En las producciones donde tuve el privilegio de trabajar con el actor Carlitos Muñoz, cuando yo era sonidista en dramatizados para la empresa Televideo, siempre observé que él era el primero en llegar, siempre con la letra aprendida, (en esa época no se usaba el apuntador de hoy), saludaba al personal técnico con el mismo respeto y admiración que al ‘elenco’ de actores, su educación era infinita como su talento y nunca le escuché una mala palabra, una grosería, ni una falta de respeto para con nadie. Acataba con humildad, pero con profesionalismo, cada observación de los directores de la época, David Stivel, Bernardo Romero Lozano y Bernardo Romero Pereiro, Boris Roth, Kepa Amuchastegui, Julio César Luna, entre otros verdaderos genios del teatro y la televisión.
A la hora de tomar el refrigerio o el almuerzo en las grabaciones, prefería sentarse con el personal técnico, más que con los actores, siempre tenía un consejo o una anécdota a flor de labios. Terminaba de primero, y se iba a un lugar apartado para repasar su próxima escena, y hablando de escenas, no recuerdo una que se haya cortado por equivocación de él, siempre era por otros actores, pero él jamás criticaba o hacía quedar mal a su colega, por joven e inexperto que este fuera, al contrario, nunca faltaba la palmada en el hombro dándole ánimo y apoyo. Más que una estrella de la actuación, como siempre fue, era un maestro al que nunca le importó trabajar con nueva figuras, las apadrinaba, les enseñaba y las ‘remolcaba’, como decimos en televisión. Una prueba de su vocación de profesor de actuación fue cuando hizo parte de la segunda versión del reality “Protagonistas de novela 2” en el 2003.
Cuando lo veía en ‘Yo y Tú’ siempre me dije a mí mismo, «algún día tendré el inmenso placer de conocerle», y la vida me premió cuando pude entrar al medio como sonidista, después de una temporada en radio, y cuando alternaba mis estudios de actuación y periodismo, con este trabajo técnico, que me permitía conocer de fondo, y detrás de cámaras, este oficio del actor, del cual Carlitos es el más grande representante.
Siempre le dije así, ‘Carlitos’, pero sin faltarle al respeto, solo por cariño y admiración. Cuando había un descanso me le acercaba y algo le preguntaba, solo para que algo me enseñara, y nunca fallaba. Cada frase que él me decía la anotaba de puño y letra en mi libreta de apuntes, pues yo quería ser un excelente actor como él, aunque luego preferí el periodismo, de lo cual no me arrepiento.
Carlitos siempre me recordaba que de no haber sido actor le hubiera gustado ser diplomático, y que si se trataba de escoger entre televisión, el cine y el teatro, se decidiría por los dos últimos, paradójicamente terminó protagonizando muchas telenovelas.
Con los títulos de algunas de las muchas producciones en las que participó, intentaré hacer su perfil:
Aunque no atesoró una ‘Chepe Fortuna’, siempre actuó, ‘Al ritmo de su corazón’, y nunca dejó de ser un ‘Cándido Jaramillo’, en ‘La Tregua’ de su carrera, cuando decidió ser Senador y funcionario público, la gente se preguntó, no ‘Dónde Carajos está Umaña’; sino ‘Dónde Carajos está Carlitos’; mañana, ‘Cuando Salga el Sol’, lo extrañaremos por siempre, todos, en la ‘Casa de Reinas’, en ‘La Calle 40, la calle del amor’, y hasta ‘Merlina, Mujer Divina’, ‘Doña Flor y sus dos maridos’ y ‘La Tía Julia y el Escribidor’ llorarán su ausencia. Nunca fue un ‘Camaleón’, siempre demostró ser de una sola pieza, honesto y transparente. Poco le interesaba salir en los periódicos en las ‘Notas de Sociedad’, mostró su estirpe de todo un ‘Calamar’, porque tenía tres corazones, nunca buscó ‘La fuerza del poder’, por el contrario, su humildad fue su mayor don, y por eso pudo permanecer por siempre vigente. Su carácter fuerte, y temperamental, como buen santandereano, también era apacible, cuando se formaba un ‘San Tropel’ en las grabaciones, por cuenta del estrés, él era quien intercedía y traía la paz al set. Era leal con todos por igual, directo, franco, frentero, valiente y de extraordinaria personalidad.
Teníamos un ‘Presagio’ de que esto iba a pasar, porque su salud estaba deteriorada, y llevaba más de dos meses internado en una clínica en Bogotá. Como el título de una de las películas de cine en las que actuó, «Cada Voz Lleva su Angustia», y como dicen por ahí, ‘La Muerte escucha’. Y aunque parezca cruel, ‘La Muerte es un buen negocio’, porque se llega a donde el Creador, y nos liberamos de las cadenas que nos atan a la tierra, a la existencia, y por ende, al sufrimiento. Tu foto siempre estará pegada en ‘El Muro del Silencio’; ahora el ‘Semáforo en rojo’ muestra que ya no hay luz verde ni retorno, te marchaste, no tienes reemplazo, fuiste todo un ‘Tigre’ en la actuación y en la vida, y hoy nos dejas un dolor ‘Profundo’. Afortunadamente Carlitos, como a pocos, te dieron todos los premios habidos y por haber, y te hicieron homenajes en vida.
Fuiste y seguirás siendo toda una institución, todo un ícono, nos dejaste, y tu ‘Caballo Viejo’ queda sin jinete, ‘PERO SEGUIRÁS SIENDO EL REY’.
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional
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