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¡Elecciones a la vista! ¿Será que algunos sí merecen el voto?

“Dejo el congreso con la sensación de que queda atrás algo que no vale la pena porque está dañado y corrompido hasta el tuétano” (Laureano Gómez)

Entre los aspirantes al Congreso, unos nuevos y otros que con gran cinismo esperan repetir con el voto de los imbéciles en los próximos comicios electorales del 9 de marzo, no están todos los que son ni son todos los que están, es por eso que vale hacer una reflexión o examen de conciencia con responsabilidad antes de tomar una decisión al respecto, y no terminar “botando” el voto, ayudando así a que sigan atornillados una fauna parasitaria que invadió el parlamento y que sólo han brillado por ser unos camaleones expertos en clientelismo, en el tráfico de influencias, en turbios negociados y proclives a constituir macabros contubernios para delinquir, como ocurrió con el paramilitarismo.

Lo ideal en toda democracia es la participación activa de toda la ciudadanía en los asuntos que requieren de su concurso como constituyente primario, lo cual fortalece las instituciones y, de paso, a los Partidos políticos, siendo perjudicial para su pleno ejercicio y legitimidad la apatía y la abstención, lo que permite el fácil arribo o acceso de ciertos personajes oscuros y poco recomendables al congreso, asambleas, concejos y alcaldías, como los que se han tenido que soportar en las últimas décadas, y de lo que a diario nos lamentamos como consecuencia de nuestro propio error y cobardía.

Está demostrado históricamente que en Colombia no tiene ni cabida ni largo protagonismo los partidos o movimientos políticos distintos del Liberal y Conservador, los cuales ante la crisis que padecen se deben reestructurar, reacondicionar y volver a ser la colectividad mayoritaria, liderando como en otrora las grandes reformas constitucionales caracterizadas por el impulso progresista y social; además, velar porque sus miembros, en especial, los que aspiran a cargos de elección popular sean diáfanos y unos dechados de virtudes y valores éticos y morales, siendo esto el mejor aporte que se haría para lograr una asepsia de las corporaciones públicas.

Hay 2.441 inscritos para las elecciones parlamentarias de 2014, que aspiran a ocupar escaños y saborear las mieles de las sinecuras en el Congreso nacional, pero éste sólo ofrece 268 curules de lo que se deduce que el forcejeo del “bolsillo” va ha ser impresionante, rondando cierta alarma no por el alto costo de una curul, sino por las características sui géneris de una gran mayoría que aspiran a su reelección y otros que incursionan por primera vez, y que, sin tapujos, son personas indeseables y dañinos en estas corporaciones por estar de una u otra manera involucrados o salpicados en la abominable ‘parapolítica’ o que están sirviendo de comodines o fichas de algunos ex -parlamentarios que están presos en las cárceles colombianas por el macabro contubernio con los paramilitares y que aspiran, en cuerpo ajeno, a seguir manejando los hilos del poder político con el respaldo de una buena parte de ingenuos irresponsables que rayan en la imbecilidad.

Los caldenses, tanto liberales como conservadores, estamos obligados, ineludiblemente, a recuperar el espacio político que han perdido los Partidos tradicionales en el ámbito nacional y departamental, bien sea por que hubo desgaste en sus directivas y no se renovaron o una desacertada conducción o un clientelismo desaforado y/o corrupto y terminaron siendo excluyentes y omnipotentes lo que los llevó al despeñadero, sea la oportunidad en las elecciones venideras para elegir gente joven, diáfana y de gran capacidad de servicio y de trabajo y que serán los llamados a futuro a dirigir los grandes Partidos tradicionales.

Dicho espacio ha sido llenado por unos movimientos políticos efímeros, engañosos y mucho más perversos, no obstante estar en vía de extinción, todavía siguen “chapaleando” y haciéndole enorme daño a esta achacosa democracia. Solo logramos el cometido con una copiosa participación en los próximos comicios electorales y votando por los mejores candidatos al Senado y Cámara, procurando así la necesaria depuración de estos cuerpos colegiados y, por ende, la de los Partidos, sacando así tanto parásito y delincuente que merodea por el Capitolio nacional, todo en aras por el bien de Colombia y de las futuras generaciones.

Por circunscripción departamental le corresponde a Caldas cinco (5) escaños en la Cámara de Representantes, habiéndose inscrito 35 candidatos por los Partidos Liberal, Conservador, Uribe Centro Democrático, Partido de la U., Polo Democrático, Mira y Alianza Verde. En esos aspirantes hay de todos los pelambres, para todos los gustos y disgustos, para solaz y para sobresaltos y, ante todo, para que se exalte a la gente buena, capaz e impoluta o se respalde con el voto comprado o cautivo por burocracia o coacción a personas con mácula, de mala ortografía y con relaciones non sanctas; afortunadamente en este último grupo son pocos, pero que los hay, los hay.

Esos vínculos estrechos entre algunos parlamentarios del Partido de la U. y los reductos de lo que antes era las AUC, en varias regiones del país (Oriente caldense), parecen ser indisolubles según se puede inferir por el acontecer cotidiano en diferentes hechos, unos violentos y otros en el ejercicio de la política partidista, ora por sus respaldos entre sí de forma irrestricta sin consideración a sus actividades o a su pasado, primando solo la cauda electoral y su contraprestación económica en una perfecta correlación de “favores”. Además, en lo que concierne a las toldas rojas se requiere hacer un reacomodamiento estructural y empezar a efectuar una ‘purga’, sin ninguna contemplación al estilo de las anatemas para los sacrílegos, sobre todo en aquellos liberales que de una u otra manera le han causado grave perjuicio al partido.

Debemos desprendernos de cualquier brizna del ignominioso maniqueísmo y condenar sin fórmula de juicio a Raimundo y todo el mundo, debemos elegir a los mejores que tengan vocación de servicio y que no tengan la más mínima sospecha de un pasado delictivo. Entre los aspirantes a la Cámara por Caldas, tenemos excelentes candidatos del Partido Liberal y Conservador, todos, sin ninguna duda, con una vida pública y privada cristalina. En los mentideros políticos se habla de una figura joven liberal que descollará en el ámbito político y que se perfila a tener la mayor votación para la Cámara en Caldas: Mario Alberto Castaño Pérez.
El éxito que se logre en la conformación del Poder Legislativo, reside única y exclusivamente en la voluntad soberana del Pueblo.
¡Derrotemos en las urnas a todos los congresistas parasitarios!
No bote su voto, vote bien, vote a conciencia. Si vota bien, demuestra el amor por los suyos. ¡Al carajo con los compadrazgos y a no soportar más corrupción en el Congreso!

Manizales, diciembre 19 de 2013.
Marco Aurelio Uribe García.

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