Ante una crisis por los fondos destinados para la educación no nos queda si no cuestionar si tener una fábrica de profesionales es la solución.
La educación no es solo un titulo, por definición es la formación del intelecto y la moral de un individuo, que en definitiva ninguna de las dos variables depende de ir a la universidad.
Ante una crisis por falta de presupuesto para los estudiantes me detuve a hacer un análisis de si lo que necesita el país es seguir aumentando el número de profesionales o mejorar la competitividad laboral desde otras verticales.
Llegue a un punto de vista que puede ser controversial e incluso sonar algo hippie pero más allá de los estudios, la universidad y la carrera estamos en una crisis de valores y de propósito.
Ser profesional no es tener un diploma enmarcado en la pared es reunir un conjunto de habilidades y desempeñarlo de la mejor forma. Habilidades que se desarrollan en la vida y en la práctica, el servicio, la responsabilidad y el respeto que están muy lejos de las cátedras universitarias.
Cada día vemos más como en el mundo deja de ser importante el título y se contratan personas por lo que pueden aportar a la organización, por lo que sabe y a aprendido empíricamente. Y por supuesto por la actitud, según Forbes la dinámica de contratación en las nuevas empresas depende de las habilidades sociales como la adaptabilidad al cambio, la disposición, el trabajo en equipo, el dinamismo y la capacidad de ingenio en la resolución de problemas.
Hoy en día las profesiones más demandadas en el mundo en los campos de tecnología, diseño web, marketing. etc. Se pueden aprender por internet con la práctica y la disciplina adecuada.
En una época de hiperconectividad la ignorancia es una elección
Jack Ma uno de los personaje más influyentes en esta era en términos de negocios, fundador de Alibaba y el hombre más rico de China dice
No leo de qué universidad se graduaron, porque sin importar si son bachilleres, phd o profesionales eso solo me indica cuanto gastaron en su educación. La verdadera escuela esta allá afuera en donde demuestras que lo que aprendiste puede hacer la diferencia. Busco personas con pasión que estén dispuestos y listas a aprender; que sin importar si son doctores sepan que nunca se sabe todo.
Necesitamos personas con la capacidad de aprender y des aprender, con la inteligencia emocional para adaptarse al cambio, con mentes creativas que aporten al futuro pero sobre todo que entiendan que los cambios siempre generan desequilibrio y que la única forma de mantenerse en pie ante la velocidad de la transformación es moviéndose y no mirando atrás las cosas que se pierden si no adelante viendo las oportunidades.
Estamos enfrentando una revolución frente a la transformación tecnológica y tenemos que asumir que el mundo cambia todos los días y con esto se transforman las dinámicas de trabajo.
Se me alargo este blog entonces pondré una segunda parte, para cerrar este primer capítulo quisiera dejar dos preguntas que responderé en el siguiente blog, pero que quisiera conocer sus opiniones: ¿Las habilidades, actitudes y aptitudes que requieren las empresas y el país se aprenden en la universidad o se aprenden en el hogar? y por último ¿Los conocimientos necesarios para convertirse en profesional se pueden aprender en un proceso autónomo?
Próximos a terminar el año y con el propósito de retomar esta actividad que me encanta que es escribir, pero que poco tiempo tengo para dedicarle, les envío un saludo y les dejo dos recomendaciones.
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Libro: Las uvas de la ira – John Steinbeck. Un libro muy propicio para esta época de migración Venezolana. Relata el drama de una familia que por la sequía se ven obligados a dejar sus tierras. Un clásico de la literatura no muy popular pero que muestra cómo podemos sacar lo mejor de sí mismo incluso en las peores circunstancias.