Ya es un secreto a voces que, con mermelada a tutiplén, se aprobó en la plenaria del Senado (y en camino a la Cámara) la Reforma Pensional, pero casi nadie habla de los Orangutanes que esta trae.
El primer Orangután: Petro buscaría gravar las pensiones mensuales mayores a dos millones quinientos mil pesos, según el artículo 84 de la norma, el cual reza: «Estarán gravadas sólo en la parte que exceda de 1.000 (mil UVT)», y elimina la palabra «mensual». En plata blanca, esto sería un ajuste al actual estatuto tributario, concretamente del artículo 206 de la norma, que habla de rentas exentas hasta las 1.000 UVT mensuales.
Es una reforma tributaria escondida. Petro podrá utilizar el ahorro de los colombianos para liberar recursos líquidos, con un mayor gasto público irresponsable.
El segundo Orangután: Petro quiere incumplir el acuerdo que hizo con los partidos políticos lentejos, donde pactaron el umbral en 2,3 salarios mínimos y quiere llevarlo a 4 salarios mínimos. Como siempre, el presidente no honra su palabra e intenta salirse por la tangente de manera imperativa y dictatorial. De hecho, dicen los expertos, que el umbral ha debido ser entre 1 y 1,5 salarios mínimos.
Es claro que Petro accedió a bajar el umbral de cotización porque en Senado sus votos no son suficientes, pero él cree que en Cámara tiene mayorías legislativas, sin embargo, al parecer se le olvida que Gobierno y Senado se volverán a ver las caras cuando se deba conciliar el texto y allí es cuando le cobrarán a Petro haberse pasado por la faja el acuerdo.
El tercer Orangután: hoy, el régimen semi contributivo permite que las personas que hayan cotizado, pero que no alcancen el total de semanas para pensionarse, puedan tener un beneficio al final de su vida productiva; con la funesta reforma, si usted ha cotizado entre 300 y 1.000 semanas, no va a recibir ni los intereses, ni los ahorros que ha hecho, simplemente, le entregarán un valor muy pequeño mensual durante el tiempo que le quede de vida.
El cuarto Orangután: la reforma tiene un problema de sostenibilidad a largo plazo que desencadenaría un problema financiero, incluso, la ministra de trabajo, Gloria Inés Ramírez, lo reconoció: ¨Sí, sabemos que en 12 o 15 años habría que hacer unos ajustes, unos cambios paramétricos, somos conscientes¨, fueron sus palabras.
Es un hecho que para el año 2065 aumenta el pasivo pensional en el 76% del Producto Interno Bruto (PIB) y se acaba el ahorro pensional del país.
El quinto Orangután: la reforma no soluciona la falta de cotizantes por alta informalidad laboral y parámetros de cálculo desligados del aumento de la expectativa de vida de los colombianos.
El sexto Orangután: la reforma elimina la propiedad privada de aportes futuros al obligar al ahorrador a aportar al sistema público hasta por dos millones y medio de pesos. Esto es más o menos el 82 % de los cotizantes; además, la nociva reforma, no permite que se pueda heredar lo que ahorró el afiliado. Los aportes son abusivamente del Estado y el cotizante debe hacerse a la idea que algún día lo pensionarán con beneficios limitados. Seguramente, ante la insostenibilidad financiera del modelo caduco que pretende imponer Petro, la familia del ahorrador no tendrá derecho a heredar nada.
Además, esa retrógrada reforma, abre la puerta para un uso corrupto o ineficiente del ahorro pensional a cargo de un ente público, sin competencia, así sea el Banco de la República, porque su función no es esa, es, entre muchas otras, la de controlar la inflación.
Ni hablar de la contracción del volumen transaccional y tamaño del mercado de valores, haciendo más costosa la financiación privada y pública y no permitiendo que Colombia sea un destino apetecido en inversión extranjera.
Hay que decir que cuando se acaba ese ahorro pensional, también se acaba el crédito de largo plazo, recursos con los que se financian mega obras en el país.
El séptimo Orangután: es una Reforma Socialista, pues crea subsidios insostenibles, atenta contra la propiedad privada del ahorro y confunde subsidio con aporte pensional. Ya los colombianos no podrán escoger entre ahorro individual o régimen de prima media, porque hasta el famoso umbral, todo va a Colpensiones.
Los jóvenes serán al final los más perjudicados en esta irresponsable reforma pensional, porque en el momento en el que ellos se vayan a pensionar ya el Estado no tiene la plata.
Si se trata de darle pensión a las personas de la tercera edad para eso está el programa Colombia Mayor, diseñado para ese fin.
Para finalizar, digamos que esta soterrada y morronga reforma pensional tiene toda clase de vicios de fondo y de forma, uno de ellos, al ser de tributos, debió empezar por Cámara y no por Senado, es un hecho, por fortuna y para bien de los jóvenes colombianos, que la Corte Constitucional la tumbará.
De nada vale que Petro se vaya a colar y apropiar de la marcha de los trabajadores del 1 de Mayo, la cual se celebra en Colombia desde 1914, para promocionar su fallida Reforma Pensional, así la divulgue por WhatsApp.
P.D. Nadie pudo haberlo dicho mejor que la representante de la Alianza Verde, Catherine Juvinao: «Petro no quiere cambiar nada. Solo busca un estado de confrontación permanente pues es como cohesiona y enardece a sus bases. En el momento en que el cambio se hace posible, Petro pierde su causa. Así que seguirá saboteando todo: es su forma de crear la necesidad de constituyente».
Periodista
A.C.L.- Acord – CPB
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