Aval político: ¿compra-venta, linaje o capacidad con modestia y voluntad de servicio?
Aval político: ¿compra-venta, linaje o capacidad con modestia y voluntad de servicio?
Razón le asiste a muchos que frecuentan los mentideros políticos y sociales cuando sostienen como aserto incontrovertible que la dirigencia caldense, tanto política como empresarial, viene de tiempo atrás de “capa caída” perdiendo audiencia en el concierto nacional, lo que está ocasionando estancamiento en su desarrollo regional por carencia de inversión no solo del sector público, sino del privado, todo debido a la falta de credibilidad y desconfianza que generan los que ostentan, inexplicablemente, esa vocería y, por ende, el poder político y económico.
En los días de Semana Santa, época propicia para la reflexión, recibí de un amigo un correo en el cual me transcribía una fábula atribuida al Creador y cuyo referente es la clase política en general, pero distinguía al político latino con una impronta inconfundible sobre los demás, y la cual cae como anillo al dedo en la clase política que impera hoy en Colombia, con especial fijación en la caldense, lo cual no es ninguna exageración si el análisis proviene de un conocimiento de vista o de trato o de comunicación: “el latino que es político y honesto, no puede ser inteligente; el que es inteligente y político, no pude ser honesto, y el que es inteligente y honesto, jamás podrá ser político”
Virtudes estas que se dan o combinan perfectamente en ciertos politicastros de la Unidad Nacional que detentan el poder político en Caldas, ya que el trocamiento de estas con ausencia notoria de un buen nivel académico, cultural, ético y moral, impiden que su vocería y conducción sea legítima, acertada y diáfana, máxime si se tiene en cuenta que su liderazgo se alcanzó de manera espuria con un electorado de mayoría pírrica, a través de artimañas, alianzas o patrocinio de personas con mácula delictiva y de los nefastos “cupos indicativos”, que son por excelencia el caldo de cultivo de la corrupción y de la impunidad.
Los caldenses todos los días vamos de mal para peor; el derecho al voto se ejerce por una mayoría de sufragantes en forma irracional y degradante, en donde prima su valor económico o la promesa burocrática o la expectativa de ingresar al carrusel de la contratación; lo más ignominioso de la feria electoral es la venta o hipoteca de la autodeterminación sin ningún pudor, interesando poco o nada las condiciones humanas de los aspirantes a corporaciones públicas o a cargos de elección popular, ni su oscuro pasado, ni la procedencia de sus grandes fortunas, ni su capacidad e intelecto. No, entre más delincuente sea es mejor candidato, y si tiene el apoyo de narcoparamilitares es el óptimo para ocupar la curul o el cargo.
El próximo mes de octubre (25) se realizarán las elecciones para la escogencia de gobernadores, alcaldes, diputados y concejales en todo el territorio nacional. Al momento de escribir este artículo se desconoce los nombres de los candidatos avalados para las diferentes dignidades en Caldas, situación que ha producido cotarro en gran parte de la comunidad, sobre todo en los de Manizales, no encontrando justificación para el hermetismo con el que han manejado los partidos o movimientos políticos la escogencia de candidatos para otorgar su respaldo, de lo que se infiere que tienen reservado el aval para la Alcaldía en un candidato o muy bueno o muy malo, con tendencia de que sea pésimo, ora porque no llena las expectativas que reclaman los estratos sociales 1, 2, 3 y 4, ora porque es persona inepta, sin experiencia y sin ninguna sensibilidad humana, ora porque el único mérito es ser un perfumado de una rancia rosca (no clasifica en élite).
Fuentes autorizadas sostienen que hay diferencias abismales, en todo sentido, entre los “iluminados” que conforman la Unidad Nacional en Caldas, para escoger candidato a la Gobernación y a la Alcaldía de Manizales. Están pelando el cobre, y todo parece indicar que algunos piensan ostentar un status o condición social o linaje que jamás han tenido, procurando congraciarse con la “alpargatocracia”, imponiendo un candidato de su ralea a la Alcaldía, y que garantice no el bien y desarrollo de Manizales y su gente, sino los intereses y gabelas de unos pocos privilegiados y, por supuesto, de los avaladores y de su rosca corrompida.
La suerte de Manizales nos interesa a todos los que residimos en ella, sin importar el lugar de nacimiento o por lo menos en cuanto a mí respecta. Es bueno que sepan y entiendan algunos “topos” políticos, incluyendo a unos de la Unidad Nacional, que sólo hay dos personas que tienen inmensas posibilidades, en caso de ser candidatos los dos o uno de ellos, de ser elegido Alcalde de Manizales, Adriana Gutiérrez Jaramillo y Octavio Cardona León, por razones obvias y conocidas: tienen carisma y tienen votos propios, y en todos los Barrios de la ciudad. Así de sencillo, tienen los votos que no tienen los “avaladores”.
Doña Adriana, debe de ser la candidata a la Alcaldía de Manizales por el Centro Democrático, y a la cual es difícil disputarle esa posición, sólo Cardona León sería un contendor de respeto y con grandes posibilidades, los demás, quedarían pulverizados.
Si el ex personero de Manizales no consigue el aval por la mayoría de los miembros de la Unidad, y esta recayese en otro, estaríamos frente a diversas hipótesis: la Unidad Nacional en Caldas, se fragmentaría, y quedaría al descubierto como lo que es: una colcha de retazos; el candidato (por firmas o avalado por un partido aunque sea fantasma) Octavio Cardona (liberal de cepa), seguiría adelante y buscaría el apoyo de los que no votaron por el avalado; este movimiento (todavía sin nombre) decidiría a que candidato a Gobernación, Asamblea y Concejo apoya.
Si el movimiento político que lidera Cardona no claudica y consigue adhesiones, como debe de conseguir, será un rival duro de vencer en la contienda por la Alcaldía para el Centro Democrático, y a este Partido se le facilitaría el camino para alcanzar la Gobernación del departamento. Y lo que era la Unidad Nacional, en esta región, se quedaría sin el pan y sin la leche, o sea, “ni chicha, ni limoná”.
No olviden, ni subestimen, el trabajo político de Cardona León, su cosecha está próxima a recoger y sus frutos están diseminados por toda la ciudad, y convertidos en “votos” en los diferentes estratos sociales. El mismo fenómeno se está dando en todo el departamento con el “Cenizo” Castaño Pérez. ¡Ah, y entre más los discriminen y les hagan el feo, más se le crecerán!
Marco Aurelio Uribe García.
Manizales, abril 9 de 2015.
@mauriga75.
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