Ese es su talante, decir que ‘esos tales paros no existen’, prometer y poco o nunca cumplir. Es un jugador de póker, calculador, que no da puntada sin dedal, que utiliza a todos para sus fines personales y luego les voltea la espalda, que cambia de discurso como cambiar de camisa, que a punta de mermelada ha sabido poner a la mayoría de la clase política y a la mayoría de los medios a su favor. Para su reelección y para su premio Nobel intimidó, manipuló, desinformó, alarmó, y cuando ganó el NO, se pasó por la faja la decisión.
Ha implantado una dictadura, negoció la agenda del país a espaldas de los colombianos, con su famoso ‘fast track’ ha violado la Constitución, aprovecha la famosa ‘Unidad Nacional’ para hacer en el Congreso lo que le viene en gana, aceita su maquinaria con prebendas, maneja los poderes a su antojo y gobierna para la comunidad internacional, no para Colombia.
Con esa tal Jurisdicción Especial para la Paz le abonó el camino a esos narcoterroristas para que gocen de total impunidad.
Le importa poco o nada el Paro de Maestros, el Paro del Chocó, el Paro de Buenaventura, como ya no necesita de sus votos ni siquiera les para bolas.
Es un presidente que juró no subir impuestos, y lo hizo, burlándose del pueblo, que engañó a los bogotanos con el ‘cheque chimbo’ del Metro que le dio a Petro, que tiene como hábito despilfarrar el dinero del Estado en mermelada y politiquería, pero que no tiene plata para la causa de los maestros, del olvidado Chocó, del olvidado Pacífico Colombiano.
Con la maquinaria del Estado le hizo campaña a su vicepresidente a punta de cemento y palustre para que sea su sucesor en 2018, no tiene límites, es capaz de cualquier cosa, y la gente que lo rodea es igual, legislan, como él, en causa propia. Solo les interesa su bien personal. El país es tan solo la disculpa.
Para la salud, para la educación, para los pobres no hay dinero, pero para el exceso en el gasto público sí.
Se pavonea en el exterior como el presidente de la paz pero su pueblo está la mitad inundado y la otra mitad en paro.
Gobierna para sus amigos, para los grupos económicos que lo apoyan, para la clase dirigente y para la clase politiquera, pero el pueblo no es su prioridad. El desempleo cada día es peor, la inseguridad, la violencia, el micro y el narcotráfico.
La famosa paz con las FARC no es otra cosa que el ‘cambio de brazalete’, en muchas de las zonas donde operaban esos grupos narcoterroristas ahora está el ELN o las Bacrim. Se sigue extorsionando al campesino y desplazándolo.
Volviendo al tema de los paros, el Chocó le exige cumplir los acuerdos firmados el año pasado y se hace el de la ‘vista gorda’.
Como dicen nuestros colegas de Choco 7 días, el gobierno nacional no ha asignado los 720 mil millones de pesos para la terminación de las pavimentaciones de las vías Quibdó-Medellín y Quibdó-Pereira. Tampoco ha aprobado los recursos para el hospital de tercer nivel, los hospitales de mediana complejidad en Istmina, Riosucio y Bahía Solano, para proyectos productivos de generación de empleo, interconexiones eléctricas y las pequeñas centrales hidroeléctricas de Juradó, Nuquí y Bojayá.
De las 158 sedes educativas a las que se comprometió el Gobierno a reparar solo se han aprobado 28. Se impide que el IGAC, (Instituto Geográfico Agustín Codazzi), publique el mapa oficial del departamento ratificando que Bajirá ha sido y es del Chocó. Sigue la persecución a los medios de comunicación del Chocó y no se avanza en su formalización.
Los maestros piden, según Tarsicio Mora, vicepresidente de Fecode, una “nivelación salarial para los docentes”, mejorar el modelo de salud de los profesores, finiquitar el proceso de una nueva contratación y garantizar la prestación del servicio de salud. Tampoco están de acuerdo con la Jornada Única Escolar en Colombia. Argumentan que se presentan casos de hacinamiento y que no hay pago de horas extras ni aumento de la planta docente.
Otro de los motivos de los profesores para mantener el paro es mejorar la educación de los docentes y cambiar la forma de evaluación para ascender en el escalafón.
Y en cuanto al Paro de Buenaventura, la Asociación de Transportadores Marítimos y Fluviales afirma que existe incumplimiento del gobierno en poner en implementar una estrategia contra la inseguridad. Según los transportadores se han presentado en las últimas semanas repetidos asaltos a las naves. También reportar extorsión.
En fin, a Santos solo le interesa en este momento su visita a Trump. Seguir ‘cañando’ la comunidad internacional haciéndoles creer que en Colombia todo está bien, y que desde que firmó ese ‘acuerdo de paz’, todos somos felices comiendo perdices.
Lo más triste es que muchos medios de comunicación le siguen el juego y no publican noticias sobre los paros.
Afortunadamente existen las redes sociales donde se documenta y registra la realidad de lo que pasa en el país.
Presidente, ¡ya el pueblo no le cree y ya no traga entero!
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A mano armada le robaron su silla de ruedas de motor y el triciclo de su microempresa. Ayuda urgente
Óscar, Jósmer y Julianita, tres historias diferentes, una sola ayuda verdadera
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giovanniagudelomancera
periodista
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