Esta columna la publicamos originalmente el 25 de septiembre de 2014, a las 11:45 am, el día siguiente al que el Doctor Hernán Peláez anunciara que conduciría el programa ´La Luciérnaga´ hasta el 23 de diciembre. Como ayer llegó ese triste día, la hemos reeditado, en homenaje a quien nos regaló tan maravillosos ´Días de Radio´. Como siempre lo advertimos, nuestra opinión no compromete la de EL TIEMPO.
Ayer quedamos muy tristes los oyentes de Caracol Radio cuando escuchamos al doctor Peláez, con voz entrecortada y en medio del llanto, despedirse de ´´ La Luciérnaga´, afortunadamente seguirá conduciendo el ´Pulso del Fútbol´, tribuna deportiva que comparte con Iván Mejía Álvarez y que goza de inmensa sintonía.
Y más tristes quedamos cuando se confirmó que el periodista Gustavo Gómez será su reemplazo. ¿Reemplazo? ¡No nos hagan reír por favor! Primero que todo él no tiene reemplazo. Segundo, si algo mostró el doctor Hernán Peláez durante estos 22 años que lleva la Luciérnaga al aire fue independencia, imparcialidad y ética periodística, y eso no es precisamente lo que caracteriza al señor Gustavo Gómez, quien practica a diario en esa cadena, junto con Darío Arizmendi, un periodismo al servicio de los grupos económicos y de los poderosos.
El doctor Peláez siempre le ha cantado la tabla al que sea, incluso a los mismos dueños de esa cadena radial para la que trabaja, nunca se ha arrodillado, siempre ha ido de frente, por eso nos parece que el doctor Ricardo Alarcón, presidente de esa empresa, debería acabar dignamente ´La Luciérnaga´ y crear otro programa, con otro nombre y con otra línea editorial.
Alguna vez contactamos al periodista Gustavo Gómez para que diera a conocer una información en su programa, pero como iba en contra de los intereses de esa empresa radial, porque tenía que ver con una entidad que pauta en sus emisoras, pues sencillamente no la tuvo en cuenta, mientras que Gardeazábal y el doctor Peláez no tuvieron ningún problema para hacerla conocer a los oyentes. ¡Eso si es independencia!
Además el doctor Peláez nunca tuvo retaliaciones con sus contradictores, (si es que acaso tiene alguno), en cambio su ´reemplazo´, el señor Gustavo Gómez, utilizando su poder, pidió nuestra cabeza en Colombiana de Televisión, empresa donde éramos directores conceptuales del programa ´Sweet´, porque nos atrevimos a confrontarlo y a enfrentarlo.
El doctor Peláez es el ejemplo para quienes nos hicimos periodistas escuchándolo en la radio, leyéndolo en la prensa y viéndolo en televisión. Su conocimiento del deporte, de la música, de la actualidad nacional ratifica por qué es, sin duda alguna, ¡el más grande de todos! Su sencillez, es única, nunca posa de estrella o de ´Divo del periodismo´ como si lo hacen muchos, incluyendo quien será su reemplazo, que creen que ser periodista es ser vedette o hacer parte de la ´Farsándula Criolla´.
Y si algún día el doctor Peláez también dejara de conducir ¨El Pulso del Fútbol´ entonces que la presidencia de esa cadena radial termine ese programa dignamente y diseñe un nuevo espacio. Ni Rafael Villegas, que hace su mejor esfuerzo cuando los cubre, (al doctor Peláez o a Iván), ni ningún otro, debe intentar reemplazar al doctor Hernán. Él es un ícono del periodismo y no es reemplazable, ni comparable, ni mucho menos imitable, porque de seguro muchos querrán, equivocadamente, copiar su estilo y eso es sencillamente imposible. De hecho, si Caracol Radio insiste en seguir con ´La Luciérnaga´, con otro conductor, pues creará otra copia de su original programa, como muchas que abundan en otras empresas radiales.
El doctor Peláez es también un ejemplo de lucha, de tenacidad, se ha enfrentado a una agresiva enfermedad, y no le ha quedado grande, y hoy en día le ha ganado la batalla a ese cáncer y sigue en pie como un verdadero guerrero.
Su voz es única, excepcional e incomparable. Su imparcialidad, su ecuanimidad, su sinceridad, su objetividad, su sentido del humor, todo eso lo hace, repetimos, irreemplazable.
Ahora bien, sin saber los verdaderos motivos de la renuncia del doctor Peláez, (aunque los intuimos), es triste saber cómo los españoles, ahora dueños de esa cadena radial, ícono colombiano, han prescindido de voces y periodistas tan reconocidos e importantes como Juan Harvey Caicedo, el hace poco fallecido ´el padrino´ de todos Alberto Piedrahita Pacheco, Gustavo Niño Mendoza, Luis Gabriel González, William Bustos, la voz más hermosa de Colombia Deysa Rayo, Guillermo Díaz Salamanca, Carlos Cataño, entre muchos otros.
Nuestro amigo Nelson Polanía, el popular ´Polilla´, nos contaba que un día, hace algunos años, en una reunión de fin de año, y al calor de unos ´whiskycitos´, se acercó a la mesa de los directivos españoles de esa cadena radial, a ´mamarles gallo´ y les dijo ´´ ¿Sabéis vosotros que el doctor Peláez e Iván Mejía van a renunciar?´´ y ellos le contestaron tajantemente, ´´Que traigan la renuncia ya´´. A Polilla de inmediato se le quitó la borrachera.
Avianca, Bavaria y Caracol Radio, empresas más colombianas que nuestra bandera, están ahora en manos de brasileros, sudafricanos y españoles respectivamente, porque quienes las vendieron no tienen sentido de pertenencia y solo piensan en el dinero. Esos nuevos propietarios no valoran nuestra historia, todo lo ven como negocio, dejan ir talentos de exportación, de la talla del doctor Peláez, sencillamente por demostrar que ellos no ´tienen estrellas´ en sus empresas, que como dice la frase de cajón, ´nadie es imprescindible´ y que han vuelto a América a ´colonizar nuestros medios de comunicación´.
Doctor Peláez, que tristeza, a partir de hoy, no escucharlo durante nuestro regreso a casa. Ya fue suficiente que no se tome un ´Café Caracol´ con nosotros, y si es una decisión que no tiene marcha atrás, entonces, doctor Ricardo Alarcón, presidente de esa cadena, termine con decoro ese programa y dígale a su departamento creativo que se invente otro, pero no queremos a nadie diferente al doctor Peláez conduciendo ´La Luciérnaga´.
El Doctor Hernán Peláez, junto con Daniel Samper Pizano, ha sido un referente para quienes llevamos el periodismo en las venas, para quienes estudiamos para serlo y no nos ganamos la tarjeta profesional en un tamal. Él ha sido ejemplo y modelo a seguir, sería muy bueno que los ´nuevos periodistas´ siguieran sus enseñanzas, dejaran la vanidad, el egocentrismo, el narcisismo, y se dedicarán a hacer periodismo de calidad, como lo ha hecho el doctor Peláez todo el tiempo.
Doctor Peláez ¡Gracias por tan maravillosos Días de Radio!
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional