¡Señor, usted está en el lugar equivocado!

La gente falsa y las cucarachas tienen algo en común: están en todas partes.

Esta advertencia la deberían de haber hecho de tiempo atrás los miembros (léase parlamentarios) que conforman la Unidad Nacional en el departamento de Caldas, los dos “señores” del partido de la U., Arturo Yepes, integrante especial por orden expresa del Vicepresidente y como refuerzo o aliado de Cambio Radical, y el “Cenizo” Castaño del partido liberal, al multifacético senador Sierra Grajales, por cuanto es de público conocimiento que el partido conservador no hace parte de los comensales de la mesa opípara de la Unidad (numerus clausus), salvo que el senador de marras esté en calidad de representante del finado partido de salvación nacional o aproveche esta condición oportunista, como en épocas anteriores, para ofrecer apoyo al candidato que vea como seguro triunfador; o sea, con sello gana y con cara también.

Ya lo había manifestado en un artículo anterior, que este caballero saltimbanqui del conservatismo tenía, como el Creador, el don de la ubicuidad, podía estar simultáneamente en varias partes y con presencia invisible, y en los escenarios que le son restringidos por mandato legal, por aquello de la doble militancia, se camufla perfectamente y cambia de color como el camaleón y según las circunstancias o, también, recurre a la metamorfosis quedando igual a la especie, siendo casi imposible su identificación, por ejemplo: distinguir un insecto (cucaracha) de otro es bastante complicado.

Deja mucho que desear, y para algunos es inexplicable, que personas de peso “electorero” y muy cercanas e influyentes en el senador Sierra Grajales, como Mauricio Salazar, su cuñado y gerente financiero de la pasada campaña presidencial de Óscar Iván Zuluaga, el ex parlamentario Carlos Uriel Naranjo, el diputado Félix Chica y tantos otros, estén mirando con gran simpatía la candidatura de Adriana Gutiérrez a la Alcaldía de Manizales por el Centro Democrático; claro que estos están en el lugar de sus preferencias políticas; pero al senador Sierra, ¿quién lo ubica o define?

En un mentidero político, le escuché a alguien muy experimentado en estos intríngulis hacer un análisis de la seriedad en los compromisos que adquiría Mauricio Lizcano o Hernán Penagos, manifestando abiertamente y sin rodeos que, a fin de evitar malos ratos, prefería celebrar acuerdos con Judas Iscariote por su indiscutible “lealtad”, y en cuanto a compromisos con Sierra Grajales, no le cabía la menor duda del peligro latente que encerraba por ventajoso debido a su egoísmo y a su bulimia de poder; situaciones que pareciera corroborarse, si se mira desprevenidamente el comportamiento timorato, hipócrita y silente de los actores mencionados, quienes dilatan, sin justa causa, presentar al electorado el candidato avalado como aspirante a ser elegido Alcalde de Manizales.

Estos personajes que integran la mencionada Unidad en Caldas (?) , los senadores Sierra Grajales y Lizcano Arango y los representantes Castaño Pérez, Yepes Alzate y Penagos Giraldo, sólo tienen en común que son congresistas, tienen la misma sinecura y por el mismo periodo, son bípedos, menos mal, y caminan hacia adelante, en lo demás, son diametralmente opuestos. Uno de ellos me cuenta que los dos primeros por su estatus de senadores, tratan de discriminarlos y se sienten con mayor autoridad, y hasta creen y se muestran ser de mejor sangre o linaje. Y, como si no le bastara su errónea supremacía, Lizcano tiene su comodín para descargar su ego y someterlo a su “bullying”, y es el emergente y próspero cordillerano de la fría Samaná.

Este impase o falta de decisión (léase seriedad) oportuna para la escogencia del avalado a la candidatura para la Alcaldía de nuestra capital, es un imprevisto con el que no contaba ni candidatos ni avaladores ni potenciales electores, y cuya responsabilidad recae únicamente en los señores de la Unidad, por no haber fijado unas simples reglas de juego diáfanas e imparciales para su selección, proscribiendo cualquier interés personal o económico y garantizando en el candidato avalado conocimiento, capacidad y honestidad, voluntad política de servicio y de trabajo y, ante todo, plena identidad con la comunidad y con sus requerimientos o necesidades apremiantes.

No me cabe la menor duda, de que esta falta de autoridad y de unanimidad para escoger un buen candidato y presentarlo al electorado manizaleño, servirá para que analicemos con lupa y decidamos responsablemente por quién debemos votar; como también, la seguridad de que los próximos comicios del 25 de octubre, las cifras electorales nos depararán grandes sorpresas y, por ende, se tendrán caras nuevas y un renovado mapa político del departamento, el cambio será sorprendente. La derrota o caída electoral de ciertos politicastros aquí mencionados será estruendosa y contundente, salvo, que unos topos de dicha Unidad corrijan sus yerros egoístas y abominables.

Los caldenses merecemos una dirigencia capaz y sobresaliente, con plena identidad, que respete y se haga respetar, que sobresalga per se en el contexto nacional, que sea recibida y oída con decoro por el gobierno nacional, que sean unos auténticos voceros regionales ante el poder central, que no sean portadores de las más mínima mácula o sospecha delincuencial; algunas denuncias en etapa investigativa que pesan sobre unos polítiqueros del terruño por Concierto para Delinquir y otras pilatunas, no son solo sospechas. No, son una verdad sabida y buena fe guardad, y eso lo saben en el Olimpo de la impunidad: Corte Suprema de Justicia y Fiscalía General.

La simbiosis que se da entre el “mono” Sierra y el díscolo y perverso “Lizcanito”, como lo llaman sus áulicos, es sencillamente extraordinaria, ah, pues claro, por poco olvido, que ambos tienen la misma ideología de Ospina y Caro, así militen en bandos distintos. Esta especie de siameses en la nueva política caldense, más pervertida y corrupta que la antecesora, es dañina y perjudicial en grado sumo para los intereses del departamento, traumatiza la inversión, ejecución y desarrollo integral, no tienen la audiencia nacional que se requiere para proponer, defender o sustentar los mega proyectos regionales, solo tienen la experticia en el clientelismo y la burocracia y la cual sólo beneficia a unos zánganos ineptos que hipotecan su futuro a través del voto.

Lo repito por enésima vez, ganarle la Alcaldía de Manizales a doña Adriana Gutiérrez, es cosa de titanes. Hoy, jueves, deben de estar proclamando su candidatura, y muchos están felices. El único ganancioso con el triunfo anunciado, fuera de unos pocos y privilegiados militantes del Centro Democrático, es el “mono” Sierra, ¡está en todos partes!

Marco Aurelio Uribe García.
Manizales, abril 23 de 2015.
@mauriga75.

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