En mi columna número 501 en La Sal en la Herida de EL TIEMPO y por la coyuntura que están viviendo los medios de comunicación en lo que se refiere a su ejercicio periodístico imparcial y objetivo quise escribir esta reflexión como periodista y como ciudadano de a pie.
Sé que un oyente menos para W Radio le debe importar muy poco o nada a Julio Sánchez Cristo y a su equipo, al presidente de Caracol Radio y/o del Grupo Prisa y a sus directivos en general, pero me vi en la necesidad de contarle a nuestros lectores que me pasé a La FM, luego de trasegar por todo el dial, decepcionado y defraudado por el manejo que en otrora el mejor periodista de Colombia, Julio Sánchez Cristo, le está dando a la emisora y a su línea editorial.
La oferta noticiosa en radio no es mucha, a Néstor Morales y/o Gustavo Gómez, no los escucharía, así fuera la última frecuencia habilitada en el espectro electromagnético. Son el ejemplo claro de cómo no hacer periodismo. La Radio Nacional es una buena propuesta pero en ocasiones gobiernista, y la básica de RCN, se rumora, retransmitirá de 4 de la mañana a diez de la mañana, el espacio de Luis Carlos Vélez.
Y hablando de Luis Carlos, periodista muy controvertido por sus opiniones, pero muy profesional, al igual que su señor padre, Carlos Antonio Velez (quien tiene una muy buena sección deportiva en ese espacio) nos parece que ha armado la mejor Mesa de Trabajo de la Radio en Colombia: Azury Chamah, siempre en punto a las 4 a.m. desde Medellín, excelente voz y periodista ejemplar, Fernando Quijano, periodista serio y respetable y director del diario La República, William Calderón, con quien trabajamos en RCN Televisión y City TV, credibilidad y experiencia, Santiago Ángel, muy buen periodista, el doctor Juan Lozano, personaje íntegro en todo su ejercicio público y periodístico, Darcy Quinn y Dominica Duque. Además, cuentan con todo el apoyo técnico y periodístico de RCN Radio en Bogotá y en todo el país.
Es una Mesa con pluralidad, con diversas opiniones, siempre respetuosos con los invitados, sin vedettes, sin estrellas, con diferentes puntos de vista, como debe ser, pero sin ser gobiernistas, sin caer tampoco en una oposición grotesca y baja, y sobre todo, con lenguaje claro, sin posar de eruditos en ningún tema.
Es información, pero hay ratos para el entretenimiento, la música, los comentarios y los oyentes.
La W Radio tuvo en alguna época esas virtudes pero las fue perdiendo cuando Julio Sánchez Cristo se dejó eclipsar por la fama, el poder y el reconocimiento, cuando comenzó a dar una imagen de imparcialidad a los oyentes pero fuera del aire muy cercano al poder o en ocasiones al contra poder y liderando un equipo que se quiere parecer a él (sacamos al Profe Calvás del cuento, porque él no come cuento y por supuesto a Rafael Manzano, al doctor Alberto Casas, a la gente de Amanecer W y a Laura de Soluciones W) una mesa de trabajo que Julio ha empoderado para mal, porque todos levitan, se creen fiscales y/o jueces, interrogan y señalan a los invitados, no los respetan, son incoherentes con lo que piensan, dicen, hacen, porque posan de una cosa y son otra, ignoran los correos, sugerencias y propuestas de los colegas y oyentes y se les olvida que esto es radio y que hoy estamos acá, mañana allá, o en ningún lado, (mensaje para Andrés Torres y para la mayoría de su gente con las excepciones que ya hicimos atrás).
Y qué decir de cómo W Radio maneja la información de Petro y su Séquito, ignorando determinadas noticias, sobre exponiendo otras, abusando muchas veces de su posición dominante, sobre todo Julio (se lo dijimos, pero nos ignoró). Un día le hicimos un reclamo por los lanzamientos de los temas del Grupo Niche que los maneja en exclusiva opacando las emisoras del Chocó de donde era el Maestro Jairo Varela, por supuesto, nunca nos contestó.
También molesta en W Radio el morbo y el doble sentido que ya es frecuente y ese hábito de pontificar y de creerse dueños de la verdad. Se perdió la humildad en la cabina y fuera de ella.
Capítulo aparte merece el periodismo de Félix de Bedout y Daniel Coronell cargado de odio, atacando los enemigos y favoreciendo los amigos.
Para cerrar esta columna quisiéramos hablar del tema de Semana, Cambio, Vicky Dávila, Daniel Coronell, Petro y otros exabruptos polarizando el país, más de lo que está, y transgrediendo todo límite de la ética periodística. Esos portales de noticias y esos periodistas no representan lo que debe ser el periodismo, utilizan su poder para atacar y contra atacar, para intereses de sus dueños y personales, para ampliar sus seguidores y ‘likes’ en sus redes, para sacar beneficio, ya sea económico, de reconocimiento y popularidad.
El periodismo es servicio, es imparcialidad, es objetividad, es ética y es ser buena persona, ¡una mala persona no puede ser un buen periodista!
Afortunadamente nuestros Maestro Javier Darío Restrepo, Jorge Consuegra, Álvaro Gómez, Mauricio Gómez y otros que ya no están con nosotros, no se hallaron a este tipo de periodismo burdo de Cambio y Semana, de Daniel y Vicky.
Nosotros no somos afectos a Petro, pero jamás usaríamos el poder o el medio que dirijamos para atacar de manera rastrera al presidente, o lo contrario, para defenderlo.
¿Qué pensarán los estudiantes de periodismo viendo esos malos ejemplos? mejor que cambien de carrera.
P.D. Trabajamos con Vicky en NotiPacífico y RCN Televisión, y la conocemos desde sus inicios, trabajamos con Daniel en el Noticiero Nacional y RCN Televisión, en algún momento los admiramos, lástima que perdieron el norte.
Periodista
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