Los incendios en Canadá, particularmente en este año, han sido devastadores en todo el sentido de la palabra. Por esta época no se veían en el pasado, sucesos con este nivel de calibre según los especialistas científicos de ese país.

Cuando se buscan las explicaciones ante este preocupante evento, pareciera que el clima y las temperaturas jugaran un papel fundamental, sin desconocer en ningún momento las acciones humanas.

Con base en la revista Nature se dice que este año las lluvias han sido significativamente menores, por lo que los suelos se resecan considerablemente. En este sentido, el fenómeno de El Niño, no sería del todo el causante del incendio, ya que sus efectos se esperan que “toquen suelo” pero hasta dentro de unos meses más.

Por supuesto, y lo que más ha ocasionado revuelo, han sido esos cielos naranjas apocalípticos donde se pierde la noción de normalidad cotidiana, y que lograron invadir los paisajes de las ciudades de Nueva York, New Jersey, Filadelfia, y Washington.

El gran sistema de baja de presión que ha estado asentado en Maine – EEUU, el bloqueo del humo hacia el Este, los vientos en sentido contrario y la prolongación de los incendios per sé, hacen de este suceso una preocupación  de carácter global.

De hecho, se afirma que como consecuencia del cambio climático, la primavera está entrando varias semanas más temprano y el otoño se demora en hacer su aparición.

La mala calidad del aire termina siendo entonces, una consecuencia inevitable ante la acumulación de partículas finas suspendidas en el aire, y que ocasionaron en las mencionadas ciudades, la alerta para los ciudadanos con el uso de tapabocas N95, el encierro en sus hogares por unos días y el evitar las actividades al aire libre.

Generalmente los incendios también se producen por la aparición de rayos en las zonas boscosas, pero principalmente, el cambio de temperaturas de manera más drástica y las actividades humanas, son los factores determinantes.

Como dato curioso y no propiamente acerca de los incendios en Canadá pero sí ha lugar en este escenario, algunos atardeceres que vemos con cielos rojizos que cautivan nuestras miradas, son una alerta de los altos niveles de partículas contaminantes suspendidas en la atmósfera. ¿Usted lo sabía?

No solamente son árboles incinerados, son hogares, animales y personas afectadas por ese “caldo” de contaminantes que provocan los humos descontrolados, sin contar con las consecuencias que esto trae para la salud humana al momento de inhalar las milimétricas partículas.

Ni siquiera hemos llegado a la época de verano en Canadá y la situación ya está lo suficientemente grave…

¿Qué podemos hacer?