Lo dijo el mismo hijo de Petro ´´La Bogotá Humana gobernó de espaldas a sus bases y encerrados del pueblo que los eligió´´

Y Nicolás en eso tiene razón, como dice el refrán, ´no basta ser sino parecer´, y eso le pasó al alcalde, su muy buen programa de gobierno se vio afectado por su terquedad, su falta de humildad, su arrogancia, el mal manejo de su departamento de comunicación, que nunca supo informar a los bogotanos de sus obras y de su trabajo social, y por su divorcio con la Policía Metropolitana, con los medios, y con las mismas bases que lo ayudaron a elegir.

De ser un excelente Senador pasó a ser un muy mal administrador, y su proyecto de la ´Bogotá Humana´ tendrá un final triste, porque todos sus avances en la inclusión social, en combatir la discriminación, en lograr la igualdad, en visibilizar y ayudar a los mal llamados pobres, entre otras cosas excelentes de su mandato, se verán empañadas por el desorden en que deja la ciudad, con una movilidad que no avanza, con una inseguridad que no es percepción sino realidad, con unas calles inundadas de vendedores ambulantes y con una capital fea y sucia.

Siempre defendimos al alcalde Petro desde esta columna, y seguimos creyendo en sus ideas, el volver lo público eficiente, la cero corrupción, la lucha por respetar el ecosistema y el medio ambiente, el acabar con ese horror de la ´fiesta brava´ o lo que es lo mismo, la masacre de toros, el darle prioridad a los más necesitados, y el pensar que las mafias no pueden tomarse a la ciudad y desangrar sus recursos, pero debemos reconocer que le faltó rodearse bien, que como dice su hijo Nicolás, ´´gobernó de espaldas y encerrado´´, que cazó peleas que no lo dejaron realizar del todo sus proyectos y que tuvo la oportunidad de salir por la puerta grande y va a salir por la de atrás.

Es claro que el presidente Santos, el procurador Ordoñez, y los periodistas Darío Arizmendi y Gustavo Gómez quisieron tumbarlo desde el primer día de su gobierno, al igual que nuestra colega María Isabel Rueda, pero también es cierto, que como dicen por ahí ´dio papaya´, porque cometió, como lo asegura su hijo Nicolás, ´´demasiados errores administrativos´´. Además, como también lo dice él, ´´la Bogotá Humana abandonó la política del amor´´, y eso sí que es clave, cuando se hace política social y de inclusión, no se puede pasar por encima de los demás, y eso hizo Petro, castigar a la clase media y alta, olvidarse, que ellos, como dice el poema anónimo ´Desiderata´, ´también tienen derecho a existir´. Hubo amor con los mal llamados pobres, pero si se quiere, hubo odio con los demás, y una Bogotá Humana debe ser para todos.

Desde el primer día de su gobierno lo apoyamos con nuestros artículos y en nuestras redes sociales, cuando lo destituyeron injustamente, cuando regresó, cuando se le persiguió, cuando se le juzgó y condenó injustamente en algunos medios de comunicación, pero hoy, como lo dice su hijo Nicolás, es momento de autocríticas, y debemos decir que se desperdició una oportunidad histórica de transformar a Bogotá en todos los frentes, que el trabajo quedó en la mitad y que el ´progresismo´ se estancó.

Esas luchas internas en el partido del alcalde, (el Progresismo), no le permitieron gobernar, algunos de sus funcionarios perdieron el rumbo, y como dice Nicolás, ´´humillaron a las bases´´.

Es un hecho que Petro se rodeó mal, que lo asesoraron y lo aconsejaron peor, que en su afán de hacer las cosas bien terminó haciendo muchas cosas mal.

Estuvimos en las marchas y en las manifestaciones en su apoyo, defendimos a Canal Capital y a Hollman Morris cuando los mal llamados ´canales privados´ lo querían hacer cerrar, pero hoy hay que decir que el alcalde, con su actitud, nos dejó a quienes votamos por él, y a quienes no, con un ´sin sabor amargo´, como decía en las derrotas el ´Totono´ Grisales, exjugador de la Selección Colombia.

De todas formas a Petro, en su deseo de ser presidente, lo negativa de su imagen en la clase media y alta no le afecta, porque con el voto de los estratos 1 y 2 tiene para competir, eso sí, si no se le ratifica la suspensión por 15 años que le impuso el procurador Ordoñez.

Y hablando de elecciones para el 2018, la izquierda está en su ocaso, Clara se quemó, Petro y su combo acabaron con el ´Progresismo´, y Navarro no se sabe de qué partido es. Pensamos que Robledo sería una muy buena opción, pero de pronto le puede pasar lo de Petro, de un gran Senador, que vigila y denuncia, puede pasar a un muy mal administrador, aunque tenga las mejores intenciones.

No dudamos ni un segundo de la transparencia de Petro, de su integridad y honestidad, de su afán por servir a las clases más necesitadas, y por lograr la igualdad, la inclusión y la paz, pero creemos que si va a iniciar su campaña presidencial, debe replantear muchas cosas, aprender a escuchar, y sobre todo, a rodearse y asesorarse bien.

Esperemos que la locomotora de Peñalosa no aplane ni aplaste la Bogotá Humana, por el contrario, recoja las muchas cosas buenas que hizo Petro y les dé continuidad.

P.D. Peñalosa, desde el pasado lunes, no parece el alcalde electo, sino el alcalde en propiedad, y ya está gobernando. Además, el presidente Santos y su escudero Germán Vargas Lleras le hicieron conejo a Petro, con el cheque del metro, y ya se lo dieron a Peñalosa.

giovanniagudelomancera

periodista

Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional

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