Con la llegada de Uber a Bogotá, (Aplicación tecnológica que ubica taxis blancos para el servicio de pasajeros), se ha demostrado nuevamente que este es un país donde los monopolios quieren mandar y poner sus condiciones.
El gremio de los taxistas está muy molesto con la reglamentación que se hará por parte del viceministro de Transporte, Nicolás Estupiñan, a los taxis blancos, para prestar el servicio de pasajeros particulares, y pretenden los amarillos hacer una gran movilización para protestar, porque creen que sus derechos serán vulnerados. ¿Y dónde quedan los derechos de los usuarios que requieren de un servicio eficiente, respetuoso y digno?
Ante el inconformismo del gremio de taxistas tradicionales el viceministro de transporte Nicolás Estupiñán aclara que ´´Uber no es una empresa que se habilite para la prestación de servicio de transporte público, es una empresa de tecnología y lo que estamos haciendo a través de este decreto es generar los espacios para que los colombianos puedan tener unos servicios diferenciales y los que presten este servicio puedan cobrar de esa manera´´.
¿Quién de ustedes amigos lectores no ha sufrido la grosería y los abusos de algunos los conductores de taxi? (Aclaramos, no todos se comportan así, pero quienes lo hacen dañan el gremio).
¿Para dónde va? Es lo primero que preguntan algunos de ellos en el momento en que se les hace el pare, y si se dignan llevar al pasajero, entonces comienzan a responsabilizarlo del trancón, y el usuario debe soportar el radioteléfono a todo taco, la música a reventar, que ´jalonee´ el vehículo como experto ´busetero´, y al momento de pagar, que le ´redondee´ el valor de la carrera, aunque la tabla de tarifas, que debe estar en el espaldar del asiento del copiloto, (casi nunca la llevan), diga otra cosa.
Generalmente no tienen vueltas, y en muchos casos, (algunos de ellos, no todos), sacan billetes falsos que tienen ´encaletados´ para deshacerse de ellos, con los borrachitos o con los más pendejos.
En caso que el pasajero quiera hacer un reclamo por alguno de los ítems señalados anteriormente entonces el taxista a través de la radio lanza un SOS ´Atentos que el distinguido no quiere pagar´ y en menos de 30 segundos hay una docena de amarillos rodeando al usuario dispuestos a ´lincharlo´.
En horas pico, como por arte de magia, la gran mayoría de los taxis tiene que entregar turno, o su vehículo es ´de gas´ para negarse a utilizar el baúl con sillas de usuarios discapacitados. Eso lo experimentamos cuando hicimos una nota para un canal de televisión de Bogotá, acerca de las barreras que tiene esta ciudad para los discapacitados, y también lo sufrimos en carne propia cuando un familiar muy cercano a nosotros estuvo largo tiempo en silla de ruedas.
Vea Discapacitados no quieren barreras
Vea Discapacitados no quieren barreras Segunda parte
Si pedimos el servicio por teléfono nunca llega puntual el móvil porque el conductor reserva la carrera cuando está a cincuenta cuadras de distancia. Además, cobra recargo por la llamada, por el trancón, por la lluvia, por el verano, porque ganó Colombia, porque perdió, etc.
Y para que hablar de los paseos millonarios porque no alcanzarían las páginas de este blog.
La empresa Uber, (antes conocida como UberCab), tiene su origen en San Francisco. Las reservas se hacen desde el teléfono inteligente, usando la geolocalización y la tarjeta de crédito. Es verdad que el servicio es más costoso, pero es más eficiente, respetuosos y digno, y nadie lo obliga a usarlo.
Si usted amigo lector tiene como pagarlo y lo necesita, ¿por qué los taxis amarillos pretenden que usted no pueda usarlo?
Como decía mi abuelita, ´´Ni rajan ni prestan el hacha´´. Algunos taxistas, (repetimos, no todos), no prestan un buen servicio pero tampoco quieren que los taxis blancos lo hagan. Sus argumentos no son de peso, según los representantes de este gremio de taxis amarillos ´´se les vulnera el derecho al trabajo´´, algo que no es cierto.
Michael Shoemaker, gerente de Uber para Colombia, explica que el servicio que presta esta aplicación tecnológica en Bogotá representa solo el 1% del mercado. ´´No se trata de quitarle el trabajo a los taxistas, sino de prestar un servicio exclusivo a usuarios con mayor capacidad de pago. Apoyamos que se establezca una normativa para servir de enlace entre el usuario y ese servicio´´.
´´Vamos a bloquear el país, todas las vías nacionales, vamos a defender nuestro patrimonio a capa y espada´´, amenaza, como siempre, Hugo Ospina, presidente de la Asociación de Taxis de Bogotá, y agrega,´´El presidente Juan Manuel Santos, en acto de campaña, nos prometió que iba a sacar a Uber del país y nos está incumpliendo. Si ese decreto se firma, no vamos a tener otra opción que irnos a paro indefinido el 30 de julio y bloquear vías en Bogotá y el resto del país´´. ¿Todavía hay quien le crea a Santos? nos preguntamos nosotros.
Bogotá necesita tanto de los taxis amarillos, (prestando un buen servicio y sin abusos), como de los taxis blancos.
¿Por qué este país tiene que moverse con monopolios?
Monopolio en la televisión abierta disfrazada de privada, monopolio en la radio y en la prensa, monopolio en los servicios públicos, monopolio en gaseosas, cervezas, monopolio en el fútbol colombiano, monopolio en aerolíneas, monopolio en todo, y ahora el monopolio de taxistas no quiere que les llegue competencia, que no es tal, porque Uber es un servicio que pueden pagar pocos, que no amenaza los intereses de los amarillos y que la ciudadanía necesita urgente.
Blanco es, Uber lo pone, y los amarillos se indisponen, o mejor, y como diría Santos, ´´ Esa tal competencia de Uber no existe´´.
giovanniagudelomancera
periodista