Parecen buitres agazapados detrás de los árboles y de los postes con un objetivo claro, cazar ‘infractores’ con ‘fotomultas’. No les importa que el conductor les trate de explicar su situación, arremeten con celular en mano, como si fuera un arma letal, para tomar secuencias interminables de fotos, como si los carros fueran modelos de pasarela, incluso, hacen poses como fotógrafos de reinas.
«Señor agente, estoy dejando a mi señora», «solo bajé a recoger un paquete», «me orillé a contestar una llamada porque no tengo manos libres», ninguna de esas explicaciones les interesa.
El policía que me ‘partió’ hoy, tan pronto vio mi camioneta detenida un minuto y con luces intermitentes, aceleró y luego frenó, como si fuera el mallorquín Jorge Lorenzo, campeón del mundo de MotoGP, se lanzó de la moto en movimiento y dio tres saltos mortales, al estilo de Caterine Ibargüen, y quedó parado de manera recta al frente de la placa posterior de mi Renault Duster.
El señor de los dulces que se ubica en el andén del edificio donde tengo mi oficina me dijo, «Don Giovanni, lo van a partir». Yo me había regresado a comprar un Vive 100 y me salió por $350.000, con la multa claro, «Oficial, bajé un minuto, estoy acá, ya me voy», ni siquiera me paró bolas, y siguió tomando fotos agachado, de pie, arrodillado, haciendo todos los movimientos que ni mi hija ‘Yeyita’, que estudia fotografía, los conoce.
Solamente expresó con voz de mando militar, «Vamos circulando, vamos circulando».
Y no es una vía principal ni estaba generando un trancón de ¡Padre y Señor Mío!
A los camiones de gaseosa, de cerveza, de transporte de valores, a los carros oficiales, diplomáticos, de escoltas, de cualquier cosa, o de lo que sea, no los multan, y los dejan parquear en donde se les antoja.
Nos declaramos respetuosos de las normas pero no creemos que la amenaza, la intimidación, la represión y el castigo sean el método correcto. Es mejor crear conciencia ciudadana y que al ‘infractor’ se le permita hablar y defenderse.
Hace 15 días, estaba en el Parque de la 93, y me detuve un minuto a contestar una llamada, y unos segundos después, una señora de edad que sacó a pasear su perro, (eran como las diez de la mañana), me golpeó por la ventana y me gritó, «lo están partiendo mijo». De inmediato colgué y miré hacia atrás, donde la samaritana me había indicado, y estaba un policía ‘encarnizado’, fotografiando mi camioneta, como si le quisiera poner un aviso clasificado en la Revista Motor.
Me bajé y le dije, «Oficial, me detuve un segundo, a contestar la llamada, ya me voy», pero él dijo exactamente lo del policía de hoy, «Vamos circulando, vamos circulando».
Y no es una vía principal ni estaba generando un trancón de ¡Padre y Señor Mío!
Yo me pregunto, ¿no es mejor aplicar el sentido común y la pedagogía?, por ejemplo, «Señor, no se detenga ahí, es prohibido», «Señor, evite parar acá así no se vaya a demorar». Seguro que uno agradece y no lo vuelve a hacer. Ahora bien, mándelo a uno al curso, y si se reincide, ¡pues ahí si va la multa!
Hoy llamé a la Secretaría de Movilidad para preguntarle a algún funcionario cómo son las políticas para las foto multas, y luego de mucho insistir, me comunicaron con la Jefe de Prensa, de cuyo nombre no quiero acordarme, y me dijo algo más o menos así, «Sumercé, tiene que enviar un correo, en unos tres días se lo contestamos, mándenos las preguntas, acá las filtramos y miramos a quién se las hacemos llegar», «pero es que publicamos mañana el artículo», le interpelamos, «qué pena sumercé, ese es el procedimiento y ya salgo para una rueda de prensa», «¿pero cómo así, si tú te vas no queda ningún doliente en tu oficina?», le replicamos, y bueno la conversación se fue saliendo de tono, porque no entiendo por qué esos periodistas, cuando están en medios, interrogan, increpan, inclementemente, al mejor estilo Vicky Dávila, pero cuando están en la parte oficial, se contagian de esa burocracia. En resumen, ‘me sacó de taquito’, no me comunicó con ningún funcionario, y hasta se molestó cuando le dije que debería tener un asistente que le colaborara cuando ella está fuera, incluso, se ofendió porque le advertí que la llamada la estaba grabando y que la iba a publicar, tal cual, para que mis lectores se dieran cuenta de la burocracia que existe en la Secretaría de Movilidad para que un funcionario público responda, no a un periodista, sino a un ciudadano que requiere una explicación.
¿Qué quería yo saber?, se preguntarán ustedes amigos lectores.
- ¿Esos policías ganan comisión por comparendos?
- ¿Esas foto multas son ‘pelea de tigre con burro amarrado’? ¿El multado no tiene derecho al pataleo?
- ¿Quién multa a los policías que infringen todas las normas de tránsito? ¿Será que debemos andar con nuestro celular en la mano, como lo hacen ellos, para cazar esos agentes que cada rato violan las reglas de tránsito.
- Alguna vez se filtró un audio, en meses anteriores, en el que una funcionaria le decía a los policías de tránsito, que no estaban cumpliendo con las metas de los comparendos, ¿eso es verdad?, ¿ellos tiene una meta para las multas?
- ¿Qué hacen la plata de los comparendos?, porque la ciudad está llena de huecos, sin buena señalización, y con muy poca presencia de agentes de tránsito.
- ¿Quién multa a los escoltas y ‘protegidos’ que cometen cualquier barbaridad de infracciones de tránsito?
Pero me quedé sin respuestas, y tuve que publicar este artículo, sin la versión oficial.
Recuerdo que en Medellín se estaba abusando de las ‘fotomultas’, y como la gente se ‘rebotó’, debieron ponerle ‘tatequieto’ a eso.
Esos celulares de los policías de tránsito, son para nosotros los conductores, algo intimidante, que no educa sino que castiga, además crea paranoia.
Ya no basta con esquivar motos que van en zigzag, (estilo Jorge Lorenzo, campeón del mundo de MotoGP), entre carro y carro, rayándolos, golpeándolos y escapando, ya no es suficiente cuidarse de los SITP, que lo cierran a uno sin ‘agüero’ y tiran a dañarle el carro, ya no es suficiente karma cuidarse de los peatones y ciclistas imprudentes, ni de los taxis que les importa un ‘bledo’ cerrar y matonear al que sea, sino que también debemos cuidarnos de los policías de tránsito, que con celular en mano, amenazan, multan y no escuchan razones.
Es claro que todos los conductores debemos respetar las normas de tránsito, pero también es cierto que los métodos represivos no deben imperar. Para nosotros los ‘mockusianos’, la pedagogía debe estar por encima del castigo, es importante crear conciencia y no abusar del poder. Ojalá Antanas nos lea, para que tome nota de esto, ya que le va ayudar a Peñalosa en su proyecto de cultura ciudadana.
Y los dejo, porque hay un policía de tránsito tomándoles fotos a mi camioneta, parece que le está haciendo un casting.
P.D. Les recuerdo amigos lectores nuestra campaña:
Ahora el reto es ayudar a Wilson, paciente con retraso sicomotor severo
¡Necesitamos su ayuda por favor!
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional
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