´´La agenda del país no se negocia con narcoterroristas´´ decía ayer en el programa ´Hora 20´, de Caracol Radio, la senadora Paloma Valencia, del Centro Democrático, y sin ser seguidores de ella, y mucho menos del expresidente Álvaro Uribe, ¡Estamos totalmente de acuerdo!. Como afirmaba Paloma en ese programa radial, (donde nos bloquearon en Twitter por fijar nuestra posición crítica a Diana Calderón, que a veces en lugar de moderar toma partido), con esos guerrilleros se puede negociar su rendición, la entrega de armas, hasta sus penas y condenas, eso sí sin impunidad, pero debatir con ellos el agro, la educación, la economía, la seguridad, la inversión, la política social, entre otros temas coyunturales del país, ¡Es inconcebible¡, ¡Rotundamente NO!.
Ese grupo narcoterrorista de las FARC, y esa ya es la opinión nuestra, que no compromete en ningún momento la de EL TIEMPO, solo ha traído desgracia, atraso, muerte y desolación a nuestra patria. Sus crímenes de lesa humanidad aún retumban en cada rincón de Colombia.
¿Por qué decimos que Santos no es la paz?, sencillamente porque la paz nos pertenece a todos los colombianos, y no puede ser caballito de batalla de un presidente que se hizo reelegir con ese ´cuento chino´ y que ahora dice que la reelección es mala para el país. Como dicen los analistas, ´Doble moral, doble comportamiento´´. Para nadie es un secreto que el presidente quiere el Premio Nobel de la Paz, más que la paz misma, y por eso con ese ´slogan de campaña´ cautivó medio país, pero se le olvida que la otra mitad no está de acuerdo como se lleva ese proceso. Ahora bien, ese argumento que quienes no estamos de acuerdo con los diálogos de La Habana ´somos enemigos de la paz´, ya no se lo cree nadie.
Son muchas las cosas que se hablan y se acuerdan en Cuba a espaldas del pueblo. Se nos cuenta lo que les conviene divulgar, tanto al gobierno, como a las FARC. Es un hecho que hay muchas cosas ocultas que tenemos derecho a saber. ¡Ese proceso de paz se ha manejado a la tapada y en forma morronga!
¿Por qué decimos que Uribe no es la guerra?, sencillamente porque, aunque no somos Uribistas, ni militantes del Centro Democrático, creemos que cuando Santos pretende estigmatizar al expresidente, y ahora senador, como guerrerista y enemigo de la paz, ¡Se equivoca de cabo a rabo!. Álvaro Uribe tiene razón cuando exige que para dialogar debe haber un alto al fuego de inmediato de parte de ese grupo narcoterrorista, que no puede haber impunidad y que todo se debe hacer de cara al país.
Las FARC siguen matando colombianos cada día, población civil, incluyendo mujeres, niños y ancianos, y ¡No representan al pueblo! Se hacen llamar FARC EP, que según ellos significa Ejército del Pueblo, pero en realidad son ¡Enemigos del Pueblo!, y por eso con ellos no se debe discutir, como bien lo decía la senadora Paloma Valencia, la agenda del país. Esos temas son para debatirlos con la gente que construye país, no con los que lo destruyen con bombas y minas, que asesinan compatriotas indefensos, que dinamitan oleoductos, contaminan ríos, detienen el progreso y dejan a la nación sumida en el atraso y en la pobreza, claro está, con la complicidad de quienes militan en la FARCPOLÍTICA y tienen o han tenido una curul en el Congreso o en el Senado.
Muchos pensamos como Uribe, sin ser Uribistas, no le hacemos juego a este proceso de paz, con el cual algunos medios se han casado incondicionalmente, tachando de apátridas a quienes no creemos en la intención del presidente ni en la voluntad de las FARC. Santos se hizo reelegir con el tema de la paz y a punta de mermelada, y tiene a su favor un gran sector de la prensa radial, televisiva y escrita, pero en los blogs y en las redes sociales ¡No se le come cuento!, por el contrario, se le vigila y se le cuestiona.
