Esos anuncios de Santos son tan incoherentes como su gobierno. Que los ministros viajen de ahora en adelante en clase económica, dizque para ahorrar plata, cuando él con su política despilfarradora ya ha quebrado el país no deja de ser ridículo y risible.
Según el senador del Centro Democrático Ernesto Macías, entrevistado ayer en la W Radio, «el presidente despilfarró 3 billones de pesos en mermelada para su reelección, 2.6 billones en publicidad en los medios, desde diciembre de 2013, e incrementó la nómina y la burocracia del gobierno, entre 2010 y 2014, en más de 18.000 cargos lo que le costó al país 2.6 billones de pesos. Además, gastó 600 millones en la remodelación de las cortinas del palacio».
Es increíble la cantidad de plata que gastó Santos para que los medios hablaran bien de ‘esa farsa de proceso de paz’.
Otro gasto oneroso, que nunca se comenta en los medios al servicio del presidente, es la compra de un avión para la Primera Dama. Según el portal de noticias ‘La Otra Cara’, «en 2012 hubo una gran compra en el Ministerio de Defensa, de un moderno y lujoso aeromotor, Embraer Legacy 600, construido en 2010. Su destino era transportar casi que exclusivamente a la doctora María Clemencia Rodríguez de Santos a todos sus eventos propios de su cargo no estatal, donde se destacan actividades benéficas y caritativas. El avión costó 22 millones de dólares y lo adquirió la Fuerza Aérea Colombiana (FAC). Nuestro país es el único que se da el lujo, en medio de la supuesta austeridad, de comprarle un avión a la Primera Dama para que esta haga sus vueltas. Para evitar las críticas, hoy la nave la usa doña Clemencia y algunos altos dignatarios preferidos del gobierno para asistir a muchos actos públicos¨
Santos es incoherente con lo que piensa dice y hace, además, maneja una doble moral y un doble comportamiento, después de sumir al país en una profunda crisis, al repartir mermelada a diestra y siniestra para lograr la reelección, y de regalar ISAGEN a un único postor, ahora quiere posar como el presidente austero. Los que se están apretando el cinturón a la brava son los empleados que ganan el mínimo y a los que les hicieron ese paupérrimo aumento del siete por ciento. Mientras el gobierno de Santos despilfarra y malgasta, los colombianos de a pie son los que debemos contar las monedas, para que nos alcance para lo necesario.
Santos con esos anuncios populistas quiere disfrazar su política Neoliberal y de Tercera Vía que lo obliga a cumplir con los mandamientos que le imponen el Banco Mundial y la OCDE y que están llevando el país a la quiebra. Entonces que los ministros viajen en tarifa económica ¿va a tapar el hueco fiscal de 31 billones que tendremos hacía final de 2016? Y no hablemos de lo que se va a gastar en su famoso post-conflicto por cuenta de esa farsa de ‘proceso de paz’ cargado de impunidad que lleva con los narcoterroristas de las FARC. Ya lo dijo el Procurador en una carta enviada ayer al fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, «dicho acuerdo estimula la repetición de los crímenes atroces en el país y el surgimiento de nuevas víctimas al dar a los grupos armados ilegales que permanecerán después de su firma la certeza de no ser objeto de penas de reclusión y al garantizarles así la impunidad por sus crímenes pasados, presentes y futuros».
Los egos de Santos y su afán por satisfacer sus deseos personales, como su Nobel de Paz, le han hecho girar cheques sin fondos, con esa chequera abierta que le autorizaron los que votaron por él, huecos que quiere tapar con la mal venta de ISAGEN y con una reforma tributaria, cuando prometió en campaña no subir impuestos.
Y su equipero, el ministro Mauricio Cárdenas, le acolita su despilfarro, y a costa de impuestos, de mal vender las empresas del estado, y de hacer economías ridículas, como los viajes en tarifa económica de sus ministros, quieren tapar semejante hueco fiscal.
1.503 pesos diarios aumentó el salario mínimo de los empleados, mientras los congresistas, mal llamados ‘padres de la patria’, pasaron de ganarse mensualmente 24 millones setecientos mil pesos, a 25 millones ochocientos mil pesos, lo que representa un aumento de un millón cien mil pesos.
Santos no da puntada sin dedal y sabe enviar cortinas de humo y sofismas de distracción. Ahora con el anuncio de ayer, «que el gobierno y las FARC acordaron el mecanismo que se usará para monitorear y verificar el desarme del grupo guerrillero y el cese del fuego bilateral y que el proceso recibirá acompañamiento internacional por parte de Naciones Unidas y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)», lo que quiere es dilatar y ganar tiempo para la firma de esa farsa de ‘proceso de paz’, y antes que alguien le pregunte cuánto nos costará eso a los colombianos, dice que «este mecanismo será financiado por dichas organizaciones multilaterales -la ONU de tipo global y la Celac a nivel regional».
En conclusión, el presidente subestima a los colombianos, y con ese discurso confuso, ambiguo, contradictorio, improvisado y algunas veces calculado, quiere justificar todo tipo actuaciones en las que refleja, primero, que pretende quedar bien con Dios y con el Diablo, segundo, que vendió la nevera para comprar la carne y después no tiene dónde enfriar la carne, ese es el caso de ISAGEN, y tercero, que esa mal llamada ‘Unidad Nacional’ se mantiene a base de mermelada, y ahora que se acabó, pues se le va a derrumbar como un castillo de naipes. Y para seguir con los juegos de azar, ya viene el efecto dominó. Además, se puso a jugar al monopolio, o al famoso ‘Hágase Rico’, y se quedó sin fichas, sin plata, y todo lo tiene hipotecado.
Como lo hemos dicho en varios articulos, es claro que al presidente no le importan las consecuencias de su mal gobierno, sus deseos personales los antepone al bien nacional y solo desea pasar a la historia, no importa el costo, como ‘el presidente de la paz’, como si la paz fuera de su propiedad. Para cuando termine su mandato, el país estará en el abismo y él disfrutando sus trofeos.
Según mi amiga Wikipedia, «La revocación de mando, también llamado referéndum revocatorio (en inglés recall election), es un procedimiento de participación civil y político. La revocatoria de mandato sólo aplica para los alcaldes y gobernadores. La revocatoria del mandato es un derecho político, por medio del cual los ciudadanos pueden dar por terminado el mandato que le han conferido a un gobernador o a un alcalde. Se fundamenta en el principio de soberanía popular». Dicho esto, no podremos revocar el mandato de Santos, pero sí podremos sentar un precedente moral haciéndonos oír de manera pacífica, pero clara y contundente, a través de la academia, en las universidades, en redes sociales, incluso pregonando el voz a voz, para mostrar nuestra indignación por el mal manejo que Santos le ha dado al país y de la horrible noche que se nos avecina.
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional
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