Recientemente vi un video de PETA (los cuales suelen ser bastante impactantes pero necesarios), donde se hacía evidente el maltrato desnaturalizado y sacado de toda proporción, hacia los camellos en Egipto.

Ahora bien, todos conocemos familiares, amigos, e incluso nosotros mismos, que han montado camello alguna vez en su vida, y si no, probablemente lo han anhelado.

Y como toda noticia de crueldad animal, lamentablemente no es un hecho nuevo.

Investigando frente al tema encontré varias noticias del 2020, donde los titulares que encabezaban los artículos decían frases como “En Egipto se prohibirá el uso de camellos teniendo en cuenta las afirmaciones del Ministerio de Turismo”.

En el 2019 salió un artículo donde se evidenciaban los mercados de Birqash, y los mismos vendedores aseguraban que el simple hecho de maltratarlos dañaba la calidad de su carne y que por eso los “cuidaban” tanto (esto se asevera con una foto detrás donde se ven todos con las patas amarradas amontonados en medio del mercado). Las imágenes son impactantes: decenas de camellos en pequeños corrales, con las costillas a flor de piel, una o dos patas amarradas para evitar que se escapen, y los “cuidadores” con palos en sus manos para manipularlos hasta dejarles los ojos y la boca completamente ensangrentada.

Escalofriante, simplemente escalofriante.

El Ministerio en su momento había emitido un comunicado donde aseguraba la instalación de cámaras en distintos puntos de los mercados y en las zonas donde normalmente los guardan, para vigilar el trato que se les estaba dando.

Sin embargo y a pesar de las denuncias, el maltrato continua y PETA se ha encargado muy bien de hacerlo nuevamente visible al mundo.

Los camellos pasan hambre, sed, son sometidos al estrés del encierro y la multitud, a soportar el peso de personas que a lo mejor, les termina ocasionando con el tiempo un sinfín de problemas físicos.

Nuevamente y lo repito, las imágenes son desgarradoras pero necesarias para hacernos despertar y tomar una mejor decisión la próxima vez que visitemos un lugar donde se nos ofrezca montar en camello por cualquier motivo.

¿Por qué tanta crueldad e indolencia con los animales? ¿Cuál es la necesidad de instrumentalizarlos y fuera de todo maltratarlos hasta que se mueran?

Nos hace falta mucho definitivamente.

Invitados todos a reflexionar y a utilizar otras alternativas de diversión en el siguiente viaje.