´Queremos solicitarle públicamente al Gobierno Nacional, en cabeza del señor Presidente, y a las máximas autoridades de policía y militares, para que se mire en detalle si esta fachada que se encontró en el barrio Galerías tiene algo que ver con lo que ha venido sucediendo últimamente´.

Esa petición, (transcrita textualmente), hecha por el secretario de Gobierno, Guillermo Alfonso Jaramillo, para usar una frase de cajón, ´enciende las alarmas´ y nos alerta de lo que está pasando con la televisión pública en Colombia.

Desde que el reconocido periodista Hollman Morris llegó a la gerencia de este canal y lo posicionó como la otra alternativa de quienes no gustan de la programación de los canales privados nacionales, se ha generado una persecución, desde todos los frentes, para silenciar una televisión diferente, donde la inclusión, la libre opinión, y la otra cara de la información, son sus objetivos primordiales.

Primero fue el absurdo llamado a la ´autocensura´ por parte de los canales privados nacionales, quienes ven amenazado su rating, porque este canal ofrece otra opción a los televidentes. Como decía mi abuelita María, ´un burro hablando de orejas´. Nos preguntamos ¿Cómo pueden hablar de autocensura estos canales privados nacionales, cuando para nadie es un secreto, la posición política, económica y comercial que tienen los grupos económicos dueños de estos?.

Es que como la pelea bíblica de ´David y Goliat´, estos canales privados nacionales ven en Canal Capital un pequeño, con pasos de animal grande, que los puede derrotar en franca lid, con una ´honda de opinión´ y ´una piedra de información´. Nunca antes un canal público, desde que existe la ´televisión privada´ en Colombia, había puesto contra la pared y al descubierto los verdaderos intereses del duopolio que maneja nuestro espectro electromagnético a su antojo. (Por eso siempre resalto con negrilla y comillas la frase ´televisión privada´ porque el espectro electromagnético, que usufructua este duopolio, es nuestro).

Ahora, y nuevamente cito a mi abuelita María, ´tras de cotudos y con paperas´. Hollman Morris, gerente de Canal Capital , denunció que ´desde el viernes pasado ha recibido amenazas contra su vida´ y que ´la información ya está en manos de la Fiscalía´, además, atribuyó las intimidaciones ´a grupos de extrema derecha´.

Vea Piden investigar amenazas contra el Canal Capital

Hollman no solo habla de amenazas contra su vida, también pone al descubierto que ´el año pasado este canal público fue víctima tres veces de hackeo informático y de un presunto sabotaje a su señal en vivo y a sus redes sociales´.

Ayer Hollman, al igual que el secretario de Gobierno, Guillermo Alfonso Jaramillo, (como lo citamos al comienzo de este artículo), le pidió al gobierno nacional ponerse al frente de esta situación. ´Le pido nuevamente al Gobierno Nacional las garantías para el ejercicio pleno de la libertad de expresión, el ejercicio pleno del periodismo, más en este momento desde un canal público de televisión que, valga la pena resaltar, defiende y promueve los derechos humanos y una cultura de paz´.

Si lo del tercer canal definitivamente no se hizo, (promesa incumplida de campaña y de gobierno por parte del presidente Santos), por lo menos, es deber del gobierno, garantizar que la televisión pública se fortalezca y pueda competir con los canales privados nacionales. Que esa otra alternativa de televisión, como lo son también los canales locales, regionales y comunitarios, tenga todo el apoyo, las garantías y la inyección económica necesarias para sobrevivir, incluso, que su linea editorial sea respetada y custodiada.

En otros paises, la televisión pública es fuerte, tiene muy buena audiencia, emite contenidos libres y los gobiernos la respaldan y protegen. Además, existen leyes antimonopolio para que los canales privados nacionales no expandan su poder de manera descontrolada. A propósito de eso, debemos estar alerta, porque debido a que en Colombia la televisión por cable se está convirtiendo en ´el tercer canal´ (ya que el verdadero nunca se adjudicó), ahora el duopolio que maneja la ´televisión privada´ en el pais, está incursionando en el cable, y mediante sociedades con los operadores de señal, está creando frecuencias sin control para monopolizar aún más la televisión colombiana.

Volviendo al tema que nos ocupa, exigimos desde este blog independiente, que no compromete la opinión de EL TIEMPO, que el gobierno investigue de verdad las denuncias de Hollman Morris, gerente de Canal Capital, acerca de amenazas contra su vida, y las del secretario de Gobierno, Guillermo Alfonso Jaramillo, con respecto a ´chuzadas´ a las comunicaciones internas de este canal y de sus funcionarios.

De comprobarse ser ciertas esas denuncias, que no nos vayan a decir que ´no se sabe de donde vienen las órdenes´ o que ´se rompió la cadena de mando´ porque como lo contamos en otro artículo eso no es posible.

Vea `Las Chuzadas´, una práctica más vieja que la moda de andar a pie

A quienes no gustamos de culebrones, realitys, narcomorbonovelas, remakes o apologías al delito, se nos debe garantizar que los canales que ofrecen otras alternativas de televisión sean protegidos y respaldados por el gobierno, no´vigilados´ o ´chuzados´, y que las vidas de quienes los gerencian, y de quienes trabajan allí, sean custodiadas 24 horas para evitarles así ser víctimas de atentados.

Para terminar queremos decir que esos seguimientos y amenazas contra el Canal Capital y sus funcionarios hacen parte de una estrategia para apagar la televisión pública, a la cual tenemos derecho, y la cual es nuestra, o mejor escrito, de todos.

¡Mantengámosla encendida!.

giovanniagudelomancera

periodista

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