Ese titular para este artículo lo tomé de un trino que me envió un seguidor de la columna, el cual transcribo literalmente:
JESGOSA @aureliobabiloni 1 de may.
@giovanniagudelo Petro ahora embargado y anuncian q le confiscarán sus propiedades. ¿Llegarán a tírotearlo? La Ira del ¨establecimiento¨.
Eso nos preguntamos todos los colombianos, porque este ya no es un problema solo de los bogotanos, ¿Qué más harán en contra del, por ahora otra vez, alcalde de Bogotá?
Primero, su destitución y prácticamente muerte política, al quitarle sus derechos por quince años para elegir y ser elegido, una decisión, sin duda alguna exagerada y arbitraria por parte del procurador, quien goza de poderes exagerados. Según Ordoñez, ´´Petro actuó con dolo en la reforma del sistema de recogida de basuras, que era manejado en concesión por empresas privadas y pasó a ser controlado por la compañía pública de aguas´´, pero realmente se le castigó por darle trabajo a los recicladores y quitarle el monopolio de las basuras a la empresa privada.
Luego, un sector de la justicia, aunque se diga que se le respetó el debido proceso, falló en su contra, pasando por encima del voto popular, ganado en franca lid en las urnas.
Después, el gobierno desconoce medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, las cuales muchos juristas, consideran vinculantes.
Ahora, cuando un juez de la república ordenó reintegrarlo en su cargo y exigió al presidente Santos respetar las medidas cautelares emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en favor del alcalde, el procurador, más por orgullo herido que por otra cosa, resuelve contraatacar e impugnar dicha decisión, sin importarle absolutamente nada la suerte de Bogotá.
Santos por su parte, como siempre, ambivalente y contradictorio en su proceder, mal asesorado, y tomando decisiones como candidato, un día le ofrece su apoyo, otro día lo destituye y nombra otro en su lugar para que se gane los créditos de lo que Petro hizo antes, luego lo restituye, obedeciendo a regañadientes la orden de un juez, después impugna la decisión, acto seguido lo felicita y le da la bienvenida en la inauguración de la Feria del Libro de Bogotá, y ahora quien sabe con qué saldrá.
Para colmo de males, el contralor distrital, obrando como mensajero de los sectores recalcitrantes que no quieren a Petro, le embarga sus cuentas, (a él y a tres de sus funcionarios), y anuncia que también lo hará con sus bienes porque redujo las tarifas de transmilenio y supuestamente causó detrimento patrimonial a la ciudad. El alcalde asombrado expresó, «El detrimento patrimonial del que habla la Contraloría es de 178.000 millones de pesos (unos 92 millones de dólares), pero primero nos tienen que demostrar que somos culpables y ni siquiera ha empezado el juicio y ya nos embargaron».
La Superintendencia de Industria y Comercio lo sanciona con una multa de unos 200.000 dólares, por supuestamente limitar la libre competencia al modificar el sistema de recolección de basura, pero realmente su ´pecado´ fue darle trabajo a los recicladores y quitarle el monopolio de ese negocio a la empresa privada.
Sin embargo, pese a estas decisiones del contralor y de la superintendencia, que afectan su estabilidad económica y su bienestar familiar, Petro anuncia que seguirá trabajando sin sueldo.
Nos asalta el siguiente interrogante, ¿Con cuántos gobernantes y funcionarios vinculados al carrusel de la contratación y a la corrupción se ha tomado esta clase de medidas?, ¿Y por qué con alguien que no se ha robado un solo peso, que no es corrupto y que además piensa en el bienestar de los pobres, si se van lanza en ristre?
La respuesta es muy sencilla, Petro y su Bogotá Humana son una piedra en el zapato para el neoliberalismo, la derecha y la ultraderecha en Bogotá, y en Colombia, porque lo ven como un candidato presidencial sólido que amenaza sus intereses y por eso hay que sacarlo de la arena política, sea como sea, no importa cómo. Además, con sus decisiones antimonopolio perjudica los intereses de los grandes grupos económicos que por décadas se han lucrado con las arcas de la ciudad y del país.
Ahora bien, esa ´Ira del establecimiento´ extiende sus tentáculos, no solo contra Petro, sino contra todo que huela o se parezca a él, por eso muchos de sus leales funcionarios también han caído en la poda, para la muestra Hollman Morris, gerente de Canal Capital, a quien se le ataca desde todos los frentes por hacer propaganda al alcalde, incluso por parte de colegas, y ahora fraguan el cierre de este canal público por ´iniciativa´ del contralor distrital, quien desconoce que este canal público sirve a los bogotanos, se ve en el resto de Colombia y hasta en el exterior, y al cual compara absurdamente con una empresa licorera que no da ganancias.
´La Ira del Establecimiento´ tiene a su servicio, para demoler a Petro, fichas claves en todos los escenarios, incluyendo medios de comunicación, desde donde algunos periodistas utilizan el micrófono para desprestigiarlo y atacarlo. Quienes tenemos otra posición y defendemos su gobierno, aceptando por supuesto sus errores, somos víctimas de constantes amenazas por parte de fuerzas oscuras que no les gusta nada que tenga que ver con un cambio en la forma de hacer política.
¿Qué más le pueden hacer a Petro? Ni restituido lo dejan gobernar, porque le roban su tranquilidad y su paz creándole zozobra e inestabilidad. (Recordemos que aún está pendiente el fallo de fondo sobre el recurso de nulidad que introdujo el alcalde contra su destitución e inhabilidad).
En este limbo jurídico en donde se sumergió el país, al terminar de escribir este artículo y publicarlo, tal vez Petro ya no estará más como alcalde, o tal vez sí, pero lo que sí es seguro es que lo seguirán atacando para ver en qué momento se equivoca, (cuando se ha equivocado lo ha hecho de buena fe), y caerle con toda la fuerza y los super poderes que tienen los seguidores del ´establecimiento´ y que ´hoy por hoy´ están ¡locos de ira!
¿Qué sigue para Petro?, ojalá no sea nada tan grave como se pregunta nuestro tuitero seguidor, el cual citamos al comienzo de este artículo, y de cuyo trino tomamos el titular para esta entrada. En nuestro concepto, y aclarando que es nuestra opinión y no la de EL TIEMPO, Petro tendrá que irse del país por su seguridad personal, y desde afuera, continuar dando una batalla política por su Colombia Humana, hasta que se le brinden todas las garantías para volver y se le devuelvan todos sus derechos políticos.
Mientras tanto, un sector fanático y antipetrista en el Concejo de Bogotá, en lugar de ponerse a gobernar, pretende censurar ´El Concierto de la Esperanza´, con ´Calle 13´, organizado por Canal Capital, solo por dañar a Petro y a Hollman. El argumento es que las letras de ese grupo atentan contra la moral. Ahora el Concejo, como en tiempos de la Inquisición, nos quiere dictar que oir o que no oir. Como se nota que les molesta la crítica social que hace este grupo.
¿Hasta dónde llega el complot contra Petro y contra Hollman por Dios?. El Contralor Distrital va a investigar a Canal Capital por gastar dinero en este concierto que ya tiene buena pauta. Que contradicción, si no es rentable malo, si es rentable, también.
¡La ira del establecimiento contra Petro!
giovanniagudelomancera
periodista