Carlos Ardila Lülle – foto EL TIEMPO

Produce mucha tristeza la muerte del doctor Carlos Ardila Lülle, un hombre al que admiramos desde siempre.

Tuvimos el placer de trabajar durante 8 años en una de sus empresas, R.C.N. Televisión, y fuimos beneficiarios de su forma de ser, pensando siempre en el bienestar de sus empleados. Lastimosamente, los mandos medios en esa empresa y en muchas otras de su propiedad, van en contravía de esos preceptos, y sin que él se entere, traicionan su filosofía cuidando un dinero que él no pide cuidar y tratando de ganar indulgencias con Ave Marías ajenas.

A comienzos del 98, cuando iniciábamos el Canal R.C.N., vimos cómo el doctor Carlos Ardila papá y Jr se apersonaron del proyecto y a cada uno de los empleados nos lo hicieron sentir como propio. Por eso, durante los primeros cinco años fuimos líderes, opacando y casi que anulando la competencia con ese espectacular eslogan ‘Nuestra Tele’.

Lastimosamente, Gabriel Reyes, en ese entonces presidente del canal, quien en un principio hizo una excelente labor, delegó a personas poco idóneas en cargos fundamentales y por eso la sintonía y el liderazgo se vino abajo.

Cuando el doctor Carlos Ardila visitaba R.C.N. TV. se instalaba en un estudio de televisión y solicitaba saludar de mano a todos y cada uno de sus empleados, los mandos medios de los que hablamos, se morían del miedo y evitaban a toda costa que pasáramos más allá del saludo, por si de pronto alguno le hacía saber al doctor Ardila alguna situación que pasara con los empleados del canal y que fuera en contravía de sus mandatos.

Y es que él no permitía ningún abuso ni injusticia con ninguno de sus colaboradores. Alguna vez, una compañera que trabajaba en servicios generales fue maltratada por uno de sus superiores y despedida injustamente, ella logró entrar de manera cinematográfica al edificio de la Organización en el norte de Bogotá, (se vistió con su uniforme y a nadie le pareció extraño), subió a la oficina del doctor Ardila, burlando todos los filtros, y lo puso al tanto de todo, él no solo ordenó reintegrarla, sino que la ascendió a recepcionista.

En los primeros años del Canal, especialmente en Noticias, teníamos desayuno, refrigerio, transporte, pero frases de algunos compañeros como: ¨¿otra vez tamal?¨, ¨¿otra vez chocolate?¨, ¨¿otra vez jugo hit?¨, hicieron que nos quitaran todo eso. (Muchos de esos jugos algunos empleados se los llevaban por docenas a la casa).

En una ocasión, en una de las tantas transmisiones que hacíamos del Reinado Nacional de la Belleza desde Cartagena, hacía mucho calor y los técnicos de la móvil abrieron las neveras que el doctor Carlos Ardila nos había instalado para hidratarnos, sacaron el agua de la empresa de la Organización y se las echaban, literalmente, por la cabeza. En ese momento él pasó y al otro día nos quitaron las neveras.

El doctor Carlos Ardila era muy generoso y muy nacionalista. En las peores crisis nunca vendió sus empresas, muy colombianas, a diferencia de los Santo Domingo que regalaron los íconos de Colombia: Caracol Radio, Avianca y Bavaria.

Él siempre quería reivindicar nuestra patria y su Organización era la forma de hacerlo, generando empleo, apoyando el deporte, haciendo verdadera filantropía y cumpliéndoles a sus empleados aún en tiempos de pandemia. Para el doctor Ardila la palabra despido no existía, cualquier situación de esas era orden de sus mandos medios sin que él lo supiera.

Quienes trabajamos en sus empresas aprendimos de él el amor por Colombia y por lo nuestro.

Ahora bien, existen mitos y leyendas, como que en las instalaciones de sus empresas no se podían consumir productos de la competencia. No sé cómo sea ahora, pero iniciando R.C.N. Televisión, cuando pedíamos domicilio, los guardas de la entrada sacaban la Coca Cola de las bolsas y dejaban entrar el resto.

Una vez fuimos con Alcirita, una empleada de la Organización de muchos años de antigüedad, a la casa de la esposa del doctor Ardila para preparar un evento de Orquídeas Colombianas y como llegamos muy temprano, entramos a una panadería y allí no tenían productos Postobón; pedimos entonces una litro de Coca Cola y un bagget y nos sentamos en un andén cerca de la casa del doctor Ardila mientras era la hora. Cuando doña Eugenia salió a recibirnos, Alcirita y yo caímos en cuenta de inmediato y de manera espontánea tiramos la litro a un jardín vecino.

En el primer año del Canal R.C.N. TV solo se pautaban productos de la Organización Ardila Lülle y la competencia hacia lo mismo con sus marcas, al ver que las dos empresas se iban a quebrar decidieron hacer un bróker de pauta en conjunto y la primera novela que patrocinó Coca Cola en R.C.N. TV fue ‘Carolina Barrantes’, no lo podíamos creer.

Aún recuerdo la fiesta de fin de año que nos regaló el doctor Ardila luego del éxito de ‘Betty la Fea‘ y de todos los contenidos del canal. ¡Tiempos aquellos!

Un orgullo haber podido trabajar para el doctor Carlos Ardila Lülle, sin duda alguna, ¡un colombiano de pura cepa!


Giovanni Agudelo Mancera

Periodista

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