Si todo este caos generado por Petro, Bolívar y Cepeda, desde sus cuentas de Twitter y la comodidad de sus casas, es para que suba el primero entonces hagamos un gran acuerdo nacional, que renuncie Duque y el mal perdedor suba.
Una vez que esto ocurra nos sentaremos a esperar cómo gobierna un país en plena pandemia, con los picos más altos. Un país que dejó quebrado el presidente anterior, sin bancada en el congreso, a no ser que reparta mermelada, con la oposición llevándole la contraria en todo, descalificando, desvirtuando, desinformando y bloqueando cualquier proyecto.
Sería bueno ver cómo gobierna con una alcaldesa de Bogotá culpándolo todos los días de todo.
Lo primero que tendría que hacer Petro, el mismo día que se siente en la silla presidencial de la Casa de Nariño (la cual lo tiene obsesionado), es una reforma tributaria, luego una a la salud, después una pensional.
Claro que, según le hemos oído y leído al líder de la ‘Colombia Humana’, él necesitaría tres períodos presidenciales para llevar a cabo su proyecto político, como Chávez o Maduro, y ha advertido que el mismo día de su posesión convocaría una Asamblea Nacional Constituyente. No hay que ser adivinos ni leer la bola de cristal para intuir lo que esto significaría para la institucionalidad.
Que cese toda esta violencia, que hoy mismo de un paso al costado el presidente Iván Duque, elegido democráticamente (con una votación sin precedentes en el país de 10.369.210 votos, equivalentes al 53,98 %, según datos de la Registraduría Nacional, autoridad electoral, con el 99,92 % de las mesas contabilizadas) y que suba bajo presión el Señor Gustavo Petro, y tape el hueco fiscal que dejó Juan Manuel Santos, mantenga todos los subsidios habidos y por haber, tenga contentos a los maestros, (y no le hagan un paro a los dos meses de posesionado como a Duque), a los taxistas, a los de Uber y otras plataformas, a los trabajadores de la salud, a los gremios, al sector privado, al público y al país en general.
Que le muestre a las Calificadoras de Riesgo Internacionales que Colombia es viable para préstamos e inversión sin hacer reforma tributaria. Claro que, según su teoría de alta economía, la solución está en imprimir billetes, como jugando monopolio, y así salimos de la ‘olla’. Estamos seguros que pondría un cajero automático del Banco de la República en Casa de Nariño.
Lo bueno es que no tendría problemas con el país vecino porque sería su aliado, sin duda, y seríamos una sola patria, Colombia y Venezuela.
Ahora bien, viendo cómo administró la ciudad cuando fue alcalde (me arrepiento de haberlo defendido tanto), tampoco debemos ser clarividentes para pronosticar cómo sería el manejo de los recursos del país, cómo sería el respeto por la propiedad privada y cómo sería el trato con quienes de manera honrada y con esfuerzo han montado sus empresas.
A Gustavo Petro y a la actual alcaldesa de Bogotá Claudia López los une un denominador común, excelentes para denunciar, ineficientes para administrar o gobernar.
Pero si subiendo Petro se acaba este caos, logramos estar en paz, pues que suba hoy mismo. Quienes pensamos diferente a él nos hacemos a un lado y prometemos dejarlo gobernar, no escribiremos una palabra de él, ni de su gestión en Twitter, ni en este blog, ni en ningún otro medio, nos sentaremos como espectadores a verlo gobernar.
Colombia es más importante y más grande que los egos individuales.
Mi hija me decía ayer: «Papá, y si Petro y el Centro Democrático se hacen a un lado y se busca un candidato que no tenga que ver con ellos». Excelente propuesta, le respondí, y la publicaré a mis lectores, pero siento ser pesimista, el ego de Petro es tan grande que no va a retirar candidatura porque su obsesión, como lo dijimos arriba, es llegar al poder, sea como sea.
¡Dejemos gobernar a Petro ya! Y que le vaya muy bien por Colombia y por los países vecinos.
P.D. Gustavo Bolívar, Ministro del Interior, e Iván Cepeda, Ministro de Defensa.
Pregunta suelta, como dice mi amigo Calvás, ¿ustedes han visto en Estados Unidos a Hillary Clinton, a Barack Obama o al mismo Donald Trump interponiéndose todos los días en el gobierno Joe Biden? ¿O en Alemania, o en el Reino Unido, o en Francia o en muchos países que los perdedores en elecciones no dejen gobernar?
Periodista
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