En Pascual de Andagoya, hace más de 60 años, vive el matrimonio de Santo Urrutia y Baldramina Córdoba, quienes levantaron 4 hijos, en épocas donde la compañía Choco Pacífico, era la principal fuente de sustento de la cabecera del medio San Juan, territorio donde el oro ha sido su benefactor y su verdugo.
El río San Juan, señorial, caudaloso, impredecible, con los años ha respondido a la transformación a la que lo han pujado, al extraer, sin ningún tipo de control sus recursos, sus metales preciosos.
Estos dos San Juaneños, que han sido testigos de cómo el agua del San Juan ha cambiado su color, textura y presenciado varias crecientes del ‘titán herido’, fueron víctimas, al igual que 40 familias más, de una de las más inclementes crecientes de los últimos 15 años.
Las paredes de su casa fueron arrasadas de raíz, pero con sus edades, (ambos superan los 75 años), enfrentaron solos una creciente que los obligó a quedar dos noches en la intemperie, mientras veían flotar sus pertenencias, ante sus ojos incrédulos.
Superaron la creciente, sus cuerpos adoloridos, lavaron todo el pantano, pero el tiempo, no lo tienen a favor, para iniciar de ceros.
El río, que les dio la vida, hoy por causas ajenas a su voluntad, los reta a un nuevo comienzo.
Andagoya está atravesada por el río, dividiendo el territorio en Andagoya y Andagoyita, es en el primero, donde están ubicados, en el barrio Venezuela.
Las ayudas para ellos, y para otras familias del medio San Juan, cabecera municipal Andagoya, son de carácter urgente.
Colchones, juego de sábanas, almohadas, zapatos cerrados de caballero, botas pantaneras, zapatos para dama, maletas grandes, toallas para adultos, mercados con alimentos no perecederos, juegos de cubiertos, ventiladores, blusas para dama, camisas para caballero, pantalones para caballero, faldas para dama, kits de botiquín (alcohol, algodón, aspirinas efervescentes, gaza, vendas, isodine, pomada verde, cremas dentales, cepillos de dientes, parches para dolor muscular), y materiales de construcción.
Con la ayuda del ‘Ángel Anónimo’, y de ustedes amigos lectores, siempre solidarios con las causas sociales que emprendemos, compraremos todo en Quibdó, (transportar desde Bogotá es muy costoso), y llevaremos esas ayudas a Andagoya.
Vea algunas de las obras sociales que hemos llevado a feliz término con la ayuda de los lectores de ‘La Sal en la Herida’:
¡Misión Cumplida! Adrianita tiene su cama eléctrica y silla de motor
Misión Cumplida, ¡Jaimito ya tiene cama y silla de ruedas eléctricas!
Quienes estén verdaderamente interesados en ayudar por favor comunicarse al correo giovannetti2@hotmail.com
¡Muchas gracias!
Otras fotos de la casa de los abuelos tomadas por ‘La Sal en la Herida’:
No se olviden amigos lectores:
Seguimos en nuestra campaña para ayudar a Wilson
y
Ayúdanos a regalar una Sala de Informática para una escuelita
¡Necesitamos su ayuda por favor!
¡Abrazo fuerte y bendiciones!
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional
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