Justicia, Congreso y Paz, tres mentiras distintas y una sola impunidad verdadera. O en términos de fútbol podemos decir, tres autogoles distintos y ni un solo gol verdadero.
En Colombia ya no creemos sino en nuestra selección de fútbol, por lo demás, con el escándalo de la Corte Constitucional, el desprestigio del Congreso, y ese dizque ´proceso de paz´ que se lleva a nuestras espaldas en La Habana, nuestro apodo de ´idiotas útiles´ y que ´los colombianos aguantamos todo´ ya está llegando al límite.
Es un hecho que en la Corte Constitucional todos deben renunciar, por lo que se ha sabido en los medios, para usar una frase de cajón, ´todos tienen rabo de paja´, y Pretelt a todos sus compañeros les tiene ´su guardado´. Un gordo dosier de pruebas con las que amenaza, palabras más, palabras menos, ´´ de acá salimos todos´´. Ya tiene listo el ventilador para llevarse por delante incluso al Fiscal General de la Nación.
Y no es como dice el apoderado de Pretelt, el señor Abelardo de la Espriella, que ´´la ética no tiene que ver con el derecho´´, pues claro que la ética si tiene que ver con el derecho, y mucho, y aunque como él dice ´´el derecho es una normatividad que busca regular la vida en comunidad´´, la ética no debe ser solo un código de conducta interno, por el contrario, la ética tiene que ser una conducta abierta y transparente, de cara al país, y por encima de cualquier componenda.
Ese viejo refrán que ´en Colombia la justicia cojea pero llega´ es penosamente mentiroso, más bien podríamos adaptarlo a nuestra inmediata realidad y decir ´en Colombia la justicia cojea y luego se parte el otro pie, o mejor, encuentra una mina quiebrapata´
La tutela se volvió el instrumento de los ricos para volverse cada vez más ricos y aplastar así a los pobres, es víctima del tráfico de influencias por parte de algunos los señores de ´toga y birrete´, que legislan en causa propia, que la seleccionan de acuerdo a sus intereses, y que la fallan tal y como han comprometido su voto, o lo peor, algunos le hacen conejo a quienes compraron sus decisiones.
Y no estamos escribiendo con ´un tono panfletario y beligerante que pareciera esta cargado de rabia y con toda la mala energía del mundo´, sencillamente plasmamos la indignación que nos produce a muchos colombianos el manejo que le dan al país algunos magistrados, algunos congresistas, mal llamados ´padres de la patria´ y algunos gobernantes. Intentamos tomar la vocería de aquellos que no pueden expresarse por los medios. Si lo hacemos en forma sincera, franca, y en algunos casos de forma irreverente, es porque, para usar otra frase de cajón, ´se rebosó la copa´ y no queremos que nos vean más a los colombianos la cara de tontos.
Las cárceles están llenas de inocentes y los ´lobbys´ de delincuentes, muchos de cuello blanco, que negocian su libertad y sus delitos en los asados y cocteles. Quienes no tienen como pagar se van a la Modelo derechito.
Este es un país en donde Fiscal, Procurador y Contralor se sacan los ´trapitos al sol´, se meten en política y generan ´choque de trenes´, donde las Cortes se desautorizan jurídicamente, donde muchos, de quienes administran justicia, hacen alianzas con la politiquería, y donde hace carrera la popular frase, ´tú me eliges, yo te elijo´.
Si a alguna institución le teníamos respeto los colombianos era a la Corte Constitucional, si a algunos funcionarios se les aceptaba sus decisiones con obediencia era al Fiscal, Procurador o Contralor, si a algo se le tenía fe era a la tutela, pero hoy en día, esa Corte, esos funcionarios, y esa herramienta jurídica, no tienen ninguna credibilidad para nadie. Su desprestigio es tal que podríamos usar otro refrán popular y decir, entre ellos, ´que entre el diablo y escoja´.
Ya sabemos que la frase en los pasillos del ´Salón de la Justicia´ es ´TUTELA GANAS SI TUMELA PAGAS´. Los de ruana no tienen con qué pagar, por eso, casi nunca fallan a su favor sus tutelas.
#TUTELAGANASSITUMELAPAGAS
Cuando en un país se pierde la credibilidad por su Corte Constitucional entonces ya no se cree en nada ni en nadie. Del Congreso ya se ha dicho todo, y más desprestigiado no puede estar, y de ese dizque proceso de paz, que se lleva de manera solapada en La Habana, es poco lo que se conoce. Pero todo tiene un denominador común, ´legislar en causa propia´ u obligar a que se haga.
Este gobierno no da puntada sin dedal y juega al ajedrez mejor que Bobby Fischer y Garry Kasparov, sabe mover muy bien sus fichas para dar el jaque mate, nada de lo que hace es para el bienestar del pueblo, sabemos que no cumple promesas, que hace cualquier clase de pactos y cualquier clase de alianzas para lograr sus planes, no importa a qué precio, y que está obsesionado con el Nobel de Paz como en otrora con la reelección.
El país, lo negocia precisamente fuera del país, con narcoterroristas, y a nuestras espaldas, y con el Congreso desprestigiado hasta el fondo, y la estantería de la justicia, en el piso, tiene a Colombia en la peor crisis institucional de su historia, y para dizque calmar esa crisis, sale en una alocución con pañitos de agua tibia a calmar una fiebre de más de 40 que ya se está volviendo meningitis. Y lo que es peor, con medidas que antes no compartía, como el famoso Tribunal de Aforados. Quien es honesto y obrar correctamente no le debe temer a que lo juzguen. En ese mismo orden de ideas, ningún colombiano debe estar aforado o con inmunidad que lo único que logra es la impunidad.
En pocas palabras, este gobierno no es consecuente con lo que piensa, dice y hace. La improvisación es su sello, pero cuenta con el beneplácito de muchos medios de comunicación que le hacen el juego y obran como jefes de prensa del mandatario. Lo único que faltaría, para poner la tapa en la olla, podrida por cierto, sería que se descubriera que algún sector de la prensa también se permea en los cocteles, algo que nos resistimos a creer.
Menos mal para Santos viene la Copa América, que puede usar como sofisma de distracción, para mantener embolatada la opinión pública, y así se olvide un poco, o mucho, de los escándalos de la justicia, de los choques de trenes, del desequilibrio de poderes, de la corrupción, que ha permeado todas nuestras instituciones, y de lo que pasa en La Habana, donde se discute con delincuentes la agenda del país, con temas álgidos como tierras, Ejército y curules en el Congreso.
No se les haga raro amigo lectores que el presidente se ponga la diez de James en junio y le diga a Pekérman, ´Salve usted la patria´, y después haga lo mismo con la trusa de Nairo Quintana, víspera del Tour de Francia.
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional