Aerocafé: muchos “aviones” y nada de pista.
Cada vez que pienso en la forma como se viene construyendo el macro proyecto del Aeropuerto del Café, por demás lento y traumático, me viene a la cabeza la idea, y no es descabellada si se tiene en cuenta que dicho proyecto se volvió viable, de tender un viaducto o puente entre el alto de Letras (3.700 msnm) y el alto de La Tribuna (3.000 msnm), quedando la capital de Caldas a 1 hora y media de la capital de Colombia, se tendría una vía despejada, rápida y sin los obstáculos de derrumbes, se ganaría un tiempo precioso en menos horas de viaje y se economizaría el costoso mantenimiento de la vía en aproximadamente 200 Kms de carretera. Sólo el transcurso de los años nos desvelará si era o no necesaria esta mega obra y su “archimillonaria” inversión en la construcción del aeropuerto de Palestina (Caldas).
Este proyecto ha tenido defensores y detractores a ultranza y a diestra y siniestra con argumentos valederos y de peso. En la actualidad su ejecución se encuentra suspendida por falta de recursos. No hay duda de que la inversión más grande que se ha hecho en obras de infraestructura en toda la historia del departamento de Caldas, es ésta, gracias a la gestión del gobierno nacional, en primer orden, y seccional y local, superándose las exigencias para su financiación, no obstante sus costos haber sobrepasado su estimativo presupuestado. Es una inversión pública de gran envergadura para el desarrollo de la región y de estrategia nacional, sin consideración, para algunos, al flujo a futuro de carga y de pasajeros.
Para el Aeropuerto del Café, inicialmente se aprobaron $258 mil millones, a través de una asociación entre el Gobierno Nacional ($109.577 millones), la Gobernación de Caldas y la Alcaldía de Manizales, ($118.225 millones), que según el Departamento Nacional de Planeación (DNP) “provendrán en parte de un crédito por US$30 millones con el gobierno español, que se subrogará al departamento y al municipio”. Estos costos se desbordaron considerablemente debido a múltiples factores, entre ellos por un alto grado de corrupción que ha acompañado al proyecto desde su etapa inicial.
En el año 2010, empezando el gobierno Santos, el ministro de Transporte, el caldense Germán Cardona Gutiérrez, en visita a Manizales, olisqueó el festín corrupto que se avecinaba, y prendió las alarmas con antelación para advertir con gran sutileza sobre el especial cuidado que se debe tener con esta mega obra no solo por parte de los organismos de control, sino por las directivas del Aeropuerto, sobre la responsabilidad de los contratistas e interventores y, en especial, pidió la colaboración de la ciudadanía en general, para ejercer una eficaz veeduría y seguimiento a la ejecución y terminación de la obra dentro de los parámetros legales y contractuales. Esto lo dijo un ministro, y ni así prestaron atención.
Y por supuesto, a Cardona Gutiérrez le asistió en ese entonces toda la razón para sus temores premonitorios. Por esas calendas, un diputado del partido de ‘La U’, hoy Senador del Centro Democrático, denunció a un intermediario contratado por Inficaldas e Infimanizales para tramitar un crédito externo y afirmó que éste intentó sobornar a una firma con la promesa de hacerle ganar la adjudicación, sin que hasta el momento se conozca ningún resultado de la investigación; posteriormente, se fueron presentando fallas en la obra: inestabilidad o hundimiento en un terraplén, no se conocieron detalles técnicos o satisfactorios oportunamente; la construcción de los tres terraplenes, incluyendo la interventoría, tenían un costo cercano a los 120 mil millones de pesos; había mucho de donde “arañar”, y varios codiciosos se mezclaron en diferentes consorcios siendo dueños de empresas en común (contratistas e interventores), lo cual dejó un sabor amargo y preocupante por su hedor pestilente, dejando mucho que desear en la calidad de la obra contratada. Este fue el abre bocas o aperitivo para empezar a corromper el proyecto dando paso a conformarse un verdadero y perfecto “Concierto para Delinquir”, y los órganos de control e investigación por ninguna parte, frescos y sin hacer un carajo.
Los estamentos oficiales y cívicos del departamento, en ejerció de su misión, así como la clase política dominante y corrupta que tenemos en Caldas, o hicieron parte de esta comilona corrupta o cohonestaron con ella o alcahuetearon o encubrieron a estos “pillos de cuello blanco” que expoliaron miserablemente los grandes recursos que se han girado para las obras del aeropuerto, esta inferencia se hace, ya que hasta el momento no ha pasado nada y todo sigue en silencio sepulcral, y que hoy en un acto de contrición muchos se rasgan las vestiduras ante el anuncio del gobierno central de suspender los giros por iliquidez, no preocupándoles la parálisis de la obra, sino el peligro de que se acabe la gallina de los huevos de oro.
Se estableció, casi inequívocamente, algunos hechos o situaciones anómalas en el otorgamiento de los contratos de obra de los terraplenes 8, 9 y 10 del proyecto, así como en los de interventoría, que preocuparon a la ciudadanía en general, como deberían de haber preocupado y molestado, con sobrada razón, a la autoridad departamental y municipal y a los directivos del Aeropuerto, quienes a tiempo de la adjudicación omitieron a sabiendas el análisis objetivo de la documentación, ni se ha hecho investigación posterior al respecto, no obstante, ser ampliamente conocido por todos el entramado de estos consorcios, lo que demuestra la desidia y falta de diligencia y responsabilidad de las directivas contratantes y la inoperancia y connivencia de los entes de control e investigación.
A medida que se escudriña sobre este ‘cartel criollo’ de la contratación brotan a borbotones inconsistencias que son imposibles de pasar desapercibidas, ya que están consignadas en documentos de registro mercantil y cuya revisión, como se dijo ya, se omitió dolosamente en procura de tapar o favorecer estas ignominiosas empresas proclives a la trampa y, por ende, al delito, lo que compromete seriamente, y en primera instancia, al Gerente de Aerocafé de la época, Francisco Cruz Prada, y cuyo ejemplo se hizo extensivo a posteriori como una epidemia..
Qué gran daño le hizo a Caldas en general esta clase política corrupta doméstica, enquistada hoy en el Partido de La U. y en el Centro Democrático, y a la obra en particular, al haber presionado o, mejor, exigido al gobernador de la época para que nombrase al “llanerito solitario”, Cruz Prada, en la gerencia del Aeropuerto del Café, como si no hubiese un coterráneo en estas agrestes montañas más capacitado y menos ladrón. Estos nuevos politiqueros se dicen ser los salvadores de Caldas de las “garras” de la coalición Barco-yepista, resultando más perversos, de menos bagaje intelectual, moral y ético, de menos identidad, más ineptos, pero, eso sí, de mayor visión para contraer maridajes con los reductos de los paramilitares y con los narcotraficantes, así estén “extraditados”.
La ex Contralora General de la República, Sandra Morelli, en declaraciones concedidas a RCN, desde su exilio en Roma, Italia, afirmó que cuando iba a iniciar la investigación sobre responsabilidad fiscal en el Aeropuerto del Café, un funcionario de la fiscalía la había increpado advirtiéndole que si abría esa investigación tendría muchos dolores de cabeza, dando a entender que en este negociado existía mucho “pez gordo”. ¡Qué tristeza! ¿Es éste el país que nos merecemos? ¿Serán estos los funcionarios idóneos y diáfanos para controlar, investigar y sancionar a esta clase selecta y privilegiada de corruptos? ¿No sentirán vergüenza las autoridades judiciales, empezando por la Corte Suprema, de ver tanto tropel delictual impune y sentados muy orondo en las curules del Congreso nacional? ¿Qué será lo que se untan mis coterráneos caldenses, especialmente los politiqueros, para permanecer inmunes al peso de la ley por tantas de sus fechorías, incluyendo alianzas con paramilitares y narcotraficantes?
En días pasados le escuché a uno de nuestros parlamentarios hacer unos comentarios sobre Aerocafé y, con eufemismos y timorato, señalar fallas y la manera de enderezar los entuertos, lo mismo le he leído a algunos periodistas locales, quienes no se han tocado la fábrica de testosterona y a poner, sin cobardía, el dedo en la llaga.
Marco Aurelio Uribe García.
Manizales, octubre 30 de 2014.
Tiene toda la razon en sus afirmaciones, y lo mas triste del caso es que hacia cualquier zona del pais que miremos la situacion es exactamente la misma. No hay de que hacer un caldo, como dicen, cuando se mira la clase politica de nuestro pais, no hemos evolucionado y aun seguimos comportandonos como los ampones que enviaron con Don Cristobal a descubrirnos, y aun mas triste… nosotros los electores seguimos legitimando esta recua de ladrones en cada una de las elecciones en la que decidimos participar. La verdad, y reconozco ser pesimista, no veo una luz al final del tunel. Si seguimos regalando nuestro voto por un almuerzo, por una teja o una ancheta (ahora que esta de moda un tal Ivan) no hay nada que hacer, no veo venir una revolucion en la educacion que le enseñe a nuestro pueblo a pensar y ser critico, a empoderarse y darse cuenta del valor de un voto. La verdad creo que seguiremos viendo como otros tantos Aerocafe, metro de bogota y proyectos similares son asaltados sin un minimo asomo de verguenza hasta que la muerte nos separe. Buen dia.
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