Como para descansar un poquito del “revolcón” de noticias que están invadiendo nuestras redes sociales por estos días (Boreal, Petro, Gaviria, la inflación, Bukele, Baobab, entre otras), les quiero compartir la entrevista que tuve con Soydoy, una organización de desarrollo con más de 15 años de experiencia en seguridad alimentaria nutricional.
Y cuando me refiero a estas últimas tres palabras, estoy haciendo alusión a que las comunidades impactadas positivamente a través de sus programas, cuenten no solo con la cantidad de alimentos, sino con la calidad necesaria para garantizarles un adecuado desarrollo físico, emocional, cognitivo, etc.
Pero la labor que hacen va mucho más allá de eso y es por esto que considero fundamental rescatarla…
En el 2015 la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN), arrojó que un 54,2% de familias en Colombia no cuentan con la posibilidad de acceder a 3 comidas diarias.
Recordemos, y hago el paréntesis, que la seguridad alimentaria nutricional, hace alusión a garantizar que las personas puedan tener acceso físico, social, y económico de manera permanente a los alimentos seguros, nutritivos y en cantidades suficientes para satisfacer todos los requerimientos nutricionales que les permitan mantener una vida sana y activa (FAO).
(Quedémonos con estos conceptos: disponibilidad, acceso, consumo, inocuidad, aprovechamiento biológico y estabilidad).
Asimismo, es importante tener presente que, si nos devolvemos un par de meses, recordaremos que los candidatos a la presidencia que estaban punteando las encuestas (Petro, Fico, Rodolfo y Gaviria), tenían en común que en sus programas de gobierno habían incorporado este tema. Algunos lo hicieron a través deproponer el aumento en el monto de los giros de programas de transferencias en función del incremento de los precios de alimentos, otros por medio de programas como “Colombia sin hambre” donde buscaban garantizar las 3 comidas diarias, y finalmente, promoviendo los sistemas agroalimentarios tradicionales y acabando con la corrupción en el PAE.
Siendo evidente la necesidad que tiene el país en la materia, Soydoy buscó crear un modelo que actualmente se llama “Nutri empoderamiento”, con el cual presentan una visión holística, alentadora y sobretodo inteligente a la hora de tratar esta problemática.
El modelo lo han podido replicar a nivel país por más de 67 veces, impactando a más de 28,000 personas, siendo adaptable y escalable y lo más importante, dejando las capacidades instaladas en las comunidades.
Palabras más palabra menos, no le regalan a la gente la comida, les dan los instrumentos para que sean autosuficientes.
El 30% de la población colombiana se encuentra en una situación de inseguridad alimentaria moderada y severa, y 51% está en riesgo, lo que nos presenta un 81% que enfrenta esta problemática, según el Programa Mundial de Alimentos (febrero 2023).
¿Cómo lo hacen?
Por una parte tienen la estrategia de “círculos de escucha” como la base de los proyectos, para crear relaciones de confianza y generar círculos cercanos de relacionamiento, siendo esto supremamente transformador al motivar a las comunidades impactadas para trabajar primero en el ser y después en el hacer.
A través de la metodología de “cambio sistémico” Soydoy acompaña a mujeres y jóvenes en su empoderamiento, potenciando sus habilidades y fortaleciendo el tejido social para comenzar a resolver el problema.
La segunda estrategia son los “encuentros experienciales”, a partir de los cuales le enseñan a producir a las personas comida orgánica, a cultivarla de manera sostenible, entendiendo los beneficios de dichos alimentos, pero también la proveniencia de estos desde una arista biológica.
Construimos todo un ecosistema con ellos donde se siembran huertas y bosques comestibles, en los cuales hay plántulas, arbustos, árboles frutales, enredaderas, que permiten brindarles un entendimiento de cómo funciona el ciclo productivo y de los cambios en el clima que los pueden afectar.
La agroecología que les enseñan tienen un alto impacto no solo en las acciones que implementan con estas comunidades, sino en la lógica detrás de Soydoy, y es esa coherencia en el discurso: reutilizar empaques para la reproducción de semillas y evitar que sean desechados, saber aprovechar el agua, entender la importancia de la circularidad de los residuos orgánicos y el reciclaje.
La agricultura sostenible y consciente contribuye directamente a que en los suelos se pueda capturar C02 y con ello se impacte la Contribución Nacional Determinada del país (NDC)
Acordémonos que esto último responde a las medidas que los países que son Parte del Acuerdo de París, tienen planeado realizar para reducir emisiones de GEI y adaptarse al cambio climático que está afectando a los sistemas agroalimentarios.
Y como si fuera poco en todo este proceso tan robusto que tiene Soydoy para contribuir a la seguridad alimentaria nutricional, a la par de los talleres de agroecología desarrollan encuentros gastronómicos donde enseñan a preparar recetas económicas y nutritivas, las bondades de los alimentos, y cuál es la mejor manera de hacer las cocciones para ahorrarse plata en el intento. Todo esto es considerado educación alimentaria nutricional.
Es decir, tienen un enfoque hacia la gestión de finanzas aterrizado a la realidad cotidiana del país, en donde pueden brindar las herramientas claras para aprender hacer presupuestos, planes de ahorro, con el propósito de que puedan generar por sí mismos los recursos suficientes para acceder a una alimentación adecuada.
Lo que más me impactó es esa visión integral que tienen a la hora de atacar todos los frentes posibles que se puedan presentar en este escenario: entendimiento sistémico del problema – enseñanza proactiva – gestión de los recursos económicos – acciones climáticas – habilidades culinarias.
Soydoy está constantemente en la búsqueda de aliados a nivel local y regional; y al tener un modelo tan bien pensado, con la capacidad de hacerlo replicable – escalable y sostenible, les permite que el potencial de alianzas sean infinitas y sobretodo, la participación de sectores divergentes. Incluso, aseguran que con tan solo 6 meses de intervención, logran en sus mediciones ver resultados de impacto donde las familias aumentan la frecuencia de consumo de frutas y verduras considerablemente, y mejoran sus hábitos alimenticios.
La seguridad alimentaria se debe abordar de manera intersectorial, es un tema que nos compete a todos por igual, es necesario para alcanzar nuestro potencial de desarrollo como país.
Estamos en una coyuntura económica bastante particular post pandémica, en donde el alza de los precios es cada vez más preocupante, las dificultades para que los campesinos sean parte del mercado de compra de alimentos se exacerban, y las importaciones de productos, no facilitan mucho el panorama.
La solución no está en donar alimentos solamente: el hambre es uno de los muchos síntomas de la inseguridad alimentaria. Es por esto que la solución debe ser integral.
La tierra fértil y útil está, pero la mano de obra bien remunerada es muy escasa y con pocas oportunidades de acceder al mercado real donde tienen que competir contra las grandes superficies.
Es por esto que los invito a que investiguemos más frente a este tema, seamos voceros de la seguridad alimentaria, compremos local, y apoyemos este tipo de organizaciones que trabajan diariamente en construir País con cada alimento.
Felicitaciones @fundacionsoydoy