Se acerca el 31 de diciembre, y debido a la gran cantidad de agüeros que tiene la gente para que en el próximo año todo sea color de rosa, nos pusimos en la tarea periodística de investigar, uno por uno, los casos de vecinos de mi edificio que hicieron alguno de esos agüeros el año pasado a las 12 de la noche, y su resultado, luego de casi doce meses. Utilizando una frase de cajón, ´´esto fue lo que encontramos´´.
Mi vecina, la puritana del 501, antes de las 12 de la noche, buscando en su cuarto sus cucos amarillos para ponérselos al revés, y así tener amor y dinero en el nuevo año, encontró inexplicablemente en el closet de su esposo unos pantis rojos, (que alega ella no son suyos), de encaje negro, acompañados de un antifaz, un liguero y una fusta. En este momento está divorciada, todo el dinero se le ha ido en abogados, y trabaja como vendedora en un almacén de ropa interior
Mi vecino, el engreído del 702, que salió a la medianoche del 31 con una maleta para, según el agüero, viajar mucho en el 2015, sufrió, como bien lo define WIKIPEDIA, ´´una torcedura o lesión de los ligamentos por distensión, estiramiento excesivo, torsión o rasgadura, acompañada de hematoma e inflamación y bastante dolor que le impide continuar moviendo la parte lesionada´´ o mejor dicho, en una palabra ´´un Esguince´´. Los viajes que ha realizado este año son muchos, pero a su EPS, en su silla de ruedas, (que le consiguió Julito en la W), para ver cuando lo puede ver el ortopedista y quitarle el yeso que le pusieron en enero; el último viaje lo hizo ayer por la tarde.
Mi vecina, la solterona del 404, siguiendo un consejo de Salomón, puso un anillo de oro en una copa de champaña para tomársela a las 12 en punto, para así conseguir marido, pero al ingerir la bebida, también se pasó la joya, y hoy la requisan en todos los aeropuertos hasta 15 veces, porque le sucede lo del expresidente Samper, (quien aún tiene balas en su cuerpo luego de un atentado que sufrió), que al pasar por el detector de metales suena un pitito horroroso, aunque ya la hayan desnudado totalmente, ah, y sigue tan solterona como el año pasado, o más, creo.
Mi vecino, el incrédulo del 303, echó un huevo en un vaso transparente con agua, a ver que figura le salía a las 24 horas, y de acuerdo a eso saber su destino, y hasta ayer andaba con ese vaso por todo el barrio, a ver quién le podía hacer el favor de descifrarle la figura. Lo que yo vi, me parece, no puedo asegurarlo, es un pollo ahogándose en el agua.
Mi vecino, el glotón del 903, tal como lo dice la costumbre, se comió las 12 uvas al filo de las 12, y no alcanzó a pedir los deseos, porque sufrió un atragantamiento, que como bien lo define mi amiga WIKIPEDIA, ´´es la obstrucción accidental de las vías respiratorias altas o medias, generalmente al fallar la deglución de alimentos, y que puede llegar a provocar la asfixia del sujeto afectado y en la mayoría de los casos, la muerte si no se atiende con rapidez´´. Afortunadamente lo llevaron de urgencias y al tercer día regresó al barrio, cerró la frutería que tenía y ahora vende puerta a puerta bodegones artificiales para centro de mesa.
Otra vecina solterona, la del 606, siguiendo al pie de la letra la costumbre de ubicar una silla antes de las doce, e ir sentándose y parándose al son de cada campanada, para encontrar el amor, sufrió la broma pesada de un primo que le retiró el asiento en una de esas campanadas y cayó aparatosamente contra el suelo. No consiguió novio, pero este año ganó medalla de oro en tiro al blanco, en los juegos paralímpicos realizados en Estonia. Ah, de su primo no se sabe nada, pero hay quienes dicen que fue víctima del primer entrenamiento de tiro de mi vecina.
Mi vecino, el tacaño, el del 507, metió a oscuras, debajo de la cama, tres papas, una sin pelar, otra medio pelada y otra pelada totalmente para, según la creencia, saber cómo le iría con el dinero en el 2015, y al otro día, queriendo sacar la que no estaba pelada como signo de abundancia, para su sorpresa, encontró unas medias ´enrrolladas´, que según él no son suyas. Ahora es otro de los divorciados de este país, más pelado que la papa pelada que quedó debajo de su cama, porque al igual que mi vecina, (la del 501, ¿se acuerdan?, ¿al comienzo de la historia?), los abogados lo dejaron en la calle. Bueno, no todo es malo, parece que ellos dos se ennoviaron, (la del 501 y el del 507), y ayer los vi comprando, los cucos amarillos, y la media libra de papa, en el Coratiendas del barrio.
Mi vecino, el ´camorrero´, el del 407, metió tres piedras en la almohada porque alguien le dijo que traían salud dinero y amor, pero a los tres días, en una guerra de almohadazos con su esposa, fallecieron los dos, y todo el dinero se lo están peleando sus sobrinos, porque la pareja no tenía hijos, ahhh y también el amigo que le recomendó ese agüero.
Mi vecino, el del 11-03, que siempre está sin dinero, metió unas monedas en sus zapatos porque leyó en un blog que eso atraía mucha prosperidad, pero lleva un año sin sacarlas de ahí, y su espolón calcáneo ya está tan avanzado que requiere cirugía y por supuesto no tiene plata para eso.
Mi vecino, el miedoso, el del 704, que nunca había montado en avión, al fin se animó a viajar a las Islas Vírgenes porque leyó el 31 de diciembre pasado, en el horóscopo de Andrómeda, que el 1 de enero de este año era un día propicio para volar, y sin embargo la nave se desplomó en la mitad del mar. Afortunadamente sobrevivió. Lo que él aún no sabe es que en el horóscopo del piloto decía ´´día no recomendable para trabajar´´.
Y para terminar, mi vecino, el generoso del 808, fiel a la tradición, metió arroz y lentejas en la ropa, cajones, muebles, armarios, mejor dicho, en todos los rincones de la casa, y ha ido sacando y cocinando esos granos mes a mes, para no llegar desnutrido al agüero de este año.
Por eso, como decía mi abuelita, ´´creer en supersticiones es de mal agüero´´, y los dejo, porque no he comprado las papas, ni las uvas, ni los calzoncillos para el 31
giovanniagudelomancera
periodista
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