¿Cómo así que hemos excedido seis de los ocho límites establecidos por los científicos a la hora de definir la existencia en el Planeta Tierra como segura y habitable por todos nosotros?
¿Nos sorprende?, bueno… no sé qué tanto.
Recientemente fue publicado en la revista internacional Nature un artículo científico que habla sobre la preocupante situación del Planeta Tierra en aristas como la biodiversidad, la calidad del agua consumible, los fertilizantes y la contaminación del aire. Bueno, y sin contar con el incremento en las temperaturas medidas en grados Celsius.
Recordemos que tenemos un límite de los 1,5ºC de calentamiento global, y hemos llegado al 1.2ºC, sin tener en cuenta que lamentablemente o a menos que haya unos cambios más drásticos, se alcanzará “la cifra prohibida” en los próximos años.
Un dato que no conocía, hace referencia a la presencia de exceso de nitrógeno y fósforo en el agua, que está ocasionando una reducción en los niveles de oxígeno y la aparición de plantas que no tienen un papel favorable en estos ecosistemas.
Aerosoles…sí, esos productos que nos encanta rosear en nuestro cuerpo, en el ambiente o en el hogar, generalmente tienen una carga de partículas nocivas para la atmósfera, sumado por supuesto a aquellas generadas por las fuentes fijas y móviles en las ciudades.
Esto me hace acordar de un dato que vi el otro día en Be Clá (la iniciativa de Claudia Bahamón), donde se hablaba de la alerta que representan algunos atardeceres fervorosos frente a la contaminación del aire a través de la acumulación de partículas.
Ahora hablemos de los ciclos del agua y los ecosistemas que deben mantener cierto porcentaje de naturalidad, es decir, que no hayan sido intervenidos por el Hombre. Claramente, sabemos que esto hace muchos años dejó de cumplirse y frente a los cuerpos de agua, hemos superado el límite aproximadamente por un 10% adicional. Con respecto a los ecosistemas como hábitats, requerimos que por cada kilómetro utilizado por la humanidad, el 20 – 25% sea respetado. No obstante, el aumento acelerado de la población aunado a la demanda de alimentos, ha hecho que cada vez tengamos menos zonas vírgenes y más áreas intervenidas.
El trabajo de estos 40 científicos ha sido impresionante, ya que han logrado cuantificar los límites seguros ante los cambios que está sufriendo La Tierra, antes de que comencemos a tener dificultades para nuestra existencia misma.
Incluso se dice que el Planeta ha dejado poco a poco de encontrarse en la era del Holoceno, para adentrarse en la del Antropoceno donde el futuro seguro y sostenible es un poco más incierto. Lo anterior, prendiendo las alertas en algunos de los focos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, y con efectos que aparentemente suenan irreversibles.
Siempre hay esperanza, claro que sí, pero vemos pasar el tiempo y a pesar de que existen grupos especialmente conformados para desacelerar la curva del cambio climático, la fuerza de este fenómeno es inclemente.
¿Lograremos dar ese suspiro del “casi que nos quemamos” pero no? O viviremos tiempos difíciles en los próximos años.