La única sorpresa, es el rápido cambio de este fenómeno – Antonio Guterres
Me quedo sin palabras después de escuchar al Secretario General de las Naciones Unidas, quien lanzó recientemente un mensaje bastante preocupante pero predecible, en cuanto a la necesidad de tomar medidas urgentes dados los altos niveles en las temperaturas alcanzadas en Europa, África y Estados Unidos.
Y claro, como era de esperarse, la Tierra lleva calentándose en la hoguera durante muchos años a causa de las actividades desenfrenadas del ser humano que han ocasionado un aceleramiento de un proceso que bien podría ser natural, pero no así de pronto. Todo lo anterior, para generar metafóricamente hablando, como al hervir una olla con agua, un efecto de ebullición.
Según las declaraciones del Secretario, nos podemos ir despidiendo de la era del cambio climático para entrar en una mucho más compleja.
Como «papas sancochadas» vamos a quedar si los líderes globales no acompañan ya mismo al mundo con medidas radicales que intenten mermar un poco la curva de la crísis climática; sí, mermar, porque frenar o evitar ya son palabras poco útiles.
Julio ha sido uno de los meses más cálidos del año en lo que respecta a los últimos cien años aproximadamente, con incendios completamente despiadados en lugares como Grecia donde las llamas han consumido vorazmente los hogares, bosques, y animales que allí habitan.
Y esto sin contar los incendios que se acaban de producir a principios de año en Canadá.
El planeta lleva millones de años funcionando perfectamente, pero lo más preocupante, no es que este deba salvarse de la catástrofe, en realidad, somos nosotros quienes corremos un grave peligro de llegar a tal punto que la existencia diaria se vuelva insoportable.
Tenemos Acuerdos internacionales como el de París, Cumbres como la COP, Agendas como la de las Naciones Unidas a 2030, e infinidad de Tratados vinculantes para los países que más aportan al cambio climático. Sin embargo, por más de que los esfuerzos han sido válidos, la crisis global va mucho más rápido que las buenas acciones y por eso nos encontramos en tal criticidad.
Biden anuncia medidas para proteger a los trabajadores expuestos al calor y miles de millones de dólares para aportar a la causa, sin embargo, estas medidas son paños de agua tibia para uno de los países que más ha contribuido a este fenómeno.
Algunos científicos aseveran que las temperaturas del mes de julio son incluso más altas que aquellas en promedio de la era de la pre – industrialización (The Guardian).
Recordemos que estos incendios tienen un efecto gravísimo en las condiciones de nuestra atmósfera sin contar con la pérdida del balance biológico de los ecosistemas que es muy difícil de restaurar con los años. Que si se pueden sembrar árboles, claro, y adelante por favor, pero el equilibrio ecológico no se devuelve así tan rápido.
Italia, España, Croacia, Argelia, Siria, Tunes, Florida, Colorado, todas en alerta por calores extremos, y si vemos los videos pues ni se digan, nos quedamos sin palabras.
“¡Debemos actuar ya!” sí, esa es una frase de cajón que debía haberse puesto en marcha hace mucho tiempo. Pero como la idea no es llorar sobre la leche derramada, les propongo que apoyemos a las organizaciones encargadas de restaurar y reforestar los ecosistemas para darle la batuta a quienes tienen más injerencia y conocimiento que nosotros.
Cada acción por pequeña que parezca que usted haga el día de hoy, créame que no es menor.
Mucho para reflexionar; poco tiempo para actuar.