Lo de la Selección Colombia contra Chile, especialmente en el primer tiempo, fue un verdadero concierto de fútbol. ¿Pero por qué se dio esa sinfonía? Porque sencillamente el director de orquesta dejó a un lado la terquedad y puso sus músicos con los instrumentos que saben tocar. Además, la voz del cantante estuvo presente y no como en otros conciertos, en la silla de los espectadores.
Reinaldo Rueda, director de la Selección Colombia, venía traicionando su esencia de entrenador. Siempre había jugado con un 10 y lo estaba dejando a un lado.
Si bien es cierto que al inicio de la Copa América convocó a Quinterito quien no pudo venir por razones de fuerza mayor y luego la situación de James lo obligó a prescindir de él, pues Reinaldo comenzó a inventar y cambió de estrategia, planteamientos timoratos, conservadores, improvisando con jugadores en posiciones que no son las habituales, sacrificándolos y en algunos casos quemándolos.
Pero para esta triple fecha de eliminatoria tenía a Quinterito y no lo puso en el partido contra Paraguay donde perdimos puntos valiosos y sí lo quemó en la Paz Bolivia.
Ayer incluyó a Juan Fernando Quintero en Barranquilla y Colombia fue otra, mejor manejo de balón, más variantes, conexión entre volantes y delanteros, velocidad, pausa, floritura, gambeta, pases entre líneas, cambios de frente, eficacia y hasta desperdicio. Todo porque, esta vez, los laterales eran laterales de oficio y con salida, y dos delanteros -uno por dentro y por fuera- de otro planeta. Se tuvo también a Luis Díaz, quien se asocia y pone a jugar a sus compañeros, y un Borja seguro y contundente. Un Borré más suelto, un Cuadrado multifuncional y unos cambios oportunos y a tiempo, no como en otros partidos. Acá no fueron nominales, posición por posición sino de estrategia y bloqueando a Chile cuando se nos vino encima por el sector de Cuadrado.
Podríamos hablar de todos los jugadores y su desempeño, sería una columna muy extensa, pero como siempre, David Ospina excelente, Yairo Moreno brillante, Carlos Cuesta con un 10 en su debut en la de mayores, Óscar Murillo seguro, Wilmar Barrios gigante, Matheus Uribe pieza fundamental en el medio campo, Radamel Falcao referente e ícono, Roger Martinez coraje, Daniel Muñoz con oficio, William Tesillo en su posición.
Para próximos partidos Rueda debe seguir ese mismo planteamiento, sea con James, con Quintero, o por qué no, con los dos, y no improvisar ni inventar más.
Nos quedamos con ganas de ver a Baldomero Perlaza, en nuestro concepto, el nuevo Freddy Rincón, quien, sin duda alguna, le daría contención y manejo al medio campo, además de ser un volante con llegada y con gol.
Para terminar, es importante que Reinaldo Rueda, si aún no lo ha hecho, hable con James, lo aconseje, lo motive, el jugador se equivocó con sus actitudes infantiles, pero es muy talentoso y quiere la Selección. Además, cuando juega, siempre lo hace bien, salvo contadas excepciones. Un director técnico también debe velar por el bienestar de sus jugadores y James necesita ayuda para retomar su carrera.
Victoria de Colombia: ¡Sinfonía en Rey Mayor!, porque se jugó con partitura, con armonía, con compás, con métrica, con afinación, pero también con adornos, con solos y con ritmo.
P.D. Ahora no vamos a sacar el carro de bomberos y sentirnos favoritos para el mundial de Catar 2022, vamos paso a paso, jugando cada partido como si fuera una final.
Periodista
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