Como lo leen amigos lectores. En marzo pasado hice una reposición en Movistar, de la carrera 13 con 60 en Bogotá, pues mi Blackberry 9720 dejó de funcionar, y la vendedora me recomendó, como la octava maravilla, ‘el famoso XPERIA M2 Aqua’.
Mi hijo Tataito, quien me acompañó a la mencionada diligencia, le hizo fieros a la asesora y le dijo: «Mi Samsung S5 también resiste el agua, estuve en piscina tres horas tomando fotos debajo del agua y no le pasó nada», a lo que ella respondió desafiante: «El tuyo no es resistente, antes no se te dañó, el que va a comprar tu papá se puede sumergir más de 20 metros», y agregó con la boca llena, «Por eso, como su nombre lo indica, es un XPERIA M2 Aqua».
Según la funcionaria de Movistar con ese teléfono podría lanzarme a lo más profundo de nuestro mar a buscar el Galeón San José, y se mantendría intacto, o buscar en el fondo del Océano Índico los restos del avión MH370, desaparecido, sin dejar rastros, en marzo de 2014, y al smartphone no le pasaría absolutamente nada.
Hace 15 días, estando sentado en una roca de un río, arriba de la Vega, Cundinamarca, (ojo no Dinamarca), ‘el famoso Smartphone XPERIA M2 Aqua’, se me salió del bolsillo y entró al agua suavemente, no más de 20 centímetros: de inmediato lo saqué y siguió funcionando, hasta que se consumió la batería, y ya nunca volvió prender.
Lo llevé al día siguiente al servicio técnico de la carrera 13 con 60 en Bogotá, allí lo recibió un muy poco amable funcionario del departamento técnico, quien con tono pontificador me dijo: «Si lo mojó no le cubre la garantía». Lo miré con cara de, «A ver, a ver», y le interrumpí: «Hermano, es absurdo lo que usted dice, si por eso lo compré, porque se podía mojar».
El sabelotodo le asignó a una empleada mi caso para que me atendiera. Ella, ignorante en el tema, y pretendiendo seguir pontificando como su jefe, me entregó un Samsung Core Prime en préstamo mientras reparaban el ‘súper teléfono XPERIA M2 Aqua’, según Movistar y Sony, ‘más resistente que un submarino’.
Para mi sorpresa, hoy, otra inepta funcionaria de Movistar, luego de, astutamente, pedirme primero el que tenía en préstamo, hacerme pagar la cuota del ‘infalible e impenetrable XPERIA M2 Aqua’, (pues lo saqué a plazos), y haberme hecho esperar más de una hora, me entregó en una caja mi ‘inservible Smartphone’, con unas fotos que dizque envió la Sony, en las que, luego de una ardua y científica investigación, dedujo que el teléfono se había mojado. ¡Descubrieron el agua tibia por Dios! En conclusión, que no lo reparaban, ni cambiaban, porque se había mojado y le había entrado agua.
¡Hasta el Papa Francisco se hubiera salido de los chiros!, como hice yo. Le dije a la muy poco amable señorita que me atendió y al señor del servicio técnico, un malhumorado gigante de dos metros, (¿se acuerdan?, el que pontificó cuando a regañadientes me lo recibió hace 15 días), y quien salió a intimidarme, que ellos habían vendido un ‘XPERIA M2 Aqua’, resistente a los siete mares, con blindaje de submarino y encantador de sirenas, que respondieran por lo que ofrecían y que fueran serios, que no me podían dejar sin teléfono, porque es mi herramienta de trabajo, y que les iba a meter una denuncia ante la Súper Intendencia de Servicios Públicos o de Industria y Comercio, o de lo que sea. Pero eso no les importó para nada, ni se inmutaron. El grosero técnico me gritó. «Yo no le vendí nada a usted». Yo le respondí tajantemente. «Me refiero a Movistar y a mí no me venga a gritar».
Que dizque «el teléfono fue mal manipulado y tenía las tapas abiertas», lo cual es falso de toda falsedad. Que dizque «se mojó», a ver, ¡descubrieron que el agua moja!
Tan pronto el gorila del departamento técnico volteó su humanidad, y la dependiente me ignoró, le dije a voz en cuello a quienes estaban en el local de Movistar: «Tengan cuidado con lo que compran porque les ofrecen esta vida y la otra y luego no les dan la garantía, manejan publicidad engañosa» El guarda se acercó a sacarme y le dije, «Tranquilo, yo me salgo solo, atrevidos timadores».
Dejé el teléfono encima de la mesa de la odiosa señorita que me atendió, junto con el científico dictamen de la Sony y el cd con las fotos tomadas desde el satélite de la Nasa en las que se dieron cuenta que el equipo se había mojado. No firmé nada, no recibí nada, salí histérico a coger el Transmilenio de regreso al apartamento a escribir este artículo y a redactar los derechos de petición y los recursos de reposición para que me arreglen el teléfono o me den uno nuevo.
El año pasado a mi señora le pasó un caso parecido con Samsung y con Claro, no le querían responder por un S3 Mini que salió con daño de fábrica, no leía la micro sd, y gracias a un artículo que publiqué y un video que subí a youtube, se lo cambiaron por uno nuevo, hasta se lo llevaron al apto.
La semana pasada llamé a Almacenes Alkosto para reportar que una Barra de Sonido LG que había comprado hace tres meses ya no funcionaba. Me contestó el funcionario que me comunicara directamente con el fabricante. Al hacerlo, me dijo otra odiosa señorita que la tenía que llevar a Cota, Cundinamarca, con Subwoofer y todo, a lo que le contesté: «¿Qué?, ¿usted quiere que yo me suba a una flota con todo eso para que me lo reparen, no señor, le apuesto su sueldo contra el mío que mañana publico un artículo haciendo la denuncia y pasado mañana ya están recogiendo la Barra en mi apartamento». No tuve que escribir ni publicar nada porque como las llamadas al servicio al cliente se graban al otro día fueron por el electrodoméstico.
Y qué será de quién no puede denunciar o hacerse escuchar, ¿tiene que aguantarse todos los abusos que estas empresas hacen al consumidor? ¡No Señor!
Amigo lector, envíenos todas sus quejas que acá se las publicamos, como dice mi amigo Felipe Arias, del Cazanoticias, «No se quede callado denuncie».
Ver también
¡Ese tal defensor del consumidor no existe!
http://blogs.eltiempo.com/la-sal-en-la-herida/2014/10/08/ese-tal-defensor-del-consumidor-no-existe/
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional
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