¿Se nos está como volviendo paisaje el maltrato hacia el Planeta?
Hace un par de días pudimos ver con aterradores ojos a un indefenso jaguar siendo brutalmente asesinado por campesinos indolentes. Y sí, utilizo estas palabras porque a pesar de que se rumore que el felino se había comido varios animales de las fincas, tiene uno que poseer un corazón muy desalmado para matar a una especie en vía de extinción a sangre fría.
Si el jaguar se encuentra en dichas zonas campesinas será porque 1. ¿le invadieron su corredor natural de alguna manera? O 2. ¿el animal fue el culpable?
Tenemos la audacia y egocentrismo de creer que toda especie que toca las puertas de nuestra casa es invasora y debe ser destruida; pero pocas veces nos detenemos a pensar que hemos sido nosotros quienes atentamos en contra de los espacios sagrados del Planeta.
La tala indiscriminada, los incendios voraces y el aumento de la frontera agrícola son solo algunos de los elementos que interceden en estos terribles hechos que ponen en riesgo los corredores biológicos de animales como el jaguar.
Ah y sin contar la caza como trofeo o para hacer uso de sus pieles…
Educación, educación y más educación. Pero sin empatía y como lo he dicho en reiterados artículos, no “llegaremos a ningún Pereira”.
La indignación no nos sirve de mucho si no hay una veeduría real y constante a las autoridades que han sido diseñadas especialmente para prestarle atención a estos asuntos y judicializar a los responsables.
Si la justicia no acompaña los hechos, estos se van a perpetuar quién sabe por cuánto más tiempo y sin respuesta alguna. Y lo irónico es que esto está sucediendo en el Gobierno de la vida y la naturaleza.
Pero como si fuera poco, nuestra Isla de Providencia arde en llamas como nunca antes en la parte más alta de la montaña con una magnitud impresionante que ha llevado a declarar la calamidad por estado de emergencia.
Las versiones no se han hecho esperar, ya que algunas personas aseveran que el incendio se le salió de las manos a algunos agricultores, y hay otros, quienes están seguros que fue provocado por manos nativas.
Pero lo más grave de todo, es que la comunidad ha estado denunciado que los incendios llevan generándose por más de 10 días.
No me quiero imaginar el balance final de hectáreas incineradas y especies muertas.
Gente, hago un llamado a que nos indignemos más allá de las redes y comencemos a ser actores de cambio ante todas aquellas acciones que puedan atentar en contra de nuestro Planeta.
Claramente los esfuerzos no están siendo suficientes si tenemos individuos que en las zonas biológicas se están tomando la justicia por sus propias manos y agreden los ecosistemas.
Los que lamentablemente nos encontramos en la ciudades y no en las zonas vulnerables, debemos generar aún más presión a los entes y autoridades, a la par que divulgamos conciencia en nuestros círculos más cercanos en aras de replicar el mensaje.
¿Hasta cuándo tanta crueldad?
¡Que tiemble Colombia hasta que el sacudón nos haga despertar!