En Europa literalmente las personas se están muriendo del calor.
El continente se está convirtiendo en un foco de calor incontrolable por causas que ya discutiremos aquí.
Que si es por el cambio climático o por efectos netamente naturales, ya cada quién creerá la teoría conspirativa que más le genere confianza.
Lo que sí les adelanto es que esta situación no tiene cara de querer detenerse en los próximos años sino que al contrario, debemos prepararnos para hacer de nuestra instancia en el Planeta, una situación cada vez más incómoda.
Como quien dice, “ se nos acabó la guachafita”.
Desde el 2021 Europa ha venido experimentando fuertes olas de calor en época de verano, que se vienen replicando cada vez con mayor intensidad durante los 3 meses que dura la temporada. España y Portugal son los dos países que han percibido las temperaturas más altas donde varias personas han perdido la vida, y en lugares como Francia y Londres se han registrado cifras que nunca antes se habían visto en la historia.
Y es que ese es el punto, este no es el libro de Record Guinness donde nos van a felicitar por alcanzar metas nunca antes vistas…. ¡llegar a temperaturas poco comunes es verdaderamente un desastre!
En estos días la NASA publicó una imagen de la Tierra donde se evidencian los focos de calor en Europa, el norte de África y el medio oriente, los cuales sobrepasan las temperaturas de los 40ºC. Básicamente, es como ver una fotografía roja de los continentes, o si usted lo prefiere, el apocalipsis.
Ahora bien, pasemos a los detalles.
Las temperaturas de 40ºC puede que no sean algo tan escandaloso y nuevo ya que muchos países presentan en verano estas cifras. Sin embargo, en Europa no están diseñadas todas las edificaciones y hogares para soportar estas altas temperaturas, lo que dificulta el día a día de los habitantes.
Por otra parte, los artículos científicos e internacionales sí coinciden lamentablemente en que este fenómeno es atribuible al cambio climático, más concretamente, a las emisiones de C02. Lo anterior, debido a que se están generando olas de calor más intensas y frecuentes que recorren los territorios (llegando lugares poco comunes), y causando los estragos que ya sabemos.
Los expertos definen la ola de calor como un período prolongado de clima cálido en el que las temperaturas están por encima del promedio histórico en un área durante dos o más días, según Today Online.
Recordemos que la temperatura ha venido aumentando aproximadamente 1.1 grados Celsius desde mediados del Siglo 19. Paralelo a esto, hay un compromiso a nivel mundial de no sobrepasar los 1.5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales (actualmente estamos en 1.2ºC aproximadamente).
“Un informe provisional del IPCC en 2018 encontró que medio grado adicional de calentamiento significaría un desastre para las naciones insulares, arrecifes de coral tropicales y glaciares” (Independent 2021).
Tenemos que entender, que más allá de hablar de grados, cifras, y olas de calor, cada acción del ser humano analizada en conjunto es como una gran patada por segundo para el Planeta.
Aquí no se trata de encontrar explicaciones meramente científicas que nos den un aire de tranquilidad sobre el inusual verano por el que están pasando los países europeos. El punto está en cómo podemos exigirle a nuestros gobiernos el cumplimiento de las metas internacionales de la COP 26, el Acuerdo de París, etc, y cómo nosotros en el día a día podemos ayudar.
Cada desplazamiento que hagamos cuenta.
Cada aporte a una ONG que se dedique a reforestar cuenta.
Cada vez que compramos local, reducimos la huella de carbono traducida en transportes aéreos y terrestres, y eso cuenta (¿Se ha puesto a pensar la huella que deja el hecho de comprar una blusa China versus una Colombiana? Haga los cálculos).
Cada producto no reutilizable que usted compre, cuenta.
Todo cuenta, todo.
El panorama está grave mis queridos amigos.