Este ha sido uno de los mejores años para la bolsa de New York, una alternativa a la mano de cualquier persona que quiera capitalizar, mejorar sus ahorros e invertir.
Claramente este año ha sido atípico en muchos aspectos, la pandemia mundial nos cambió las dinámicas de vida, formas de trabajo, estudio y esto se ve reflejado en la economía para bien o para mal.
Muchas industrias, fuertemente golpeadas, nos mostraron la vulnerabilidad de la “estabilidad” y otras, favorecidas, la oportunidad de invertir.
Wall Street fue y sigue siendo una de esas oportunidades no solo por la pandemia; desde el 2019 venía rompiendo récord de crecimiento, pero en el 2020 se aceleró. El inicio del coronavirus y tras el grito de pánico en marzo los mercados mundiales tuvieron una caída superior al 30 % y esto dio entrada a muchos nuevos inversionistas que buscaban una recuperación a largo plazo, esta se dio en pocos meses metiendo en los bolsillos de ellos grandes ganancias.
Crisis financieras anteriores como la de las puntocom (1997-2000) y la crisis inmobiliaria (2007-2009) tuvieron un tiempo de recuperación en el mercado accionario de más de dos años, mientras la crisis del covid, en la que se estima una contracción del más del 5 % en la economía mundial, tardó seis meses en volver al punto pre-covid.
La volatilidad de la bolsa de New York es uno de los atractivos más buscados, gracias a esta el mercado da oportunidad de ingresar. En octubre y noviembre tuvo ligeras caídas que se nombran como correcciones y se espera una nueva en los primeros meses del 2021.
A que voy con todo esto… Este año fue muy bueno para los inversionistas, pero siempre hay oportunidad en la bolsa de New York. Algo que nos enseñó el covid es que no podemos depender de solo un ingreso y que hoy más que nunca debemos tener unas finanzas potentes.
Ahorro, fondo de emergencia, fondo de retiro e inversión; esos amigos fastidiosos que nos nombran en todos los libros de finanzas personales son los únicos que nos hacen crear riqueza y tener tranquilidad financiera.
Terminé de leer el libro de Morgan Housel The Psychology of money, soy seguidora hace años de él, pero este libro me dio unas pautas muy poderosas que quiero compartirlas.
Ahorra como pesimista e invierte como optimista.
La base de la economía está en el positivismo, nada en el mundo funciona sin él, es el motor de las finanzas.
Si tienes 100 dólares en el bolsillo y piensas que todo está bien, vas gastar o invertir, es decir entrarás en un ciclo dinámico. Pero si por el contrario tienes miedo o estás negativo pensando que todo va a salir mal, los guardarás y así se estancará la economía.
El miedo es un instinto básico de protección pero en ocasiones no nos permite avanzar, el factor común de la mayoría de adinerados empresarios o inversionistas es justo la osadía.
El optimismo y el pesimismo pueden ir de la mano, esto suena contradictorio, pero lograr este equilibrio es la clave.
En el libro habla específicamente de Bill Gates y cómo su visión a largo plazo le permite arriesgarse en un sector muy impredecible como es el de la tecnología, pero manteniendo el pesimismo a corto plazo. Gates habla de su paranoia constante respecto a que cualquier cosa puede salir mal y esto solo lo ha mitigado ahorrando por lo menos lo equivalente a los gastos de un año.
La ley de Littlewood dice que esperemos un milagro y una tragedia una vez al mes. Básicamente en el libro explican cómo los milagros son simples estadísticas. Si pensamos en estadísticas, cada 10 años hay una crisis profunda en el mundo por un desastre natural, una pandemia, guerra o falla del sistema financiero y depende de nosotros estar en las mejores condiciones para estos eventos.
Si pensamos en estadísticas, cada 10 años hay una crisis profunda en el mundo por un desastre natural, pandemia, guerra o falla del sistema financiero y depende de nosotros estar en las mejores condiciones para estos eventos.
La economía se basa en el positivismo sin importar la guerra, la pandemia o el desastre natural. Todos los días personas y empresas se levantan a buscar soluciones basadas en la esperanza de que todo va a estar mejor y estadísticamente así es.
¿Cómo poner la estadística y la probabilidad a nuestro favor?
Ahorrar no es suficiente por diferentes variables como la inflación pero cuando mezclamos el ahorro con la inversión entramos a la fuerza más poderosa del mundo: el interés compuesto.
¿Qué es el interés compuesto?
Es el que va sumando los intereses al capital inicial, en este caso tiene un efecto multiplicador porque se generan intereses sobre los intereses.
Para simplificar el ejemplo hablemos de 100 dólares a un interés del 10 % anual. Tras un periodo de tiempo, digamos un año, tiene un rendimiento de 10 %. De esta forma, el capital inicial pasa de 100 a 110, al final del siguiente periodo los intereses generados son de 11 dólares equivalentes al 10 % sobre 100 dólares que, sumados al capital inicial, daría un resultado de 121 dólares.
Hasta aquí se ve cómo empieza un incremento, pero los resultados más impresionantes se ven al cabo de varios periodos.
Ahora bien esto es con el ejemplo de un capital inicial que no se mueve nunca, pero si además de este interés compuesto mezclamos el ahorro periódico, los resultados se multiplicarán.
El interés compuesto es un concepto básico de finanzas personales y matemáticas financieras, sin embargo, no siempre es fácil de entender, pero sí se logra aplicar es un factor decisivo en el incremento del capital.
Evalúen Wall Street para iniciar un fondo de Inver Ahorro, actualmente se puede invertir desde 30 dólares, pero más que esto aprendan de sus finanzas y anticipen los eventos que pueden dificultar su economía personal.
Los invito a seguirme en mis redes sociales, ahí hablo de estos temas de inversión. Para los que quieran ahondar en estos conceptos los invito a mi entrenamiento gratuito para invertir, que inicia esta semana en vivo. Por acá les dejo la invitación Registrarse aquí
Feliz día de las velitas y nos leemos pronto.
Juliana Matiz
@SoyJulianaMatiz