La corrupción y violencia han afectado negativamente la salud del fútbol argentino. La Coordinadora de Hinchas, una iniciativa conjunta de aficionados sin importar el color de su camiseta, apunta a recuperarla.

Todos tenemos muy buenos recuerdos del fútbol argentino con la legión de jugadores colombianos, figuras en el país austral. Pasión, aguante, buen fútbol, garra, técnica y rivalidades que han influenciado varios aspectos de nuestro fútbol. Hoy en día, el fútbol argentino, a pesar de contar con éxitos deportivos a nivel internacional, está golpeado por actos barbáricos de violencia y una dirigencia corrupta. Los hinchas, cansados de que no hubiera responsables en pro de un cambio positivo, decidieron crear una iniciativa conjunta que va más allá del color de su camiseta. Esta es su historia.

Por:  Coordinadora de Hinchas

El año pasado, en medio de turbulentas discusiones, rumores y borradores de proyectos de ley sobre el posible desembarco de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en la Argentina, decidimos conformar la Coordinadora de Hinchas: un espacio formado por hinchas y socios de distintos clubes del país, unidos para defender nuestros derechos, nuestros espacios y mejorar la situación en nuestras instituciones deportivas.

Habiendo mitigado (por el momento) el tema de las SAD, captura especialmente nuestra atención el problema de la violencia en las canchas del fútbol argentino; un flagelo más antiguo que la práctica profesional de este deporte en nuestro país y que ya se cobró 318 vidas. Peleas entre distintas parcialidades, conflictos internos dentro de una misma hinchada, batallas campales con la policía son el pan de cada día. Los argentinos, desde que tenemos memoria, estamos acostumbrados a ver situaciones como estas constantemente.

En estos años, las autoridades han tomado muy pocas medidas al respecto, y todas ellas fueron “parches” para salir del apuro y frenar la hemorragia en el momento, pero no para combatir realmente el foco del problema. Algunas de estas medidas “parche” fueron la inhabilitación de determinadas tribunas, los partidos a puertas cerradas, los equipos que no pudieron llevar hinchada a otros estadios y la pérdida de puntos.

En julio de 2013, nos quitaron uno de los principales derechos de los hinchas de fútbol: el de ir a la cancha de visitante a alentar a nuestro equipo. Como las autoridades no pudieron (o no quisieron) hacer nada realmente productivo para frenar la violencia, esta resolución fue la más sencilla. Sin embargo, la violencia no cesó, ya que el negocio no fue tocado. En estos años continuamos sufriendo hechos violentos entre hinchadas, con la policía y con hinchas de otros equipos infiltrados.

Lee ¡Cómo hemos cambiado!

Esta situación tiene muchos focos de análisis. En una primera instancia, podemos hablar de los “hinchas comunes y corrientes”, que van a la cancha con sus amigos o con la familia y que a veces se ven envueltos en hechos de este tipo. Lamentablemente, vivimos en una sociedad fragmentada que excede la lógica del fútbol, pero que encuentra en los estadios un lugar propicio para el desahogo. Desde la Coordinadora de Hinchas instamos a reflexionar, a tolerar y a entender que todos somos hinchas de algún equipo y que vamos a la cancha a alentar y nada más.

Podemos ser rivales durante los 90 minutos del partido e incluso durante la semana, cargando a nuestros conocidos, pero de ningún modo podemos ser enemigos reales en la vida. Llegó el momento de frenar la pelota, pensar, aceptar que todo tiene un límite y empezar cambiar algunos comportamientos. De una vez por todas, algo tiene que cambiar. Y de verdad. Los encuentros que hemos realizado desde la Coordinadora de Hinchas destacan el hecho de que podemos estar conviviendo, en un mismo lugar, hinchas con camisetas de diferentes equipos, sin violencia ni chicanas y con un verdadero compromiso por cambiar las cosas.

La segunda instancia de análisis, la más importante, conflictiva y compleja, nos lleva a la triste realidad de un sistema en el cual la violencia pareciera ser un negocio para los intereses millonarios de unos pocos. En este marco plagado de corrupción e intereses personales, aquellos que realmente quisieron hacer un cambio sufrieron amenazas de todo tipo y no contaron con el apoyo de ninguna fuerza de gobierno para cumplir con su tarea.

En la Coordinadora de Hinchas hemos desarrollado una serie de propuestas dirigidas a las autoridades nacionales, policiales y deportivas, con miras a recuperar un derecho que no debemos resignar, que forma parte de nuestra cultura popular y de la historia de los clubes. El pedido de que vuelvan los visitantes a los estadios argentinos no es un capricho, sino que está demostrado en las cifras que demuestran cómo la violencia aumentó aún más con esta medida y que la prohibición no es una solución efectiva en absoluto. Sabemos que esto solo es el inicio de un largo proceso, pero ya avanzamos con lo más complejo: ponernos de acuerdo a pesar de las diferencias y rivalidades. El futuro es promisorio.

El poder del hincha trasciende rivalidades o colores, y genera resultados positivos

Coordinadora de Hinchas
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