No existe una crisis tan crítica para un Club de fútbol como la de alejarse de sus hinchas. Ellos son, sin duda, su principal activo.
¡Millonarios está en crisis! Ese es el titular en las noticias de los principales medios de comunicación de Colombia. Una crisis explicada desde diferentes perspectivas: por la renuncia de su cuerpo técnico con apenas 4 meses de trabajo y un plan iniciado; por las pérdidas multimillonarias del último semestre como consecuencia de sus bajos ingresos en taquilla debido a sanciones y trabajos en el Estadio El Campín; pero, principalmente, por la pérdida de credibilidad de la institución frente a sus hinchas.
Quizás ningún otro hincha en Colombia esté tan informado sobre el manejo de su Club como lo está hoy en día el hincha embajador. En los últimos años, la gestión administrativa y deportiva de Millonarios se ha convertido en la principal discusión de sus hinchas, dejando muchas veces de lado las conversaciones sobre su rendimiento deportivo, o el devenir de sus rivales. Los hinchas de Millonarios parecen haber sumado nuevas variables a su ecuación futbolera: la actual administración y su junta directiva.
El hincha embajador, como pocos hinchas colombianos, es propietario de una parte de su Club. Esto le ha abierto la puerta para interactuar con los accionistas mayoritarios sobre la manera como el equipo es manejado desde el ámbito deportivo, financiero y social. Sin embargo, es más que evidente que la influencia de su participación en las decisiones del Club es casi nula. La ausencia de una organización de los hinchas a largo plazo, de un canal de comunicación asertivo y de una falta de representatividad, tiene a sus seguidores -podríamos decir ya por años- protestando de diferentes maneras en contra de la actual dirigencia del Club.
En el pasado los hinchas de millonarios han sido recursivos, creativos, pero sobre todo enfáticos en las protestas que han realizado contra las directivas de su institución. Hemos sido testigo de acciones colectivas como el envío de cartas masivas, visitas a las oficinas de su principal accionista en Nueva York, marchas en silencio, marchas emotivas, manejo de tendencias en redes sociales, impresión de volantes, entre otras. Incluso ha habido reacciones más radicales que han perjudicado a la institución como la invasión al Estadio El Campín el pasado Agosto; una mala expresión de su desesperación frente a esa crisis que hoy mencionan los medios de comunicación.
Somos conscientes que esta agudización de la crisis del Club responde a una mala toma de decisiones en la administración; no obstante, el hincha de Millonarios debe saber manejar este momento con inteligencia emocional. Así como ha aprendido a leer los estados financieros, a comprender las leyes relacionadas con el deporte y a abogar por una mayor transparencia en su gestión, debe tener muy claro el impacto de las acciones que toma individualmente y en colectividad.
De una parte, las protestas con amenazas e insultos contra sus directivos y accionistas están disminuyendo los canales de dialogo entre las partes, provocando un hermetismo institucional. Las campañas para no comprar el abono – una muestra del poder que puede detentar la hinchada-, o dejar de asistir al estadio, agudizan su situación financiera que podría incluso resultar en la disolución de la sociedad o verla inmersa en una reorganización empresarial. Esto dejaría al Club sin mucha capacidad de maniobra frente a futuras contrataciones para abordar copas internacionales. Por último, los señalamientos al plantel de jugadores y el futuro cuerpo técnico pueden crear un ambiente hostil para ejercer el fuerte trabajo de recuperar la posición deportiva de un Club histórico en Colombia.
Queremos reiterar que Millonarios es de sus hinchas, y que estos son su principal activo. Un mensaje que no es solo para los hinchas, sino para la institución, el nuevo cuerpo técnico liderado por Miguel Ángel Russo (¿una medida desesperada?), los patrocinadores y los medios de comunicación (incendiarios o no). Hoy más que nunca Millonarios necesita de sus hinchas, y los hinchas de su Club.
Superar la crisis depende de un trabajo mancomunado y por fases, donde prime la comunicación de doble vía, la transparencia en las actividades y decisiones y la contribución a objetivos comunes en favor de la institución.
Superar esta crisis depende de la claridad de sus accionistas respecto a sus metas de corto y largo plazo. De una inversión o desinversión justa, sin querer aprovecharse de los accionistas minoritarios; por el contrario, de contar con ellos en primera instancia para cualquier decisión económica.
Superar esta crisis depende del apoyo de los medios de comunicación para informar con veracidad y sin incitar conflictos entre directivos, jugadores, cuerpo técnico, periodistas, hinchas, Dimayor, el Distrito, etc.
Superar la crisis depende de acciones concretas en las que participen todos estos actores y se le de relevancia a sus puntos de vistas y opiniones.
Superar esta crisis depende de que hinchas y Club tengan en cuenta a organizaciones expertas que busquen aportar a esta situación y la conviertan en una oportunidad para construir un fútbol más justo.
Superar esta crisis depende del hincha. Del hincha que ya se metió la mano al bolsillo y está dispuesto a hacerlo una vez más por el amor incondicional a su Club. Del hincha que no olvida pero que es responsable, conocedor, comprometido y solidario con la situación.
¡Hoy más que nunca Millonarios necesita de sus hinchas!