudente»: cambiar la letra de la canción. (https://youtu.be/WJx_zWGaVZ4)

¿Qué le pasó?

Tendrá que comparecer frente a otro tipo de jueces. Demandada por difamación, discriminación y ultraje. Todo esto, por muy increíble que parezca, debido a un texto que compartió en su muro de Facebook¹. Quienes la acusan, dicen que en el mismo se iguala la pedofilia, un trastorno psicosexual (CIE-11) además de un delito con la homosexualidad; que en 1973 dejó de ser una desviación sexual (DSM) para convertirse en una orientación o preferencia.

Sus acusadores también aprovechan para difamarla e injuriarla. Pero eso al parecer no es tan malo. Y desde luego, Danay no va a demandar a cada persona que la ofendió. Ahí están los comentarios que van desde «ignorante», «retrasada mental», «retrógada», «das asco»; hasta otros más que hablan de sus seres queridos, como: «me cago en tus muertos». Sin contar las amenazas. Podría continuar, pero es tan penoso que no sé si valga la pena.

Este viernes 21 de agosto debería ser el juicio, pero el covid lo impidió. Solo Dios sabe cuándo ocurrirá y cuáles serán los resultados. Mientras tanto no puedo dejar de pensar en qué le pasó a Danay. ¿Acaso no sabe que en un país donde la prudencia es un valor sagrado cualquier imprudencia, aunque sea mínima, atenta contra el orden social? ¿No sabe que uno tiene que callar y aguantar? ¿Todavía tiene el valor de pensar o peor aun, de expresar lo que cree? ¿El cristianismo la habrá enloquecido?

El caso de Cuba es ejemplar, pero no único. Y sin importar dónde uno se encuentre pensar diferente al resto puede considerarse un peligro. En ese contexto cualquiera es minoría. Haz la prueba. Ahora que hablar de Uribe es moda, intenta hacer lo contrario como un mero ejercicio social. Ya me contarás los resultados. Pero ojo, ese no es el problema, el problema está en el silenciamiento por la fuerza, que puede venir encapsulado en el poder gubernamental o en el de la opinión pública.

Déjenme ponerlo de otro modo

Lo que le pasó a Danay Suárez es que vive en otra generación. El país cambió, pero ella no. Cometiendo así la mayor de las imprudencias. Dejó el mundo, pero el mundo se niega a dejarla a ella. Quizás si hubiera vivido en la década de los 60 su opinión habría sido una más, y todo sería distinto.

Convenientemente, los cubanos olvidamos la historia; pero lo escrito, escrito está. Supongo que es un modo de enfrentar la realidad. Pero cabe recordar que quien fomentó en este país el trato «discriminatorio» para con los homosexuales no fue Danay Suárez. Ella no trató a nadie como lacra social ni los aisló como criminales.

Las declaraciones del comandante Fidel Castro son parte de las cuestiones que no se deben mencionar por prudencia. Bajo esa mirada, lo que voy a hacer, al igual que lo hecho por Danay es una «imprudencia». Pero en virtud del argumento permítanme plasmar un fragmento de uno de sus discursos, pronunciado el 13 de marzo de 1963:

(DEL PÚBLICO LE DICEN: «¡Los flojos de pierna, Fidel!», «¡los homosexuales!»)

«¡Un momento! Es que ustedes no me han dejado completar la idea (RISAS Y APLAUSOS). Muchos de esos pepillos vagos, hijos de burgueses, andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos (RISAS); algunos de ellos con una guitarrita en actitudes “elvispreslianas”, y que han llevado su libertinaje a extremos de querer ir a algunos sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides por la libre»

«Que no confundan la serenidad de la Revolución y la ecuanimidad de la Revolución con debilidades de la Revolución. Porque nuestra sociedad no puede darles cabida a esas degeneraciones (APLAUSOS). La sociedad socialista no puede permitir ese tipo de degeneraciones»²

Cada quien puede interpretar este texto como quiera. Algunos dirán que fue un error de interpretación, que soy malintencionado, que eso es cosa del pasado, si es que alguien admite lo escrito; pero lo cierto es que esta no es la única evidencia.

¿A quién vamos a responsabilizar no de palabras sino por sus hechos de estos actos que la comunidad LGTBIQ+ en Cuba parece no querer recordar? Y tampoco hace falta, pues el propio Fidel Castro en una entrevista, luego de 50 años de tratos discriminatorios contra homosexuales, cristianos y otros grupos sociales, lo reconoce:

«Hace cinco décadas, y a causa de la homofobia, se marginó a los homosexuales en Cuba y a muchos se les envió a campos de trabajo militar-agrícola, acusándolos de contrarrevolucionarios».

La respuesta es categórica:  «Si alguien es responsable, soy yo…»³

Pero tú crees que a alguien le importa eso. Tú crees que a alguien le importa la historia. Lo que Danay compartió es infinitamente menos malo suponiendo que esté equivocada, que lo que Fidel dijo e hizo; pero… hay cosas que es mejor no traer a colación. ¿Cierto?

Cambió su actitud. Y después cambiaría la Constitución. El último paso y más importante sería cambiar la mentalidad cubana. En eso estamos ahora. La consolidación del pensamiento único. Si no piensas como yo eres malo. Ahora mismo no me voy a meter en el tema de si esos cambios son morales o no, convenientes o no. El punto acá es la aparición de un nuevo tipo de discriminación y persecución política por minorías recientemente favorecidas.

¿Te has preguntado por qué irá Danay Suárez a juicio y no su autora?

Cuando Danay Suárez compartió el texto ya era viral. Es decir, muchas personas antes que ella lo habían compartido. ¿Por qué no fueron llevados también a juicio? No espero que suceda.

¿Por qué hasta el momento nadie de la comunidad LGTBIQ+ ha pedido perdón por las palabras discriminatorias y ofensivas que le dijeron a Danay? Y lo más importante, ¿por qué no se demostró con argumentos dónde estaba su error? ¿Por qué se apeló a los tribunales?

Definitivamente lo que le pasó a Danay es lo mismo que le va a pasar a cualquier «imprudente». Es decir, cualquiera que se aleje un poco de la visión oficial del gobierno. Primero el descrédito. Segundo los tribunales. Dios tenga misericordia de nuestra nación.

Aunque en realidad solo me preocupan dos cosas: ¿será el tribunal de justicia el mediador del diálogo social en lugar de la verdad? Y la otra cuestión, si Danay resulta inocente, ¿quién va a restaurar su honor?

 

Por: Sergio Lopez

¹https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=2488373871454723&id=100008464025551

²http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1963/esp/f130363e.html

³https://www.jornada.com.mx/2010/08/31/mundo/026e1mun

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