Esa frase que está haciendo carrera, y que pretende justificar esos oscuros diálogos de La Habana, y que dice ´Ante la imposibilidad de derrotarlos se debe dialogar con ellos´ es improcedente, absurda y mentirosa. Si bien el expresidente Álvaro Uribe no derrotó a los narcoterroristas de las FARC en sus 8 años de gobierno, si logró arrinconarlos y neutralizarlos. Con Santos se han relajado y fortalecido, y continúan atacando a los militares con emboscadas traicioneras, asesinándolos de manera vil y cobarde. Al pueblo también lo matan sin piedad.
Entonces, en ese orden de ideas, ¿Quién es la guerra?, ¿Uribe?, ¡Claro que no!, la guerra, además del grupo narcoterrorista de las FARC, es la corrupción, el desempleo, la descomposición social, el Neoliberalismo que cada día devora más a los colombianos, la mermelada, la politiquería, el Tribunal de Aforados, antes llamado la Comisión de Absoluciones, el legislar en causa propia como lo hace la mayoría de magistrados, la polarización promovida por el presidente, todo eso y más, es la guerra.
Ahora bien, luego de sacarse Uribe y Santos los trapos al sol, (de manera bochornosa, indecente y nociva para el país), este último le propone ayer al primero que dialoguen acerca del proceso de paz. Después de haber ganado las elecciones polarizando al país ahora si Santos quiere escuchar a la oposición. Muy tarde se acordó el presidente que debe respetar y escuchar a la otra mitad de colombianos que no está de acuerdo como lleva el país y el proceso de paz, y que no somos como él y sus aliados acusan, ´Enemigos de la paz¨. Somos enemigos de la Impunidad, de darle un asiento en el Senado o en el Congreso a quienes han asesinado al pueblo y tienen las manos untadas de sangre. Somos enemigos, al igual que la senadora Paloma, de negociar la agenda del país con delincuentes. El presente y el futuro del país se debate con gente de bien, que trabaja por Colombia, no con quienes la asesinan.
¡Santos no es la paz!, ni tiene un cheque en blanco para negociar con el grupo narcoterrorista de las FARC. ¡Uribe no es la guerra!, medio país está de acuerdo como él en combatir esa guerrilla narcoterrorista y solo sentarse a hablar con ellos si hacen un alto al fuego y dejan de matar colombianos. ¡Las FARC no son el pueblo!, más bien son ¡Enemigos del Pueblo! Y medio país no se siente representado por ellos.
Con ese argumento que esgrime el gobierno y sus aliados que ´Ante la imposibilidad de derrotarlos se debe dialogar con ellos´, refiriéndose a las FARC, entonces mañana tendríamos que dialogar con las Bacrim, la delincuencia común, o los narcotraficantes, si no los podemos derrotar. ¡Que absurdo! A quienes están al margen de la ley se les debe perseguir, combatir y encerrar en la cárcel sin negociar absolutamente nada.
Ya basta de polarizar este país señor Santos y señor Uribe, como dicen por ahí, ´´Que entre el diablo y escoja´´, ninguno es mejor que el otro, los dos tienen ´rabo de paja´, y los dos le han hecho mucho daño a Colombia con su pelea motivada por egos. Pero en honor a la verdad, pensamos que ya entrados en gastos, Uribe, o sus representantes, merecen un asiento en La Habana, porque encarnan el pensamiento de medio país, y porque es la única forma de vigilar ese proceso de paz que se lleva a espaldas de los colombianos.
Para finalizar, desde este blog independiente, que no compromete la opinión de EL TIEMPO, hacemos un llamado a los medios de comunicación, para que no le hagan el juego a Santos ni le giren cheques en blanco, que no abandonen su posición crítica y vigilante, como lo ordena la ética periodística, y denuncien y difundan todo aquello que se esté cocinando a espaldas de los colombianos.
Expresidente y ahora senador Álvaro Uribe, tenemos un millón de discrepancias con usted y con su movimiento político, pero por el bien de Colombia, acepte la invitación del presidente, tome un asiento en la mesa de negociaciones y equilibre esa discusión en favor de la otra mitad de colombianos que no creemos ni en Santos ni en las FARC.
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional