Simplemente devastador.
Desde hace muchos años en la zona este de Sri Lanka, más concretamente en vertederos como Ampara (Valle Pallakkad), se ha generado polémica por el proceso tan precario de reciclaje y los desperdicios generados alrededor de estos valles gigantescos que terminan atrayendo a muchos animales salvajes.
Han intentado hacer cercamientos, poner mallas eléctricas, pero desde el 2008 el problema continua. Existen 54 vertederos en la región y en promedio unos 300 elefantes que se acercan con el tiempo a buscar comida (Actualidad DW).
La población de elefantes en Sri Lanka ha disminuido notoriamente pasando de unos 14.000 a 6.000 aproximadamente (Actualidad DW).
Los videos de los medios, incluso mucho antes del 2022, son desgarradores. Vemos a los elefantes pelearse por la “comida” que logran encontrar en estos basureros, y a muchos otros muertos en el lodo.
Las necropsias, según los medios internacionales, muestran que estos animales ingieren grandes cantidades de plásticos y micro-plásticos que no pueden ser procesados por su sistema digestivo y por eso terminan muriendo. Incluso uno de los medios informaba que no encontraban en sus estómagos ningún porcentaje de comida, sino solo plástico (Actualidad DW).
Algo que me dejó impactada es que en varias portadas de los artículos, decían frases como “Los elefantes invadieron”, “Cada vez se vuelve más difícil la relación entre los campesinos y los elefantes”. ¡Por Dios! Pongámosle un poquito de sentido común al panorama.
Cuántas veces no nos enseñaron en el colegio que hay una cadena alimenticia y que los animales dependen única y exclusivamente su ecosistema (ecosistema nivelado, ojo).
Claro, el problema en sí no es que necesitemos de basureros, rellenos o vertederos para almacenar la basura. Es el cómo lo estamos haciendo. Al parecer en este caso muchas fuentes afirman que los vertederos se han construido en territorio perteneciente al hábitat de estos animales y que dadas las nuevas condiciones a las que fueron sometidos, pues no tenían más remedio que salir en búsqueda de comida. En muchas otras ocasiones lo que sucede es que sus ecosistemas están tan pero tan desgastados, que deben caminar largas jornadas en búsqueda alimento (como ocurre con los osos polares).
En definitiva, si algo hemos hecho como seres humanos es INVADIR a la naturaleza. No nos equivoquemos con esto, si ellos se salen de su territorio, en la gran mayoría de veces, es porque hay algo que no está funcionando en el equilibrio de su ecosistema y por eso deben hacer lo que sea para sobrevivir.
Entiendo que la comunidad está intentando construir zanjas más profundas para que los elefantes no estén atraídos de cierta manera por la basura y los olores. Pero la verdad no creo que esto resuelva el problema.
Debe haber un mecanismo de reciclaje mucho más eficiente, controlar los niveles de desperdicio en esta nueva cultura del “uso una vez y hasta luego”, no invadir sus ecosistemas para obras de este tipo, en fin.
Esta basura está en Sri Lanka, sí, ¿pero a nadie se le pasa por la cabeza si algo de eso nos corresponde de todo lo que botamos en el día?
Más de Economía Circular y menos del Homo Economicus.
*Información tomada de Actualidad DW.