Aún no cumplimos la meta para estas dos campañas que hemos iniciado en La Sal en la Herida, por tal razón, necesitamos de su generosa ayuda amigo lector.
Luego de la exitosa campaña que logramos realizar, con la ayuda de los lectores de ‘La Sal en la Herida’, y de un generoso grupo de donantes, para conseguirle una cama hospitalaria eléctrica, y una silla de ruedas de motor, a Jaime Rodríguez paciente de 45 años, cuadripléjico y víctima de fleteo, (Ver Misión Cumplida, ¡Jaimito ya tiene cama y silla de ruedas eléctricas!), ahora estamos empeñados en ayudar a Wilson y a una escuelita.
La primera campaña:
Wilson Tibaquirá, paciente de 30 años, con retraso sicomotor severo, necesita urgente, además de una silla de ruedas de motor, otro tipo de ayudas para que no se interrumpa su evolución, recuperación y desarrollo. La silla vale 8 millones de pesos, es urgente su colaboración querido lector.
Su madre, Ana Rita Forero, nos escribe a ‘La Sal en la Herida’, y nos cuenta la situación de su hijo, para que el grupo de donantes y benefactores que le ayudó a Jaimito, le colabore en su situación, incluso, los amigos lectores, que tal vez no estuvieron al tanto de la campaña anterior, o sencillamente no pudieron ayudar, pero que hoy se están enterando del caso de Wilson.
“Mi Hijo tiene una retraso sicomotor severo, con alteraciones y deterioro en el comportamiento, no camina, no sabe leer ni escribir, controla esfínteres en un 50%, su enfermedad es de nacimiento por causa desconocida al primer año de vida se le colocó una válvula ‘Holter’ en la cabeza, aún la tiene pero al parecer ya no funciona y los especialistas coinciden en que no tendría ningún beneficio ni mejoras el someterlo a otra intervención quirúrgica.
Debido a su retraso sicomotor severo, de no tener unas terapias adecuadas (con música, animales, entre otras), y una silla de ruedas de motor cómoda, que le permita desplazarse de manera independiente, su situación médica nunca va a mejorar, al contrario, cada vez su entendimiento, expresión y comportamiento en general se deteriora y demanda más cuidados y medios para atenderle. También, cuando presenta los episodios de alteración, que pueden durar días, se requiere de pañales desechables, lo cuales, al necesitarlos en cantidad tienen un costo elevado para mí, ya que soy adulto mayor y no cuento con ningún ingreso ni pensión para auxiliarme.
Agradezco de antemano su colaboración.
Ana Rita Forero P.”
La señora Ana Rita, nos hizo llegar la historia clínica y los documentos de Wilson, (están a la orden para quienes deseen consultarlos), que corroboran lo acá expuesto por ella. Ya hicimos la visita domiciliaria y nos cercioramos de todo.
Revisando la historia clínica, encontramos que Wilson “tiene una discapacidad cognitiva severa, moderada, asociada a síndrome compulsivo, caracterizado por trastorno comunicativo, es semindependiente, semifuncional, tiene dificultades en el patrón de marcha, displasia de cadera, presenta alteraciones comportamentales caracterizadas por baja tolerancia a la frustración y manifestaciones de ansiedad. Muestra obesidad, con prescripción dietaria, y alimentación de consistencia normal, hipocalórica, hipograsa, alta en fibra, fraccionada. Su familia es seminuclear, padre fallecido¨
La brigada la hemos encaminado para conseguirle su silla de ruedas de motor, sus terapias especializadas, soporte económico para los gastos que demande su tratamiento y ayuda en su recuperación integral.
Quienes en verdad puedan ayudar a Wilson, por favor comunicarse con este correo giovannetti2@hotmail.com, a través del cual, como lo hicimos en el caso de Jaimito, podremos filtrar toda la comunicación.
El ministro de salud Alejandro Gaviria ignora todas las solicitudes que le hacemos a las campañas que adelantamos acá en ‘La Sal en la Herida’, como la de Jaimito y la de Wilson.
P.D. Al momento de publicar este artículo nos informaron que la mamá de Wilson fue hospitalizada por coma diabético.
La segunda campaña:
En un reciente trabajo de campo, en el municipio de Silvania, encontramos en la Vereda San José del Chocho, en el departamento de Cundinamarca, una escuelita que necesita una Sala de Informática.
Sus estudiantes, vecinos de esa comunidad, no tienen cómo aprender nada sobre tecnología con los equipos necesarios. No cuentan con computadores de escritorio, portátiles, tablets, y lo peor, ni siquiera hay señal de internet.
El maestro debe dictar esa clase en una pizarra sin que los niños puedan poner en práctica ‘lo aprendido’.
Su profesor, un joven emprendedor y amante de la tecnología, se siente frustrado por esta situación, y como es su maestro para todas las materias, prefiere hacer énfasis en otras áreas.
“Con una Sala de Informática podría dictarles todas las materias, aprovechando la tecnología, lo cual les permitiría una mejor atención, comprensión y práctica, sobre todo en el idioma inglés”
Y es que el maestro tiene toda la razón, los niños de ahora son unos magos para la informática, y si se aprovecha esa situación, dotando su aula de los equipos necesarios, pues su aprendizaje va a ser mejor y mucho más divertido.
Ellos deben caminar largos trayectos desde sus humildes casas a la escuela, y de la escuela a sus casas, por tal razón, cuando inician su día escolar ya están cansados, además, no cuentan con refrigerios ni nada parecido, muchos llegan sin desayunar, y si a eso le sumamos que en esa aula están los cursos de primero a quinto, con un solo docente, que el calor es insufrible y que no tienen una enseñanza moderna y cómoda, pues el nivel de deserción es alto.
Sus padres no cuentan con los recursos para tenerles en casa un computador, y su educación se está viendo rezagada, porque es un hecho que la tecnología va de la mano con todo.
Quienes estén interesados realmente en colaborar con la causa pueden comunicarse con La Sal en la Herida al correo giovannetti@hotmail.com
Se nos olvidaba contarles amigos lectores que en algún momento los niños de esta escuela si tuvieron equipos de computación para su enseñanza, pero estos ya están obsoletos, solo ocupan espacio y algunos ni siquiera prenden, no vale la pena intentar arreglarlos ni ‘actualizarlos’, porque ya no tienen la capacidad de expansión, por eso soñamos con el momento en que saquemos esos viejos computadores y les entreguemos unos de última generación.
Muchos se preguntaran porque la Alcaldía o la Gobernación no los ha dotado de una Sala de Informática, Nosotros nos hacemos la misma pregunta, pero antes de intentar responderla, preferimos emprender esta campaña y con su ayuda llevarla a feliz término.
¡Dios los bendiga por su infinita generosidad y la Virgencita los proteja siempre!
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional
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