Recientemente leí un artículo de la Universidad de Harvard sobre el bienestar que trae el ser amable y en muchas otras entradas que me llamaron bastante la atención.
Cuando somos compasivos, estamos reconociendo nuestra condición humana compartida (Brodick, 2019).
La ciencia de ser amables: seguramente muchos hemos escuchado esta frase en algún momento de nuestras vidas. Y porqué escribir un artículo sobre esto, cuando puedo hablar sobre el Ómicron o las Elecciones.
Hoy en día el mundo está tan saturado de gente y de problemas, que cada vez se hace más difícil vivir en tranquilidad. Nos han dicho que aportemos nuestro granito de arena al Planeta, a reciclar, ahorrar agua, etc. ¿Pero cuántas veces en el colegio, universidad o entrevistas de trabajo nos dicen algo como esto: “parte de la calificación, acuérdese, que depende de si fue amable o no en el semestre”; “Y cuénteme, usted se considera una buena persona, amable, y ética?”
Especialmente en el trabajo lo contratan a uno por las habilidades, potencial, y actitud. Y en el camino, van descubriendo qué tipo de persona uno es. ¡Casi como abrir una caja de Pandora!
Pues bien, estudios científicos han demostrado que el poder de la amabilidad es gigantesco para nuestra salud y calidad de vida. En muchos ensayos, le han pedido a personas al azar, que tengan un acto de amabilidad durante 7 días seguidos y después las comparan con otras 7 que en ninguno de esos días han tenido ningún tipo de gesto.
Los resultados claramente son contundentes.
Ser amable reduce los niveles de estrés, libera serotonina, endorfinas y actúa como un “boost” para tener más energía y sentirse más confiado. Incluso la ciencia ha demostrado que esto aplica para todas las edades sin discriminación alguna y puede llegar a prolongar el promedio de vida.
Pero esto por supuesto no se logra de un día para otro. Ser amable se hace más fácil con la práctica y empezando por pequeños detalles como pararle el ascensor a alguien, ayudar a una persona en la calle, dejar pasar el carro en el trancón, en fin.
Por otro lado, la amabilidad perdura en el tiempo. ¿Esto qué quiere decir? Se ha demostrado que un periodo después de haber realizado ese gesto amable con la persona o personas, hay una alta probabilidad de que si usted se las vuelve a encontrar en una determinada situación, éstas vayan a recordarlo y a brindarle su apoyo independientemente si es material, emocional o físico.
Y ahí es donde va mi punto: ser amable sí sale más barato.
No le estoy diciendo que le vayan a rebajar en el predial, no. Pero sí en muchas ocasiones hay un margen de maniobra que usted puede lograr para cerrar un negocio, conseguir un descuento, permiso en el trabajo, etc. Y de esto les voy hablar en un blog más adelante cuando les cuente en detalle sobre el libro que me estoy leyendo sobre la negociación.
Pero volviendo al caso, ser amable le trae muchos otros beneficios para su salud mental y física como balancear las energías en su cuerpo, aliviar el estrés en su corazón, reducir niveles de ansiedad que haya desarrollado, aliviar enfermedades y prevenir venideras.
Inténtelo y haga el experimento por 7 días haciendo un acto bueno por cada día. Seguramente verá la diferencia no solo en su cuerpo y mente, sino también en las relaciones personales a su alrededor.
Acá le dejo otro dato para cerrar:
Según un estudio de adultos de entre los 57 y 85 años, «el voluntariado manifestó la mayor asociación con niveles más bajos de inflamación». La oxitocina también reduce la inflamación, e incluso pequeños actos de amabilidad pueden desencadenar la liberación de oxitocina (Maile Proctor).
¡Inténtelo y me cuenta!
*Información tomada del artículo The heart and science of kindness.